Gente corriente

Ricard Espelt: «La sensibilidad crea conciencia y compromiso»

Artista e investigador de las relaciones humanas en torno a cooperativas agroalimentarias. Y autor de 'Espais sensibles'.

«La sensibilidad crea conciencia y compromiso»_MEDIA_1

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CARME ESCALES

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Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), que facilitan modelos de comercialización agroalimentaria en red, es el punto de partida de la tesis del Master de la Societat de la Informació i el Coneixement que Ricard Espelt (Manresa, 1973) cursa en la UOC. Pero este vecino de Copons (Anoia), licenciado en Bellas Artes, ha acabado centrando su estudio en el tipo de relaciones que establecen miembros de cooperativas, con productores y productos, y entre ellos. En su búsqueda, ha localizado también Espais sensibles, lugares donde la sensibilidad invita a cuestionarse por qué consumimos lo que consumimos.

-¿Es necesario cuestionárnoslo?

-Es imprescindible. Tanto lo que consumimos, como los valores que hay detrás de  nuestros hábitos de consumo. Una aproximación sensible a ello permite favorecer un desarrollo social y económico más justo y solidario y ser soberanos de nuestra alimentación. El poder político que hay en cada pequeño hábito de consumo es inmenso.

-¿Cómo define la sensibilidad?

-Sensibilidad es una manera de crear más proximidad con la gente. El paso de la inconciencia a la responsabilidad es la sensibilidad. Es ella la que crea conciencia y compromiso y, a la vez, nos interpela como agentes muy importantes en la justicia social.

-¿Conocer el origen de los productos que consumimos, pues, nos responsabiliza?

-Nos debería transformar en responsables, sí, el hecho de conocer el origen y las condiciones sociales de su producción.

-¿Qué son sus Espais sensibles?

-Son cafeterías, restaurantes, tiendas, no necesariamente cooperativas, pero sí tienen en común con ellas valores como el desarrollo económico y social local, la toma de decisiones, la gobernanza participativa, la relación y responsabilidad con el entorno y la sostenibilidad, pero también la afectividad y la igualdad de género.

-Y a esos espacios los presenta con una acuarela on line, por lo tanto, las nuevas tecnologías no están reñidas con el arte.

—Al contrario, Espais sensibles vehicula mi sensibilidad artística. La tecnología me  interesa porque formula nuevas plataformas de vinculación y participación.

-¿Por qué lo hace en acuarela?

-Porque más que definir, crea una atmósfera. Me interesa que el resultado gráfico sea estimulante y que entre por el corazón, que tras esa imagen ya se perciban los valores en ese espacio y que despierten el interés de gente sensible. La aproximación sensible puede llegar en un documento, un dibujo, una canción o una conversación.

-¿Qué atmósferas y relaciones se crean en las cooperativas que estudia?

-Las hay de todo tipo, casi todas son autogestionadas. Algunas incluso ayudan a comprar maquinaria a los productores o a arrancar las patatas en el campo.

-¿Cuál es el perfil del cooperativista?

-Muchos se acercan a ellas por un concepto holístico, otros por su sensibilización con el consumo energético, la banca ética o con el producto, y todos aportan valores, pesan más ellos que el interés comercial.

-¿Hay mucha cooperativa en Barcelona?

-Hay unas 60, que implican entre 25 y 45 unidades familiares cada una. En 1935, en Catalunya había unas 10.000 familias que vivían del cooperativismo, promoviendo la participación y la justicia social. Acabada la guerra civil se van disolviendo gradualmente y en el 93 resurgen, se recupera el debate sobre el bien común.

-¿Cuándo se podrá leer su tesis?

-Cuando la concluiré no lo sé, pero su contenido se puede leer ya porque lo voy dejando en abierto en www.ict4rd.net, junto a los Espais sensibles que voy hallando.