MADRID - BARÇA (1 - 3)

La crónica del Madrid-Barça de la final de la Supercopa: Un genial Gavi le da el primer título a Xavi

Marcos López

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En Riad, el Barça bailó al Madrid. En Riad, el Barça le dio un meneo al Madrid. En Riad, el Barça besó, al fin, una Supercopa, mucho más que un título. En Riad, el Barça fabricó un gigantesco rondo con el que silenció y bailó a un Madrid pequeño, minúsculo que aún tuvo suerte de que Courtois no claudicara porque la derrota habría sido mucho más escandalosa.

Y en Riad, el escándalo fue Gavi, un niño que se apoderó de la escena firmando un antológico partido que se recordará por los siglos de los siglos. Dentro de un tiempo se entenderá la verdadera dimensión de lo que realizó el joven andaluz, capaz de reinar hasta en el desierto de Arabia. Dentro de unos años se estudiará a ese Gavi, pillo, astuto, dueño de una creatividad infinita, capaz como fue de volver loco al Madrid.

La crónica del partido de la Supercopa

El triunfo de los '4 centrocampistas'

Pasado el miedo inicial a una final que era mucho más que una final tomó el Barça la pelota. Y no se lo quitó el Madrid porque la fórmula de los ‘cuatro centrocampistas’ que empleó Xavi en el Metropolitano le salió genial. Hubo un cambio táctico. Solo uno con respecto al que usó contra el Atlético.

Pero fue el cambio que cambió todo. Situó a Gavi en el costado izquierdo del ataque (Pedri ocupó ese rol ante el conjunto de Simeone) y desató una tormenta que no supo codificar Carvajal primero y luego todo el madridismo. No supo ni tampoco lo vio. Se movió como un diablo, con la inconsciencia juvenil que le caracteriza, transformado en la estrella de una noche donde el Barcelona gobernó el partido de inicio a fin. 

Goles a todo trapo

Tuvo la pelota, presionó al Madrid al que hizo irreconocible, con una defensa de plastilina, aturdida y desorientada. Araujo intimidó a Vinicius, Christensen ofreció una lección de calma para sacar el balón desde atrás y Ancelotti se desesperaba porque llegaban un segundo tarde. Y cuando tenían lo balón lo perdían un segundo después. No había forma de meterle mano a un Barça armónico, equilibrado -al fin, ¡equilibrado!- y, sobre todo, inteligente en la ocupación de los espacios.

Era cuestión de tiempo. Necesitó hasta seis disparos para abatir a Courtois pero el buen juego acaba siempre encontrando la recompensa. Fue, además, un gol digno del Madrid. Una pérdida de Camavinga, que había recibido un mal pase previo de Rüdiger, fue el origen de una jugada tan veloz como bella y eficaz.

El más pillo

Robó Busquets, conectó con Lewandowski y este oteó a ese pillo futbolista andaluz que cabalgaba feliz por la pradera de Riad. Todo iba tan rápido que corría el Barça el peligro de precipitarse. ¡Ingenuos! No conocen a Gavi. Maravilloso fue el control previo para amortiguar ese endiablado balón. Maravillosa paciencia la suya para no dejarse asustar por ese imponente cuerpo de dos metros que supone tener a Courtois delante de ti.

Maravillosa fue esa zurda que se burló de los pies, manos y hasta codos del meta belga para firmar un tanto lleno de simbolismo, con el beso al escudo como prueba de una fidelidad eterna. Culpa fue de Rüdiger y un pase que era, en realidad, una invitación al caos. Culpa fue de Camavinga. Pero nadie es más responsable que ese Gavi, camuflado de extremo zurdo, oculto al radar blanco. Ni lo vio. Ni lo detectó. 

Pedri se unió a la fiesta

Y generoso como es Gavi le devolvió el favor a Lewandowski en otro gol que podría llevar el sello del Madrid. Un gol que tuvo de todo. La fiereza de Frenkie de Jong en un balón dividido fue el síntoma del hambre que pedía Xavi. Ganó esa pelota sin dueño el centrocampista neerlandés quien dio un punterazo para que el pillo hiciera pillerías.

Corrió con astucia e inteligencia porque se alejó de la defensa -ni rastro de Carvajal- antes de otear la figura de Lewandowski para firmar el 0-2. Tan o más rápido que el 0-1. Seis segundos duró el centelleante viaje del balón de la bota de Frenkie a Robert. Y apenas cuatro toques. Un Barça certero. Un Barça letal. Un Barça redondo para silenciar a un triste y plano Madrid.

El poder de los niños

Triste y plano porque no supieron que hacían esos irreverentes niños (Pedri y Gavi; Gavi y Pedri) se montaron una fiesta en Riad. Una fiesta a la que invitaron al Barça para alumbrar el inicio de una nueva generación. Dos adolescentes que se comportaron como si llevaran toda la vida jugando clásicos. ¿Jugando? No, ni mucho menos.

Jugando, dominando y ofreciendo una lección que jamás se olvidará. Una lección que resultó emocionante porque en el desierto quedó la monumental obra de Gavi (un golazo y dos asistencias, una a Lewandowski y otra a Pedri) para llenar de esperanza a un desnortado Madrid que se sintió bailado y ridiculizado. Quiso, pero no llegó. No vio ni la pelota porque el Barça se la llevó al Camp Nou para abrir un Museu que llevaba casi dos años sin albergar ningún trofeo.

La ficha del Madrid - Barça (1-3)

Madrid: Courtois (7), Carvajal (3), Militao (4), Rüdiger (3), Mendy (3), Modric (4), Kroos (4), Camavinga (3), Valverde (4), Benzema (5) y Vinicius (4).

Entrenador: Carlo Ancelotti (3)

Cambios: Rodrygo (5) por Camavinga (m. 46); Ceballos (4) por Modric (m. 65); Marco Asensio (4) por Kroos (m. 72); Nacho (4) por Carvajal (m. 72)

 

Barça: Ter Stegen (8), Araujo (7), Koundé (6), Christensen (7), Balde (8), Gavi (10), Busquets (7), De Jong (8), Dembélé (6), Lewandowski (7) y Pedri (9).

Entrenador: Xavi Hernández (9)

Cambios: Raphinha (s.c) por Dembélé (m. 78); Eric Garcia (s.c.) por Araujo (m. 86); Kessié (s.c.) por Frenkie de Jong (m. 86); Ansu Fati (s.c.) por Gavi (m. 89); Sergi Roberto (s.c.) por Pedri (m. 89)

 

Goles: 0-1, Gavi (m. 33); 0-2, Lewandowski (m. 44); 0-3, Pedri (m. 69); 1-3, Benzema (m. 90 +2)

Árbitro: De Burgos Bengoetxea (7), vizcaíno.

Tarjetas amarillas: Mendy (m. 32); Christensen (m. 48); Araujo (m. 68); Valverde (m. 81);

Estadio: King Fahd International Stadium

Espectadores: 57.340