FESTIVAL

El universo 'freak' de The Tiger Lillies llega al Temporada Alta

Una escena de 'Freakshow', una insólita propuesta de circo y música.

Una escena de 'Freakshow', una insólita propuesta de circo y música.

JOSÉ CARLOS SORRIBES / Barcelona

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Festivales como el Temporada Alta se definen por su amplitud de miras. Por su capacidad para acoger las propuestas más insólitas y distanciadas, a las que siempre intenta estar atento su director, Salvador Sunyer. A nadie debería sorprender, por lo tanto, que en un mismo fin de semana se citen el cabaret punk, pos-brechtiano, calificativos de Sunyer, de los británicos The Tiger Lillies y la experimentación con el lenguaje escénico y cinematográfico de la compañía chilena Teatrocinema.

El origen de The Tiger Lillies, un grupo surgido hace dos décadas, es concluyente. Martyn Jacques, el fundador, cantante y compositor, creció en el Soho londinense entrepeep-shows, burdeles y narcotraficantes. Esos vecinos no malearon su espíritu para impedirle estudiar interpretación vocal, clásica y de jazz. Pero el entorno de su juventud sí dejó huella en alguien que se define como un «clownpsicótico». De ahí su pasión por escribir canciones sobre personajes marginales, del submundo, o irreales sin más. Como los que pueblan elFreakshowque llega a Girona: una pareja de enanos que baila e interactúa con el público, una mujer gorda con tres corazones, una mujer serpiente o un hombre con tres piernas. Con acrobacias y piruetas circenses incluidas.

Jacques (voz, acordeón, piano y ukelele), Adrian Stout (contrabajo, sierra musical, guitarra y theremin, un instrumento electrónico de los años 20) y Adrian Huge (batería, percusión y juguetes) ponen la música a la galería de retratos defreaksque les acompañan en escena. ¿Concierto conperformances? ¿Circo con canciones? Eso y mucho más. «La música acompaña lo que definiría como realismo grotesco», dice Stout.

Realismo que no evita la brutalidad de unas piezas, que Jacques interpreta con su voz de falsete, en las que se habla de violación, asesinato o escatología. Esperpento, horror, sí; pero también belleza y poesía.

TEATRO MÁS CINE / Hoy, un día antes queFreakshow,llegará el montaje singular de Teatrocinema.Sin sangre,una novela de Alessandro Baricco, es el texto que adaptó la compañía chilena para iniciar una «fusión y confusión de dos lenguajes», según explica su director, Juan Carlos Zagal. Una dramaturgia que nace del teatro y que se alimenta de las proyecciones y otros recursos del cine.

Esta historia de venganza de Baricco, «casi de ojo por ojo, diente por diente», de heridas que no cierran en una sociedad, les encajó en un proyecto de memoria histórica. «Existe en nuestro país la tendencia de minimizar el daño que significó la dictadura, de blanquear la historia. Hay que rescatar la memoria para un futuro mejor», subrayó Zagal.

El objetivo va acompañado de esa peculiar puesta en escena que busca mantener la tensión del público. Las imágenes grabadas permiten, en un relato vertiginoso como el de Baricco, viajar en el tiempo y el espacio en tiempo real.