recursos contra el uso abusivo de la vía pública

El blindaje de los puntos 'invadidos' desvía la indigencia a otras calles

REPERTORIO DE VERJAS CONTRA EL MAL USO DEL ESPACIO 3Arriba, de izquierda a derecha, verjas en el callejón de Beat Simó; en Moreres con el mercado de la Boqueria, y en la calle de las Mosques. Debajo, invento en una tienda de la calle de Ferran para q

REPERTORIO DE VERJAS CONTRA EL MAL USO DEL ESPACIO 3Arriba, de izquierda a derecha, verjas en el callejón de Beat Simó; en Moreres con el mercado de la Boqueria, y en la calle de las Mosques. Debajo, invento en una tienda de la calle de Ferran para q

PATRICIA CASTÁN / DAVID PLACER
BARCELONA

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La triple receta expedida por el ayuntamiento contra la nueva indigencia enquistada en muchas calles y plazas de Barcelona (urbanismo preventivo, policía y acción social) podría funcionar correctamente si se administra el tratamiento completo, pero se queda corta con la aplicación parcial. Las medidas urbanísticas (colocar una valla, eliminar un rincón...) funcionan pero sin otro seguimiento desvían el problema a otros puntos próximos; las policiales en solitario solventan el conflicto solo momentáneamente; y la acción social tan solo apunta, de momento, a los indigentes sin techo tradicionales, por lo que no tienen cabida los nómadas urbanos ni la nueva indigencia vinculada al paro y al alcoholismo y que ocupa la calle durante horas aunque no pernocte en ella.

El banco de pruebas de Ciutat Vella ya demostró que con bancos individuales, la indigencia se alejaba de la plaza Reial, aunque se situaba a solo unos metros. Y la historia se repite en los muchos experimentos realizados en el último año. Así, las 60 actividades lúdicas desarrolladas este verano en 19 espacios públicos estratégicos han ayudado a «evitar usos excluyentes o inadecuados por parte de determinados colectivos», indican fuentes municipales. que aseguran que las medidas «funcionan». No obstante, es común que la nueva indigencia se reinstale en cuanto tiene ocasión, o lo haga en alguna de la docena de plazas detectadas (como mínimo) por este diario. En la plaza de George Orwell, como en otras, la presencia policial habitual y las cámaras reducen la inseguridad, pero no evitan que se instalen los grupos de nómadas y otros.

EXPERIMENTOS / Los vecinos y comerciantes aseguran que las mejoras urbansticas ejecutadas por el ayuntamiento para evitar que los indigentes duerman en las esquinas y que las parejas mantengan relaciones sexuales en rincones no bastan.

El ayuntamiento colocó hace algunas semanas cámaras en la esquina de Ferran con Rauric, donde vendedores de droga y delincuentes tenían atemorizados a los vecinos y a los turistas. La filmación funciona durante el día pero no por la noche. «A partir de las dos o tres de la mañana, tenemos el mismo problema. Los delincuentes se adueñan de la calle y se abalanzan sobre los turistas, los tiran al suelo», explica un vecino de la calle Rauric que pide anonimato.

Los vecinos de la zona habían pedido hace años la instalación de una reja en la calle de Beat Simó, un pequeño pasaje invadido día y noche para todo tipo de actividad, incluida como urinario. Desde que se instaló ha resuelto problemas concretos de algunos residentes, pero no ha limpiado el resto de la calle.

De hecho, son muchos quienes actúan a nivel particular. Los comerciantes ya habían tomado la iniciativa del seudourbanismo preventivo antes que el ayuntamiento. «Colocamos esta reja en el suelo para que no se sienten o duerman aquí. Creaban mal ambiente y nos dañaban los cristales», afirma el encargado de la tienda Lafuente, en la calle de Ferran.

Los vecinos de la calle de la Morera, entre Hospital y el mercado de la Boqueria, habían pedido hace varios meses cerrar con una reja parte de la calle y también más presencia policial para evitar la indigencia y la prostitución. Hace algunas semanas les instalaron una valla en un pequeño rincón de la calle pero la medida no evita el problema en el entorno. «Tienen que cerrar un tramo más grande porque todavía viene gente a dormir y mear», señala el vecino Antonio Mármol. La mayoría de afectados aplauden el inminente cierre nocturno de los porches del mercado, pero piden más vigilancia. Cerca, en Hospital con Egipcíaques, se han puesto rejas en la sede del Consell Superior d'Investigacions Científiques y suprimido desniveles.

No son las únicas. El ayuntamiento últimamente ha puesto vallas en 14 parques. Mientras que en puntos como como el conjunto de bloques Roma 2000, en el Eixample, lo han asumido los residentes.