El hospital penitenciario de Terrassa, 30 años combinando la atención médica avanzada a reclusos

Poca gente lo sabe, pero Catalunya cuenta desde 1993 con un hospital dedicado únicamente a los presos y se sitúa en Terrassa. Se trata de una experiencia única en el España y de las pocas de Europa, y ACN la ha podido visitar.

El centro atiende a una población de menos de 10.000 personas y está vinculado al Hospital de Terrassa. Se visitan a los presos con alguna afección que no puede ser diagnosticada o tratada en los servicios médicos de cada centro penitenciario y se quedan ingresados si hace falta. Anteriormente esto se hacía en una planta del Hospital Clínic de Barcelona pero el nuevo sistema es mucho más cómodo: combina las instalaciones médicas de un hospital pequeño o comarcal con las medidas de seguridad de un centro penitenciario. Nunca ha ocurrido ningún incidente de seguridad grave.

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En un extremo del recinto del Hospital de Terrassa, entre las dos cocapitales del Vallès Occidental, hay un edificio no demasiado grande y bastante discreto de dos plantas, la Unidad de Hospitalización Penitenciaria (UHP), adscrita, como el hospital , en el Consorcio Sanitario de Terrassa (CST), que atiende a cientos de miles de ciudadanos de la comarca. El visitante externo ya puede ver en la entrada que hay un escáner y un arco detector de metales, algo más propio de una cárcel que de un hospital. Pero los presos no entran por esa puerta. Lo hacen a través de un túnel en el que los llevan los vehículos policiales o, en caso de urgencia médica máxima la ambulancia. El túnel está cerrado por ambos lados con grandes puertas metálicas de seguridad.

Nunca están las dos abiertas simultáneamente, como ocurre constantemente en las cárceles y en este hospital penitenciario. Allí es donde se realiza el intercambio de los responsables de seguridad. Los Mossos se quedan fuera, y los funcionarios penitenciarios, como ocurre en las prisiones, se hacen cargo de la seguridad interior.

Dentro hay muchas más cámaras de seguridad que en los hospitales y muchas más puertas que cierran el paso y que sólo se abren por orden de un funcionario de vigilancia que avisa por radio a la sala de control. Por el resto del funcionamiento del edificio, es todo similar a un hospital convencional, con pequeñas excepciones anecdóticas: hay una cabina de teléfono en el pasillo porque los presos no pueden llevar teléfono móvil, y se puede fumar en las salas de espera , porque el tabaco puede calmar ciertas tensiones, como ocurre en prisión.

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En la planta baja se encuentran las consultas externas de las diversas especialidades. Siempre hay algún médico de guardia y otros médicos pueden trasladarse desde el Hospital de Terrassa a la unidad penitenciaria simplemente cruzando un puente entre los dos edificios.

También a menudo se traslada a los presos de la UHP al hospital si algún aparato médico, sobre todo de diagnóstico, no está presente en la UHP. Esto puede incomodar a otros visitantes del centro hospitalario ordinario, pero se intenta que no interfiera demasiado en las visitas y los presos no se esperan en la sala de espera sino que son trasladados cuando el médico lo indica.

El equipo del CST presta atención especializada ambulatoria a las cárceles de Quatre Camins, Jóvenes (La Roca del Vallès), Brians 1, Brians 2 (Sant Esteve Sesrovires, Baix Llobregat) y Mujeres de Barcelona, por las especialidades de medicina interna , dermatología, cirugía ortopédica y traumatología, cirugía general, optometrista, ginecología, pediatría, diagnóstico por la imagen y rehabilitación.

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La UHP atiende las consultas externas de especialidades de digestivo, urología, neumología, nefrología, endocrinología, hematología, medicina interna, cardiología, oncología, reumatología, otorrinolaringología, oftalmología, neurología, cirugía general, torácica, vascular, plástica, ortopédica así como electrocardiogramas, electromiogramas, electroencefalogramas y espirometrías.

También atiende a los hospitales de día oncológico y general que han programado la actividad de forma habitual. En cuanto a las exploraciones adicionales como TAC, resonancias magnéticas o ecografías ginecológicas, se realizan en el Hospital de Terrassa.

En la UHP existe una plantilla fija de enfermeras y auxiliares de enfermería, mientras que los médicos van cambiando según la especialidad y las visitas que tienen, y proceden del Hospital de Terrassa. Todos los profesionales que trabajan lo hacen de forma voluntaria, pero casi ninguno de los médicos del CST se ha negado nunca a visitar a un preso.

"El entorno más seguro posible"

El director del área de salud penitenciaria, Joan González, destaca en el ACN la modalidad de visita telemática que mejora la eficiencia del sistema, ya que se reducen los traslados, aumentando la actividad tanto en número como en especialidades. Desde Brians 1 y 2 se ha activado la visita telemática asincrónica con o sin fotografía de la especialidad de dermatología.

González dice que el funcionamiento interno del centro es como cualquier otro hospital pese a algunos condicionantes, como las puertas cerradas y la presencia de funcionarios de prisiones que acompañan a los internos a las visitas aunque respetan la "intimidad" de las consultas médicas. "Es el entorno más seguro posible". Uno de los principales aspectos que deben tener en cuenta los profesionales es no olvidarse del instrumental médico sobre tablas u otros lugares, sobre todo en el caso de herramientas cortantes.

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