Paleontología

El simio más grande de la Tierra se extinguió antes de lo pensado

Los cambios en el entorno lo fueron empujando a la extinción: este distante antepasado humano fue el primate más grande que caminó sobre el planeta

Recreación artística de un grupo de Gigantopithecus blacki dentro de un bosque en el sur de China.

Recreación artística de un grupo de Gigantopithecus blacki dentro de un bosque en el sur de China. / Créditos: García/Joannes-Boyau (Universidad Southern Cross).

Pablo Javier Piacente

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Gigantopithecus blacki no pudo adaptarse al cambio de hábitats de bosque a hábitats similares a la sabana, perdiendo en la competencia por el alimento con otros primates más ágiles y pequeños, según un nuevo estudio. El enorme simio, que llegó a alcanzar los 3 metros de altura y los 250 kilogramos de peso, se extinguió hace entre 295.000 y 215.000 años, alrededor de 100.000 años antes de lo que se suponía hasta hoy.

Un equipo de investigadores chinos, australianos y estadounidenses han demostrado que el primate más grande que existió en la Tierra, conocido como Gigantopithcus blacki, se extinguió antes de lo que se pensaba hasta el momento por su incapacidad para adaptar sus preferencias y comportamientos alimenticios a diversos cambios en el entorno, que tuvieron lugar durante una relativamente breve ventana temporal sobre finales del Pleistoceno medio.

Según una nota de prensa de la Universidad Macquarie de Australia, una de las instituciones que lideró la investigación, los gigantescos simios vagaron durante mucho tiempo por las llanuras kársticas del sur de China, llegando a los 3 metros de altura y alcanzando un peso de 250 kilogramos.

Un misterio resuelto

Estos distantes antepasados humanos se extinguieron antes de que nuestra especie llegara a la región, dejando muy pocas pistas sobre su final y sobre su existencia: solamente alrededor de 2000 dientes fosilizados y cuatro mandíbulas son los únicos vestigios que se conservan de su paso por la Tierra.

Los científicos describen en un nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Nature, que Gigantopithecus blacki fue el primate más grande de todos los tiempos y uno de los más grandes de la megafauna del sudeste asiático: persistió en China desde aproximadamente 2 millones de años atrás hasta finales del Pleistoceno medio, cuando se extinguió.

Su desaparición es enigmática, teniendo en cuenta que fue uno de los pocos grandes simios asiáticos que se extinguió en los últimos 2,6 millones de años, mientras que otros, incluyendo al orangután, sobrevivieron hasta el presente. ¿Por qué una criatura tan poderosa pereció en un momento en que otros primates se estaban adaptando y sobreviviendo?

“La historia de Gigantopithecus blacki es un enigma en paleontología. La causa no resuelta de su desaparición se ha convertido en el Santo Grial en esta disciplina”, indicó en el comunicado uno de los autores del estudio, el profesor Yingqi Zhang, especialista del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia China de Ciencias (IVPP).

Cambios en el entorno y falta de adaptación

Ahora, los científicos realizaron análisis multidisciplinarios a 22 cuevas en el sur de China, empleando 157 edades radiométricas de seis técnicas de datación, para establecer una línea de tiempo sobre la desaparición del enorme simio. Concluyeron que Gigantopithecus blacki se extinguió hace entre 295.000 y 215.000 años, aproximadamente 100.000 años antes de lo que se suponía hasta hoy.

De acuerdo a un artículo publicado en Science News, la reconstrucción del equipo científico reveló que hace alrededor de 700.000 a 600.000 años el sur de China modificó su paisaje boscoso y evolucionó a un entorno más estacional. Esto significa que los primates pasaron de vivir en un hábitat típico de bosque a otro más semejante a una sabana.

Algunos simios pudieron adaptarse a estos cambios, pero Gigantopithecus blacki no pudo hacerlo con la suficientes rapidez y su número disminuyó lentamente, hasta finalmente extinguirse. Todo indica que no logró competir con éxito por el alimento con otras especies, que resultaron más ágiles y veloces en el nuevo entorno, desarrollando estrés crónico y deteriorándose lentamente.

Al fechar directamente los restos fósiles, los especialistas confirmaron que su edad se corresponde con la secuencia de luminiscencia en los sedimentos donde se encontraron, conformando una cronología completa y confiable para la extinción del gran simio. Los investigadores creen que revelar las razones de las extinciones pasadas aporta un punto de partida para comprender la resiliencia de los primates y el destino de otros animales grandes, tanto en el pasado como en el futuro.

Referencia

The demise of the giant ape Gigantopithecus blacki. Yingqi Zhan et al. Nature (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-023-06900-0