EL PRIMER GRAN ÉXITO DE UN PILOTO EJEMPLAR

Aleix, el hermano de Pol

El recuerdo 8 Aleix Espargaró muestra la copa que se llevó el domingo tras ser segundo en el GP de Aragón de MotoGP, su primero podio.

El recuerdo 8 Aleix Espargaró muestra la copa que se llevó el domingo tras ser segundo en el GP de Aragón de MotoGP, su primero podio.

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / Barcelona

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Dicen que la diferencia entre Honda Yamaha es que Honda fabrica aviones y Yamaha, pianos. Y, claro, los pilotos de Yamaha, la gente de Yamaha, saben que ganar a una fábrica que, además de motos, hace aviones tiene un mérito tremendo, sobre todo si tú, además de motos, haces pianos, sonoros teclados.

Los pianos de cola los llevan Jorge Lorenzo Valentino RossiAleix Espargaró maneja un organillo, divertido, correcto, pero a años luz de las prestaciones de las pata negra de sus colegas oficiales. Pues con esa Yamaha el mayor de los Espargaró se ha convertido en la gran noticia, en la novedad, en la revolución del Mundial de MotoGP.

Al margen del portentoso piloto de cazas Marc Márquez, al que hay que dar de comer aparte (el domingo pretendió convertirse en el primer piloto que gana sobre el agua con neumáticos de seco, slicks), Aleix Espargaró (Granollers, 1989) está admirando al mundo. Y, tras su espectacular pole en Assen, ha llegado su no menos vistosa, gratitificante y merecida segunda plaza en Motorland (Aragón), al ser el primero que se la jugó, cambiando sus ruedas de seco por las de lluvia cuando los demás apostaban por los slicks, que acabaron con Márquez y Dani Pedrosa por los suelos.

Cuentan que la trastienda del podio de Alcañiz fue todo un espectáculo. Dicen que el ingeniero japonés Kouichi Tsuji, jefazo de Yamaha, estaba tan contento por la victoria de Lorenzo con su piano de cola como por la plata de Espargaró con sus organillo. Y dicen que el que no cabía en sí era Albert Varela, el supermanager de Lorenzo y Aleix, que el día antes, sábado, celebró que su nuevo niño, Jorge Martín, ganó la fórmula de promoción Rookie Cup.

Abrazo entre hermanos

Ya ni les cuento cómo estaba Pol Espargaró (Granollers, 1991) cuando vio cruzar la meta a Aleix, pegándose codazos con Cal Crutchlow para que no le quitase la plataPolyccio saltó sobre su hermano en el corralito para devolverle los miles de abrazos y besos que Aleix le ha estado dando durante todos estos años cuando él, Pol, ganaba 15 grandes premios, 44 podios y un título mundial.

«Te lo merecías, monstruo, te lo merecías. Has estado enorme», le dijo Pol a Aleix al oído. Y, a los dos segundos, añadió: «Pero que sepas que esto no acaba aquí. En Motegi voy a tratar de ganarte de nuevo, la sexta plaza ha de ser mía». Y es que, por detrás de Márquez (292), Pedrosa (217), Rossi (214), Lorenzo (202) y Dovizioso (142), persiguiendo la sexta plaza, están los hermanos Aleix (ahora 112) y Pol (108).

Hubo una época en la que el mayor estaba más pendiente del aprendizaje de su hermano que de su proyección. Eran, como él comenta ahora simpáticamente, mientras se abraza a Polyccio, «los tiempos en que los resultados los lograba el pequeño, venga Pol, venga Pol. ¡Pues aquí estoy yo!»

Decisión precipitada

«Es evidente -comenta el mayor de Granollers- que, por más duro que trabajes, si no logras resultados, no brillas, no cuentas. Es ahora cuando empiezo a recoger los frutos de tanto sacrificio y riesgo. ¡Suerte que siempre he tenido a la familia de mi lado!»

Eso sí, cuando Aleix entró por sorpresa en su box para cambiar de moto «temí que mis mecánicos pensasen que estaba loco, pues aún no llovía de firme. Pero ahí estaban ellos, como siempre, listos para echarme una mano». Para subirlo a su primer podio.