Las claves

Oliver Stone vuelve a Wall Street en busca de respuestas a la crisis

Nando Salvà / Barcelona

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Nueve de cada 10 expertos coincidirán en que una película necesita buenos personajes para ser valiosa. Si no todas las que se estrenan hoy lo son, no es precisamente por su carencia de protagonistas de peso. Al contrario, están pobladas de seres grandes, gigantes. Para empezar, Gordon Gekko. Michael Douglas ganó un Oscar por darle vida enWall Street(1987). Tiburón de las finanzas, villano impagable, ingresó de inmediato en las vitrinas de la cultura pop escupiendo aforismos como «si vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo por dinero», «si quieres un amigo, cómprate un perro» y, por supuesto, «la avaricia es buena». Era tan bueno que se convirtió en modelo de conducta para toda una generación de agentes de bolsa. Veintitrés años después, Gekko ha vuelto.Wall

Street: el dinero nunca duerme se sirve de su reptiliano carisma para tratar de ofrecer algunas respuestas acerca de la debacle económica cuyas consecuencias seguimos sufriendo. No espere usted rigor pero sí mucha traca, ya sabrá cómo se las gasta el director Oliver Stone.

¿Hablamos de hombres malvados? Dos más llegan a la cartelera. El primero de ellos no es de carne y hueso sino un dibujo. Es el protagonista deGru, mi villano favorito, y es malísimo, un criminal misántropo y genuinamente odioso que no tiene miramientos. Su plan maestro es nada menos que robar la Luna. Pero no olvidemos que se trata de cine para niños: al final el tipo demuestra tener también su corazón. En cualquier caso, la chavalería saldrá del cine con ganas de hacer el gamberro. Como tiene que ser.

Muy gamberro debió de ser de niño Jigsaw, elserial killer que da sentido -es una forma de hablar- a la infame serie deSaw.Seguro que usted ha oído hablar de su sexta entrega: hace meses, la película fue calificada X por una metedura de pata del Ministerio de Cultura y por eso no llegó a estrenarse. Hoy lo hace sin la estigmática letra pero mutilada. Todo el asunto es bastante lamentable. Casi tanto como los malabarismos que practican los guionistas de la serie para mantener a Jigsaw activo a pesar de que lleva varias entregas muerto. Si a estas alturas no conoce al pájaro, no se tome la molestia.

ENCAPUCHADO / Al otro lado de la frontera que separa el bien del mal se sitúa el grafitero británico Banksy. Sea quien sea -muy pocos conocen su verdadera identidad-, Banksy mola.Exit through the gift shop, su primera película como director, también. Es difícil definirla. ¿Documental? ¿Ficción? ¿Mayúsculo montaje? ¿Patrañacool? No se sabe. Es probable que no sea Banksy quien aparece en pantalla encapuchado y hablando con voz distorsionada, tal vez ni siquiera se haya puesto realmente tras la cámara. Da igual. En cualquier caso, la película es un divertidísimo y audaz retrato del movimientostreet art, una certera pregunta sin respuesta sobre el valor de las obras de arte -¿deriva de las imágenes que capturan o de la persona que las captura?- y una sofisticada reflexión sobre el papel, el contexto y el significado que la subversión tiene en la sociedad contemporánea.

Es una pena que algunos cuestionen la importancia artística de Banksy, pero una pena inevitable. Muy pocos creadores obtienen el aplauso unánime. Otro británico, el prestigioso arquitecto Norman Foster, es uno de esos elegidos. El documental¿Cuánto pesa su edificio, Sr. Foster?-véalo para saber de dónde viene el enigmático título-, explica por qué. Estandarte de la arquitectura socialmente utópica, Foster ha dejado progresivamente de proyectar edificios individuales para diseñar entornos completos para la vida urbana. Sin ir más lejos, y como se nos explica en la película, está actualmente construyendo una ciudad entera en Abu Dabi, cien por cien ecológica. Lo dicho, las buenas historias necesitan de grandes personajes.