El petróleo por debajo de 50 dólares lleva el gasóleo al precio del 2010

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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Como hace casi cinco años. El desplome experimentado por el petróleo, que ayer llegó a caer por debajo del umbral de los 49 dólares -como en abril del 2009- ha llevado los precios de venta medios de los carburantes a los niveles de hace un lustro. El gasóleo de automoción, el carburante más utilizado, se ha situado en una media de 1,087 euros y de 1,096 si se incluyen las islas Baleares, con un descenso de alrededor del 2% en la última semana. Por su parte, la gasolina también ha retrocedido hasta una media de 1,139 o de 1,15 si se incluyen los datos del mismo archipiélago, con una tendencia similar a la del carburante diésel, según los datos recopilados por el ministerio de Industria.

En todo caso, en casi 90 estaciones de servicio de Catalunya y que suman más de 200 en el conjunto de España, los precios del gasóleo marcaban ayer por debajo del euro por litro. La gasolinera más barata en Catalunya era ayer la abanderada por la portugesa Galp en la carretera del Mig en el término de L'Hospitalet de Llobregat, con el gasóleo a 96 céntimos. En todo caso, los precios más bajos siguen en las estaciones que no están abanderadas, las de petroleras con menor presencia en el mercado o las que pertenecen a cadenas de súpers o hípers, como Alcampo o Bon Àrea, de Bon Preu, según el portal de información del ministerio de Industria.

Es una buena noticia para los consumidores, pero cuando el litro de diésel tenía un precio similar al actual hacia mayo del 2010, el ingreso salarial medio en España se acercaba a los 2.000 euros mensuales (1.992,90). En la actualidad es de unos 1.800, es decir, casi el 10% menos, con lo que los salarios tienen un menor poder adquisitivo que cinco años atrás, aunque registrarán una pequeña recuperación con la entrada en vigor de la rebaja del impuesto de la renta (IRPF), que se notará a partir de la nómina de enero.  El coste de la vida desde mayo del 2010 ha experimentado a su vez un descenso del 0,4%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.

COHETE Y PLUMA

A su vez, cuando el petróleo bajó hasta cotas como las actuales en abril del 2009, el gasóleo se vendía a una media de 86,5 céntimos por litro y la gasolina, a 94,74 céntimos. Las petroleras, agrupadas en la patronal AOP, aseguran que las compañías repercuten en los precios de venta con la misma celeridad los aumentos que los descensos de los precios del barril de petróleo. Recuerdan, a su vez, que el coste de la materia prima supone el 31% del precio total en las gasolinas y el 37% en los gasóleos. Además, en la primera, los impuestos suponen el 56% y  en el segundo, el 50%.

Pero tanto el Gobierno como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) afirman lo contrario. El supervisor del mercado incluso ha acuñado el término efecto cohete y efecto pluma para describir la prisa con la que se suben los precios cuando hay alzas del crudo y la lentitud con la que se reperctue la tendencia contraria.

El barril de Brent, el de referencia en Europa, llegó a caer ayer por debajo del umbral delos 50 dólares, aunque luego se movió en torno a los 51. En todo caso, se encuentra un 55% por debajo de los 115 a los que llegó en junio pasado.

Los expertos ven al menos dos motivos que justifican esta caída. El primero es la reducción de la demanda mundial, con la ralentización del consumo por parte de grandes usuarios como China. El segundo, la irrupción de nuevos productores, como EEUU, que a su vez es el mayor comsumidor, gracias a la explotación de nuevos hidrocarburos con técnicas como el fracking o fractura hidráulica.

En este contexto, el euro siguió debilitándose frente al dólar. El Banco Central Europeo (BCE) fijó el cambio oficial en 1,1831 dólares, si bien llegó a caer hasta 1,1805 el nivel más débil desde febrero del 2006 frente al billete verde.

Con el petróleo en caída libre, el temor a la deflación (caída sostenida del nivel general de precios) y la incertidumbre ante las elecciones en Grecia, los mercados están a la expectativa de la intervención del Banco Central Europeo (BCE), que celebrará el día 22 su primera reunión de política monetaria del año, tres días antes de las elecciones griegas. La incertidumbre supone un elemento de presión al instituto que preside Mario Draghi para la compra de bonos soberanos, una medida de estímulo que elevaría la cotización del euro.