LOLI MUÑOZ

Del barrio del Carmel a Las Vegas

'Arrasandor', el campeón más joven_MEDIA_1

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Pocos boxeadores españoles pueden decir que han peleado en la meca de su deporte. Hasta Las Vegas se fue, hace cuatro años, una joven del barrio del Carmel, Loli Muñoz, la mejor (y casi la única) boxeadora española. «En Catalu-nya ahora mismo somos tres profesionales y ninguna de mi peso [ligero]; en el resto de España no hay», dice. «Disputé un mundial en el Orleans Hotel. Fue como un sueño, como si un futbolista juega en el Camp Nou», recuerda.

No es su única pelea por un cetro universal. Ha hecho, también sin éxito, tres en Alemania y otras dos en Uruguay. «Es triste, pero la realidad es que si no eres el local, es muy difícil ganar». En el país sudamericano, explica, vivió una odisea esperpéntica ante Cris Namús, un ídolo en Uruguay y una boxeadora con contrato con un canal de televisión. «Anularon el combate porque el árbitro la aguantó para que no cayera y el último asalto duró medio minuto menos. Estuvimos una semana abriendo los informativos de deportes. Volví a ir y fue más escandaloso todavía».

Y no es que se forre con esas peleas transoceánicas. «Gastos pagados y poca cosa más. Me encanta viajar. Si fuera por dinero, no le pego a nadie», sentencia. El dinero lo gana como funcionaria judicial, un trabajo que le facilita los entrenamientos al hacer turnos.

Esta licenciada en Matemáticas, y con un máster en banca y finanzas, llegó al boxeo tras prácticar kickboxing. «Siempre quise hacer deportes de contacto, aunque mi madre intentó evitarlo con el baloncesto y la natación». Al entrar en la universidad se apuntó al gimnasio y empezó su carrera. «Mis amigos ya están habituados; al principio me decían que estaba mal de la cabeza, como todo el que no entiende qué es el boxeo. ¿Novios? He tenido parejas, ahora no, y lo han entendido. El boxeo va conmigo». Y a sus 37 años va a seguir: «Mientras el cuerpo aguante y me lo pase bien».