LENTA TRANSFORMACIÓN URBANÍSTICA DE UN ESPACIO clave EN SANTS-MONTJUÏC

Más de 30.000 metros cuadrados de Can Batlló siguen bloqueados

Aspecto abandonado de la nave central del recinto fabril de Can Batlló, que ha quedado fuera del acuerdo entre el ayuntamiento y la propiedad.

Aspecto abandonado de la nave central del recinto fabril de Can Batlló, que ha quedado fuera del acuerdo entre el ayuntamiento y la propiedad.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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Más de 30.000 metros cuadrados de Can Batlló -31.066, para ser exactos-, siguen bloqueados, pendientes de la firma de un acuerdo entre la propiedad del recinto fabril, Immogaudir, y la Generalitat de Catalunya. Este espacio, equivalente a tres manzanas del Eixample, corresponde a la nave central de la antigua fábrica -la de la mítica chimenea que preside la Gran Via- y a los terrenos de Magòria, ambos dentro de una segunda fase de la actuación urbanística, de la que el Ayuntamiento de Barcelona jamás habló en la rueda de prensa en la que presentó a bombo y platillo el desbloqueo de la macrooperación el día antes de la comisión de urbanismo en la que se debía aprobar. No se aprobó hasta semanas más tarde, debido a la inclusión en el acuerdo con la propiedad de una finca en Horta-Guinardó, por la que el municipio pretendía pagar -en especies, mediante la urbanización de Can Batlló- 22,5 millones y que, tras la negociación con el PP y una segunda tasación, quedó en 21,1 millones, con lo que salió adelante.

«Cada vez se sacan un conejo distinto de la chistera. Primero fueron los 22 millones de la famosa finca de los Tres Turons, y ahora esta segunda fase, de la que quedan fuera la mayoría de los industriales que siguen trabajando en el recinto, y de la que nunca habían hablando en las muchas reuniones de seguimiento que hemos tenido», explica sin ocultar su enfado Jordi Soler, miembro del Centre Social de Sants y uno de los impulsores de la campaña para la recuperación del espacio. «Se han llenado la boca diciendo que en unos meses habían hecho más que lo el gobierno anterior en 30 años, pero a la práctica no han hecho nada. Seguimos igual. Es más, peor», asegura un industrial que sigue afectado.

INDEMNIZACIÓN / La existencia de estos 30.000 metros cuadrados aún bloqueados salió a la luz cuando uno de los industriales, que por fin creyó ver la luz al final del túnel tras las múltiples declaraciones públicas del consistorio anunciando el desbloqueo, llamó a la concejalía de Urbanismo para preguntar por su indemnización y menuda fue la sorpresa que se llevó cuando le comunicaron que «su tema estaba igual», al encontrarse su taller en los terrenos de la misteriosa segunda fase.

Fuentes municipales insisten en que Can Batlló es una prioridad para el nuevo equipo de gobierno, que se reafirma en que sí ha hecho los deberes desencallando los terrenos sobre los que tenía potestad y cuya urbanización tirará hacia delante, igual que la construcción de los pisos protegidos acordados. «En cuanto a las piezas que dependen de la Generalitat, han habido conversaciones para que entiendan que es importante que cumplan con su parte», prosigue la misma voz municipal. Ni los vecinos ni los industriales, por su parte, entienden ni que se les haya ocultado la existencia de esta segunda fase -cuyo desbloqueo supondría una inyección por parte de la Generalitat de otros siete u ocho millones, a sumar a el total de 31,1 puestos por el consistorio- ni que este no pueda presionar más para llegar a un pronto desenlace, «siendo ambos del mismo color político».