El Gobierno se escuda en que es un asunto privado

Santamaría rechaza la responsabilidad política de Rajoy por ser un tema particular

Montoro, ayer, durante la rueda de prensa del Consejo de Ministros.

Montoro, ayer, durante la rueda de prensa del Consejo de Ministros.

PILAR SANTOS / MADRID

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no tiene que comparecer para dar explicaciones sobre la detención de Rodrigo Rato ni tampoco el PP debe promover una comisión de investigación sobre este caso porque se trata de «un asunto particular». Es el argumento que ayer utilizó la vicepresidentaSoraya Sáenz de Santamaría, para intentar crear un cordón sanitario en torno al Ejecutivo cuando faltan 37 días para las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo. Exactamente la misma tesis con la que Artur Mas intentó poner distancia con el expresident Jordi Pujol cuando este confesó que tuvo una fortuna sin declarar en el extranjero durante décadas.

«No estamos ante hechos relacionados con el cargo, que ya no lo tiene, en el ámbito público», dijo Sáenz de Santamaría tras el Consejo de Ministros sobre Rato, durante años considerado el artífice del milagro económico del PP. La vicepresidenta dio a entender así que el Ejecutivo sabe al detalle qué delitos ha cometido supuestamente el exdirector del Fondo Monetario Internacional y cuál es el origen del dinero, por lo que puso en duda la supuesta separación entre los tres poderes del Estado.

PREOCUPACIÓN EN EL PP

La alcaldable de Madrid, Esperanza Aguirre, fue una de las pocas dirigentes del PP que públicamente reconoció que está muy preocupada por el impacto que la investigación sobre Rato pueda tener en las elecciones de mayo, algo que comparten en privado numerosos altos cargos del partido conservador. La vicepresidenta no quiso analizar este asunto cuando se le planteó y se limitó a destacar que el Gobierno «respeta la ley, la cumple y la hace cumplir con independencia de los procesos electorales». En la misma línea, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que le acompañó en la rueda de prensa de los viernes, subrayó que el caso Rato demuestra que la «ley es igual para todos» y que da igual la pertenencia o no a un partido. Montoro rechazó mostrar su impresión personal sobre la caída en desgracia del que fue su jefe en el Ejecutivo de José María Aznar. «No estoy para explicar sentimientos personales sino para que haya una aplicación estricta de la ley», respondió.

El ministro de Hacienda volvió a defender la amnistía fiscal que aprobó en el 2012, porque, como recuerda siempre que puede, recaudó cerca de 1.300 millones de euros y afloró 40.000 millones de euros en bases imponibles.

El Gobierno y el PP van a volcarse en los próximos días en defender la amnistía con dos argumentos principales: la tuvo que hacer por la pésima situación de las arcas públicas que dejó el PSOE y esa regularización no fue tan «opaca» como las aprobadas por los ejecutivos de Felipe González en 1985 y 1991.

Rajoy tiene hoy un acto de partido en Murcia. Habrá que ver si decide hacer algún comentario sobre el que fue su compañero en el Gobierno de José María Aznar y al que aupó a la presidencia de Bankia. ¿Pronunciará su nombre o lo evitará como con el de Luis Bárcenas?