Electric Nana, pura vida

LA CANTANTE presenta este viernes en Tossa de Mar su estimulante disco de debut, 'To life!'

MARTA CERVERA / BARCELONA

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Mónica Vázquez, más conocida por su nombre artístico, Electric Nana, ha irrumpido con fuerza en la música con su primer disco en solitario: 'To life!' Este verano lo pasea por el país con la gira 'Hot mix' de los 40 Principales, junto a otros artistas. Este viernes recala en Tossa de Mar.

La cantante y compositora madrileña mezcla sin manías folk, pop y electrónica. «'Won't stop' y 'Forever hold me' son las canciones más antiguas del disco. Deben tener dos años o así; las creé en una época de canciones más tristes y me salieron estas dos que hablan de la necesidad de salir de un bucle autodepresivo», comenta. Las hizo por necesidad, para autoafirmarse y aquella buena onda cambió su vida. Nunca imaginó el éxito que tendrían. «Me reía mucho componiéndolo y como pensaba que nadie lo iba a escuchar, hice lo que me dio la gana», explica.

Autodidacta

Es bilingüe, pero canta siempre en inglés, y, antes de dedicarse a la música, que aprendió de forma autodidacta, estudió Comunicación. «De pequeña iba cantando siempre y estaba obsesionada con los musicales: veía 'Sonrisas y lágrimas' todas las semanas», recuerda. Su padre le enseñó cuatro acordes a la guitarra. A partir de ahí avanzó sola. «Como tengo tan mala memoria, empecé a componer. Al ser incapaz de recordar cómo eran las canciones que me gustaban así que me las inventé». Conocer a Carlos Jean, dj y productor con quien ha colaborado en el disco 'Combustión', entre otros, supuso un punto de inflexión en su vida. Por aquel entonces hacía un doctorado y soñaba con ser profesora universitaria en Berlín, pero decidió cambiar de rumbo, y recurrió a My Major Company para conseguir la financiación necesaria para su disco de debut.

La mayoría de sus canciones son muy rítmicas y transmiten una joie de vivre increíble. «Cuando compuse el disco estaba pletórica porque pensaba que iba a ser mi primer y último paso en la música, sinceramente». Y, convencida de que no tendría más suerte, quiso hacer un disco que levantara el ánimo o, como ella dice, «un disco bonito que haga feliz a la gente, que haga bailar y dar palmas». No quería canciones tristes. «Ya hay mucha gente que canta sobre lo terrible que es la vida. Yo quería cantar sobre lo genial que es, sobre los pequeños momentos, sobre salir con los amigos y enamorarte locamente de un desconocido para después irte a casa y no volver a verle jamás pero está bien así, te lo has pasado guay. ¿Por qué tiene que haber continuidad en las cosas?», se pregunta esta joven madrileña cuyo héroe es Groucho Marx. «Gente como él me recuerda que nunca hay que tomarse demasiado en serio a uno mismo». Ella intenta seguir ese credo. «Me gustaría que en todos mis discos sirvieran para echarse unas risas, pero que mi sonido evolucione... A lo mejor para el segundo sí será un proyecto un poquito más rock, más canalla», comenta.

El inglés lo aprendió, entre los 2 y los 4 años, en la guardería del colegio San Patricio de Madrid. «Ser bilingüe me hace ver la vida de una forma más abierta: lo divertido es no entender cosas y preguntarlas»Su debut ha sido aclamado tanto desde los 40 Principales como por Radio 3. «Ese es el sueño de todo músico. Eres popular pero además tienes calidad. Esa dualidad es muy molona, brutal».

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