LA ÚNICA TRIPULACIÓN FEMENINA EN LA BARCELONA WORLD RACE

Desafío de mujeres

JOAN CARLES ARMENGOL
BARCELONA

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Ocuparán uno de los 15 barcos de 60 pies de eslora (18 metros) que, el último día de este año, zarparán para dar la vuelta al mundo sin escalas en la segunda edición de la Barcelona World Race (BWR). Por delante les esperan unos tres meses de navegación por el Mediterráneo y tres océanos, dos hemisferios y 25.000 millas náuticas (46.300 kilómetros) para intentar convertirse, al final, en la primera tripulación íntegramente femenina en completar la circunvalación de la Tierra. La catalana Anna Corbella (34 años) y la inglesa Dee Caffari (37) intentarán darle la vuelta a la historia y plantar cara al resto de veleros (idénticos al suyo) que, al menos, contarán todos con un regatista masculino a bordo.

«¡Que tiemblen los hombres!», bromea Dee Caffari mientras la pareja femenina ultima frente al puerto de Barcelona los preparativos de su IMOCA Open 60, el barco patrocinado por GAES Centros Auditivos con un mástil de 30 metros, casi cuatro años de vida y 60.000 millas recorridas, que les debe llevar de vuelta a Barcelona tras más (calculan) de 90 días de travesía.«Vamos a dar mucha guerra»,añade, más en serio, Anna Corbella, mientras baja del palo mayor donde se ha avenido a subir para prestarse al objetivo del fotógrafo de este diario.«¿Una tripulación femenina? Nos gusta que sea una inspiración para que otras mujeres se decidan a practicar deporte»,contestan en consenso las dos regatistas, que no renuncian a ocupar una posición destacada en la clasificación final de la BWR.

La fuerza de la experiencia

«No hay muchas diferencias entre tripulaciones masculinas y femeninas», analiza Corbella, la primera española en cruzar en solitario el Atlántico cuando, el año pasado, fue la primera mujer (entre 13) y clasificada en el puesto 13º (entre 85 participantes) en la Mini Transat 6.5 que une La Rochelle (Francia) y Salvador de Bahía (Brasil). «El factor físico no es tan determinante, cuenta más la experiencia», añade la tripulante barcelonesa, que en ese aspecto, el de la experiencia, confía mucho también en su nueva compañera. Dee Caffari ha aprovechado el tiempo. Solo hace 10 años que navega en serio, pero ya ha dado tres veces la vuelta al mundo, incluida una Vendée Globe con el mismo barco que pilotará ahora y una circunvalación en solitario contra los vientos dominantes (de Este a Oeste) que la tuvo 178 días en el mar entre el 2005 y el 2006. Anna, en cambio, solo ha estado un máximo de 28 días sin pisar tierra firme. Procede de la vela olímpica y, aunque navega desde que tenía cuatro años, nunca ha tenido que bregar con los40 rugientes y los50 aulladores, esas míticas latitudes de los océanos australes impregnadas de frío, olas gigantescas y restos de hielo antártico.

Complementarias

«Las dos haremos de todo en el barco porque navegar a dos es muy similar a hacerlo en solitario, ya que una siempre tiene que descansar», explica Anna Corbella.«Pero creo que las dos nos complementaremos bien. Ella es muy fuerte, un armario, y puede aportar la resistencia, y yo estoy acostumbrada a llevar el barco en velocidad, ir muy rápido todo el tiempo. El objetivo debe ser navegar lo mejor que podamos, cometer pocos errores y apretar, pero sin romper nada, sin arriesgar el material. Si lo hacemos así, podemos superar a muchos favoritos, que suelen tener más problemas porque aprietan mucho desde el inicio y suelen quedarse por el camino».

Corbella está a un paso de cumplir uno de sus sueños, que además tendrá más eco por la novedad de la tripulación femenina.«Yo habría ido a la BWR con quien fuera, me daba igual que fuera hombre o mujer, pero los patrocinadores pensaron que este equipo tendría más visibilidad que uno mixto»,explica la regatista catalana, que solo ha navegado con Dee Caffari para trasladar el barco de Londres a Barcelona en una travesía en la que tuvieron que racionar la comida al prolongarse más de lo previsto.«No tenemos por qué ser amigas, pero nos compenetramos bien en el barco», concluye Corbella.