Emotiva protesta en la Mola: excursionistas defienden su histórico restaurante a un día del cierre

Este sábado 20 de enero, a un día del cierre definitivo del restaurante ubicado en la cima de la Mola por orden de la Diputació de Barcelona -después de 58 años de servicio-, unos 50 excursionistas y clientes habituales han subido al monte vallesano para protestar contra una decisión que consideran "injusta" y "desproporcionada", y para dar apoyo a la familia que a lo largo de tres generaciones ha gestionado este establecimiento, y que también ha estado presente en la manifestación.

Entre gritos de "Queremos desayunar", "La Mola es de todos" y "Gomar dimisión", los concentrados han criticado que el plan de la Diputación de Barcelona para preservar el monasterio y el entorno sería compatible con el mantenimiento del negocio. "Vemos bien que se hagan obras y se preserve el entorno, pero las formas no han sido las correctas", han apuntado. Según datos de la Diputació, en este restaurante solo se sirven 23.000 comidas anuales, de las 300.000 personas que, aproximadamente, suben la cima de La Mola anualmente.

Durante la concentración, los propietarios -concesionarios- del negocio, visiblemente emocionados, han dicho sentirse "como si los desalojaran de su propia casa".

El pasado jueves, la Diputació de Barcelona ratificó la noticia del cierre del único restaurante de La Mola, después de 58 años en activo; ya que no le renovará el contrato de concesión que caduca este lunes, 22 de enero. Esta medida se enmarca en el plan de futuro de La Mola, y cuenta con el soporte del Ayuntamiento de Matadepera. De hecho, su alcalde Guillem Montagut expresó su deseo de que "no todo el mundo suba a la cima" de la Mola y "se promuevan otras rutas por el parque natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac", de manera que no todos los montañistas pasen por este acomodado municipio.

La medida tiene el soporte del Ayuntamiento de Matadepera, que busca que los excursionistas hagan "otras rutas" y no todos pasen por el acomodado municipio

Por su parte, excursionistas y dueños del restaurante presentaron 10.000 firmas en contra de su cierre a la Diputació en diciembre; y este mes de enero semana entregaron 14.500 firmas al Ayuntamiento de Matadepera, aun con la esperanza de que las administraciones dieran marcha atrás. No sirvió de nada.

Así viven los excursionistas y los dueños los últimos días del restaurante de la Mola

El futuro de la Mola

A partir del 23 de enero de 2024, estará cerrado el espacio de uso privativo que era el restaurante, la cocina y los almacenes, y se desplegará un equipo de seguridad e informadores que explicarán cuál es la nueva situación del espacio natural. Se podrá seguir visitando la iglesia, la sala mirador y el patio del recinto románico, y los lavabos seguirán funcionando.

El plan de futuro de La Mola, elaborado por los servicios técnicos de la Diputación de Barcelona en consenso con el gobierno municipal de Matadepera, quiere que los protagonistas de la montaña sean "la educación ambiental y el patrimonio cultural", y no la actividad de restauración, que aseguran se ha convertido en "la actividad principal" y, en su opinión, provoca una masificación y degradación ambiental que pone en peligro un Bien de Interés Cultural Nacional, que es el convento románico donde se encuentra.