2º ANIVERSARIO DEL TRIUNFO ELECTORAL
Laporta, año dos en el Camp Nou: viviendo al límite
La crónica del triunfo arrollador de Laporta en las elecciones del 7 de marzo 2021
Laporta, sobre la licitación a Limak de las obras del nuevo Camp Nou
Marcos López
Periodista
Dos años, dos técnicos (Koeman que no era suyo y Xavi que no sentía suyo), dos títulos, de momento (Copa de Rey y Supercopa de España), cuatro palancas, casi 200 millones de euros en fichajes para levantar a un club "arruinado y muerto", como dijo Joan Laporta, que vive su segunda etapa en la presidencia del Barça.
En la primera (2003-2010) activó el 'círculo virtuoso' construyendo con Guardiola uno de los mejores equipos de la historia, el mejor del club, sin duda, con el sextete del 2009. En la segunda, cumplidos hoy dos años del triunfo electoral, aplastante triunfo con el 54,28 % dejando sin aliento a Víctor Font (29.99%) y Toni Freixa (8,58%), vive tan deprisa que va al límite porque también está el club en el límite.
Presidente no ejecutivo
Al límite en todo. En la conquista, ya de madrugada, de los avales para poder ser presidente. En la gestión del club, que realiza, como él mismo dice, tal si fuera "una empresa familiar" desde que Ferran Reverter dimitió en febrero de 2022 como director general. No hay sustituto alguno, 13 meses más tarde, porque Laporta lo es todo ahora mismo en el club.
Presidente no ejecutivo, director general, portavoz y rostro de un proyecto que se construye un segundo antes, capaz de enderezar el equipo en la Liga, activadas todas las palancas económicas necesarias, moviéndose como un funambulista en el cambiante fair play salarial que le exige Javier Tebas, presidente de la Liga.
El club no ha superado todavía la traumática marcha de Messi; Laporta, tampoco
Pero topa siempre en Europa, lo que define los límites de un club que todavía no ha procesado la traumática marcha de Leo Messi, el astro sobre el que edificó su edad de oro en las dos primeras décadas del siglo XXI. Una ausencia imposible, en realidad, de asumir.
Laporta tampoco lo ha superado, empeñado en reconstruir puentes de diálogo con la familia del ‘10’ para no pasar a la historia como el presidente que dejó escapar a Messi sino como el presidente que recuperó luego a Messi. Y el Barça cohabita con esa herida fatalmente cerrada que supura a cada momento.
Aliado con Florentino
De ahí, el interés del presidente en resolverla, mientras se suceden los problemas en un club “arruinado”, como recalcó él, producto de la "herencia" de Bartomeu, que le legó una masa salarial insostenible, de casi 700 millones de euros. Con Messi. Y sin Messi.
Camina, además, Laporta junto a Florentino en la compleja creación de la Superliga europea, unidos ambos en su batalla común contra Tebas para modificar las estructuras de este deporte que vive en manos de UEFA y FIFA, dueñas del grifo del dinero. ¿Qué le diría ahora el Laporta del 2003 al Laporta del 2023 al verlo tan alineado a Florentino?
Y, ahora, el 'caso Negreira'
En medio de la crisis institucional tiene que manejar Laporta el fango del ‘caso Negreira’, el pago al entonces vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) durante casi 17 años y que afecta a los cuatro presidentes anteriores a su llegada: Gaspart, él mismo, Bartomeu y Rosell. Crisis reputacional dañiña en un momento clave en la historia del Barça, obligado a construir un nuevo Camp Nou, una operación de vértigo por la envergadura económica de la operación en un momento delicado, por el contexto financiero de altos tipos de interés y la deuda gigantesca de la entidad.
Es el Camp Nou que se ha quedado viejo, tanto –fue inaugurado en 1957– que se cae a pedazos, por mucho que el culé, comprometido y fiel como nunca, haya vuelto a su casa con entusiasmo, promediando casi 90.000 espectadores por partido, una auténtica locura. Debía estar ya construido ya el nuevo hogar, pero ahí sigue, con un pedazo de grada menos, como símbolo de un club que no sabe modernizarse.
La licitación de las obras a Limak, una empresa constructora turca sin apenas experiencia en la construcción de recintos deportivos, también ha sido motivo de controversia, por mucho que Laporta defienda que "el proceso ha sido ejemplar".
Son dos años solo, pero parecen 20 para un presidente que no halla oposición (Font prefiere la vía constructiva, huyendo del día a día, de tertulias o platós televisivos con apariciones muy calculadas y estudiadas, mientras Freixa es residual) y su antecesor (Bartomeu) está atrapado por el Barçagate y el ‘caso Negreira’.
"Con visión, transparencia y honestidad se puede transformar el club y alejarlo de los riesgos existentes", apunta Font, preocupado por el rumbo de la entidad
En un post en Instagram, Font valora positivamente el camino que se ha hecho en el plano deportivo "para volver a ser competitivos", pero comparte "la preocupación con socias y socios por el estado y la gestión de la institución" que abordará próximamente.
"Siempre hemos defendido la necesidad de una gestión profesional, moderna y transparente. Aquí nos queda mucho camino por recorrer", ha escrito Font, indicando que "con visión, transparencia y honestidad se puede transformar el club y alejarlo de los riesgos existentes".
No citó, en ningún momento, Font a Laporta, que cumple dos años más al límite que nunca.
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