Asiento vip a 3.000 euros por partido, con saludo de Florentino y foto con Vincius Jr.

"¡Es la economía, estúpido!", la ce,lebre frase de James Carville, asesor del demócrata Bill Clinton en la exitosa campaña que, en 1992, le impulsó desde su modesto sillón de gobernador de Arkansas hasta el Despacho Oval de la Casa Blanca, descolocando a su contrincante republicano, George H. Bush, padre, que seguía volcándose en los éxitos de la política exterior estadounidense como el fin de la Guerra Fría o la Guerra del Golfo, olvidándose de los problemas cotidianos y de las necesidades más perentorias de los ciudadanos, lleva ya muchos años de moda en el fútbol de élite, especialmente en ese fútbol donde jamás hay suficiente dinero para pagar todo lo que necesitan, o deben, o despilfarran.

La última moda, el último grito, la última manera de sacar dinero a los que tienen (demasiado) dinero, a los que desean aparentar, a los que necesitan enseñar su poder a colegas y clientes, a los que quieren susurrarles a los suyos “este es mi poder”, son los palcos vip de dos de los más majestuosos estadios de fútbol de la próxima década, el nuevo Santiago Bernabéu y el reformado Spotify Camp Nou.

Unidos por el negocio

Mucho se ha escrito y hablado sobre la dependencia que la gestión económica del ‘nuevo’ Joan Laporta ha tenido (y tiene) de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. Es evidente que esa relación no gusta a la mayoría de socios y simpatizantes del ‘mès que un club’, que no solo han comprobado los quebraderos de cabeza que le ha supuesto a la entidad catalana la insistencia de defender la creación de la atascada Superliga frente a la Champions de la UEFA, sino también la aparición, como asesor y ‘conseguidor’, de Anas Laghrari, mano derecha financiera de Florentino, banquero franco-magrebí, cofundador de Key Capital, empresa de servicios de inversión independiente, orientada a clientes corporativos e inversores. Todo el mundo señala a Laghrari como un hombre importante en la financiación del Espai Barça.

Cero información

La creación de una nueva vía para suculentos ingresos a través de los asientos vip del Bernabéu y Camp Nou también tiene un punto de encuentro, no solo en la idea, muy extendida desde hace décadas en el deporte-espectáculo de Estados Unidos, sino también en la gestión, pues todo lo que concierne a ese negocio y servicios añadidos ambos dirigentes lo han dejado en manos de la compañía Legends, perteneciente al grupo inversor Sixth Street, ‘patrocinador’ de una de las palancas laportistas, por valor de 300 millones de euros.

‘Chus’ Bueno, máximo ejecutivo de Legends, ha declinado hablar con El Periódico del tema de los palcos tanto del Bernabéu como del Camp Nou. Eso sí, con suma educación y delicadeza. “Hable con ellos”. Y ellos, tampoco hablan. El secretismo y la opacidad imperan en todas las contrataciones de uno y otro estadio. Es más, en Madrid ya han empezado a crearse grupos de socios descontentos, no tanto con la gestión del nuevo negocio, sino por cómo ha afectado la creación de esos palcos a su ubicación en el estadio, al asiento de toda la vida.

El Real Madrid tiene una gran variedad de palcos y asientos VIP, que no solo han empezado a comprar y/o alquilar grandes multinacionales, sino también millonarios de todo el mundo, que consideran como un auténtico lujo, el último Rolex, el último Ferrari, una nueva manera de impresionar a sus colegas de riqueza, esgrimiendo un asiento en el estadio más moderno del mundo.

Saludo y foto

Y, dentro de esa nueva manera de hacer dinero a través del fútbol-espectáculo-negocio, Florentino Pérez y José Ángel Sánchez, el Director General blanco, van tres pasos por delante de los dirigentes azulgranas. Mañana, a las 21.00 horas, con motivo del último partido de LaLiga, Real Madrid-Betis, previo a la gran final de la Champions frente al Borussia Dortmund, en Wembley (1 de junio, 21.00 horas), el club blanco tiene la intención de estrenar cerca de 200 asientos, localidades de lujo, en el conocido ‘Sky-Bar’, situado en el anillo más alto del Bernabéu, con unas vistas más, mucho más, que espectaculares, simplemente únicas, sencillamente impresionantes.

Cada uno de esos asientos costará, por partido, entre 2.500 y 3.000 euros, dependiendo de los servicios contratados, tales como catering y demás. Eso sí, los madridistas o, simplemente, aficionados al fútbol (ricos, claro), que adquieran en cada partido esos asientos serán visitados y saludados por el propio Florentino antes de que comience el partido y, una vez concluido el encuentro, podrán bajar al vestuario merengue, si lo desean, para poder fotografiarse, por ejemplo, con Vinicius Júnior.

Suscríbete para seguir leyendo