Felipe se convierte en el séptimo rey de los belgas

Alberto II (segundo por la izquierda) y su hijo Felipe, junto a sus esposas, en la misa con motivo del Día Nacional de Bélgica.

Alberto II (segundo por la izquierda) y su hijo Felipe, junto a sus esposas, en la misa con motivo del Día Nacional de Bélgica. / CK BL

ELISEO OLIVERAS / Bruselas

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Felipe se ha convertido a sus 53 años en el séptimo rey de los belgas tras prestar un solemne juramento ante el Parlamento nacional y los representantes del Gobierno, de las regiones federales y de las principales instituciones del país. Una hora y media antes, el anterior rey Alberto II, padre de Felipe, había abdicado en la sede de Palacio Real por motivos de salud a sus 79 años. El relevo real se ha celebrado coincidiendo con la Fiesta Nacional. ComoBélgica es un país joven, nacido en 1830, siempre ha tenido una monarquía constitucional, por lo que el monarca es "rey de los belgas", no de Bélgica, para simbolizar de forma explícita que la soberanía reside en la población.

"Juro observar la Constitución y las leyes del pueblo belga, mantener la independencia nacional y la integridad del territorio", ha afirmado Felipe poco después del mediodía de pie, con la mano derecha levantada y vestido con el uniforme de general de cuatro estrellas, delante la sesión conjunta de la Cámara de Representantes y del Senado. El juramento se ha realizado primero en neerlandés, luego en francés y finalmente en alemán, las tres lenguas oficiales deBélgica. Felipe abandonó la barba que lucía en los últimos tiempos después de queAlberto II anunciara hace dos semanas que iba a abdicar.

UNIDAD EN LA DIVERSIDAD

El nuevo reyFelipe ha destacado en su primer discurso oficial la importancia de encontrar "un equilibrio entre la diversidad y la unidad" del país, en referencia a las endémicas tensiones entre unaFlandes que reclama cada vez más poderes y la comunidad francófona que teme la paulatina disolución del país.

"La riqueza de nuestro país y de nuestro sistema institucional reside en especial en el hecho de que hacemos de nuestra diversidad una fuerza", ha señalado el monarca. "La fuerza deBélgica es precisamente dar sentido a nuestra diversidad", ha insistido el rey.

Felipe ha subrayado asimismo que "la fuerza de Bélgica reside igualmente en sus entidades federadas", en un reconocimiento explícito de la importancia deFlandes, Valonia yBruselas y de la descentralización adicional que se va a producir en el país tras la sexta reforma del Estado. El monarca se ha comprometido además a mantener "contactos constructivos" con los responsables de las regiones federales, para intentar disipar las reticencias que existen entre los partidos flamencos hacia él debido a algunos posicionamientos públicos pasados.

TRABAJAR JUNTOS

"Demos todos juntos un nuevo impulso de entusiasmo" aBélgica, ha concluido el nuevo monarca, invitando a la comunidad flamenca y francófona a trabajar unidas y superar las diferencias que les enfrentan.

La importancia de mantener la cohesión interna y launidad de Bélgicaha sido de nuevo también uno de los importantes mensajes del discurso de abdicación deAlberto II. "Mis últimas recomendaciones para todos, reunidos aquí, son: trabajad sin pausa por la cohesión de Bélgica. De este modo seréis aún más todavía los artesanos de la paz, defenderéis mejor el bienestar de todos y nuestro país continuará siendo una inspiración para Europa que busca la unidad en la diversidad", ha subrayado Alberto II en un discurso emotivo.

Una salva de 101 cañonazos ha rendido homenaje al nuevo monarca belga, mientras el rey Felipe y la reina Matilde se han dirigido en un Mercedes descapotable negro de retorno al Palacio Real, siendo aclamados por los miles de belgas concentrados a lo largo del recorrido. Los nuevos reyes han sido ovacionados de nuevo a continuación cuando han salido al balcón del palacio.