Las exportaciones se convierten en el único motor de la economía

Las exportaciones se han convertido en la única tabla de salvación de la economía catalana después de meses de travesía en el desierto. Las ventas de las empresas catalanas al exterior durante el segundo trimestre del año aumentaron el 9,3% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. «Las exportaciones ayudan a las empresas a mantener sus empleos en España, pero no generan nuevos trabajos», asegura el profesor del IESE Alfredo Pastor, quien añade que «la economía empezará a crecer cuando se retomen las inversiones y cuando vuelva a haber actividad inmobiliaria», aunque esta última, moderada.

La actividad exterior se convierte ahora en uno de los pocos indicadores positivos de una economía que en el segundo trimestre ha crecido un 0,2% respecto a los tres meses anteriores. La subdirectora general de Análisis de la Conselleria d'Economia, Gemma Martínez, destaca «la gran mejora de la actividad industrial», así como el gran tirón en las exportaciones de todos los sectores. Destaca el empuje producido por el dinamismo de Alemania, uno de los primeros clientes de las exportaciones catalanas; así como de las economías emergentes.

Las exportaciones catalanas encadenan siete meses consecutivos de aumentos interanuales. Hasta julio, último mes del que se tienen cifras oficiales, subieron el 15,76%. El crecimiento de las ventas al exterior se registró en todos los sectores, excepto los bienes de consumo duradero, y en todos los continentes.

La exportaciones a la Unión Europea, principal destino de las mercancías catalanas, aumentaron el 10,37% entre enero y julio, menos que otros mercados emergentes como Asia (28,74%) y América Latina (29,21%), si bien el peso de estos mercados es bastante menor que el europeo. El número de empresas catalanas que venden sus productos en el extranjero aumentó un 7,1% en el 2009, hasta llegar a las 36.841.

PRODUCIR MÁS / Además del aumento de las exportaciones, otro dato a tener en cuenta es el de las importaciones, que crecieron el 14,52% entre enero y julio. Aunque en términos absolutos, supone un déficit comercial de 11.051 millones de euros (el 11,52% más que en el mismo periodo del año anterior), también significa que la empresa catalana ha aumentado la demanda para producir más.

Fuentes del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex) consideraron ayer que el incremento de las exportaciones son un indicativo muy positivo a corto plazo, aunque alertaron del riesgo de que la competitividad se resienta en el futuro si la brecha entre las compras y las ventas al exterior sigue aumentando.

Sin embargo se espera una cierta ralentización del crecimiento catalán durante la segunda mitad del año, que será cuando se perciban los efectos de los planes de ajuste públicos en todas las economías. Todavía es prematuro pensar en la creación de empleo neto porque, aunque se crece, se hace de forma débil y, en términos anuales aún es negativo, según el Govern.

La generación de empleo se producirá cuando el aumento del PIB se estabilice en torno al 1,5%. El crecimiento intertrimestral en el primer y segundo trimestres acaba, en todo caso, con siete trimestres de descensos del producto interior bruto (PIB) catalán y confirma la salida de la recesión en Catalunya.