Sin taxis en Sants

Domingo por la noche. Llegada del AVE de Madrid a las 23.45 horas. Sin tiempo para coger el metro, excepto si eres joven, estás en buena forma para correr y no llevas equipaje. Sin posibilidad de coger un autobús, ya que el servicio finaliza mucho antes. Y mejor no hablar de los Nit bus. La opción del bicing queda limitada a los jóvenes, en buena forma, sin equipaje y que no residan en un barrio con grandes pendientes (nota para nuestra alcaldesa: ¿alguna vez ha pensado que Barcelona es algo más que el Eixample, Ciutat Vella y Poblenou?).  El coche particular también queda descartado: prohibitivo si se trata de dejar en vehículo cuatro días en un párking, imposible si se opta por aparcarlo en la calle. ¿Cómo regresar a casa a esas horas? O te teletransportas o solo te queda la opción del taxi.  ¿Problema? Que no hay taxis. 

La noche del domingo se formaron dos larguísimas colas en las partes frontal y trasera de la estación de Sants y los taxis fueron llegando con cuentagotas. Mi familia y yo tardamos 40 minutos en poder subir a uno y dejamos detrás de nosotros a más de 60 personas esperando.

No sé de quién es la culpa: si del ayuntamiento, la autoridad metropolitana o los empresarios del taxi. Pero creo que todos ellos son responsables de que los ciudadanos podamos regresar a casa pasada la medianoche. Hasta ahora era una firme defensora del sector del taxi en sus conflictos laborales. Pero ya no. Si no son capaces de ofrecer un servicio público mínimo (y que haya taxis en la estación de Sants cuando llega un tren me parece un servicio mínimo) no merecen tener mi solidaridad como ciudadana.

El mismo argumento me sirve para esos responsables municipales y metropolitanos que se llenan la boca con la defensa del transporte público. Si no son capaces de garantizar ese servicio mínimo, dedíquense a otro trabajo.