Paseo nocturno en un convoy histórico del metro de Barcelona.

MÒNICA TUDELA

Las máquinas tienen el poder de resucitar y algunas lo convierten en hábito: la histórica y de nombre prosaico M1-M6-M8 –podría, por qué no, llamarse la Vieja Manolita, o algo así– lo hizo de nuevo la madrugada de este jueves –resucitar–, cuando saltó a las vías para conmemorar el 90º aniversario de la inauguración del Metro Transversal, precursor de la actual línea 1 o línea roja, según la denominación que emplee cada cual. Es la costumbre que tiene: desempolvarse a sí misma y salir a pavonear su gallardía cada vez que el metro celebra el aniversario de algo, exhibir su magnificencia antigua, sus mecanismos antiguos, su antigua manera de moverse; no en vano es considerada la joya de la colección histórica de TMB, los únicos tres vagones que quedan del Gran Metro –y eso sí es un nombre–: la primera, primerísima línea del suburbano barcelonés.