Estreno en TV3

'Generació porno': la docuserie que deben ver los padres (aunque no querrían)

El documental muestra en sus cuatro capítulos el peligro que supone que niños y adolescentes conozcan el sexo a través de las imágenes que circulan por internet, a las que tienen fácil acceso

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Generació porno

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Inés Álvarez

Inés Álvarez

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El porno ya forma parte del día a día de los niños y adolescentes. Algunos (niños y niñas) empiezan a tener contacto con él vía 'online' a partir de los 9 años, desde los 12 son el 50% y de los 15 años en adelante, el 90%. Unos datos escalofriantes que muestran que nuestros hijos están conociendo el sexo de la manera distorsionada en que se lo muestra ese material pornográfico que circula por internet, al que tienen un acceso libre e indiscriminado. Y los padres no lo saben. Y deberían saberlo. Aunque hubieran preferido no hacerlo. De mostrar esa dura realidad se encarga la docuserie ‘Generació porno’, una coproducción de 3Cat, ETB y Shine Iberia, cuyo primer capítulo estrena TV3 el martes, 26 (22.05 horas), dentro del programa ‘Nits Sense ficció’.

La serie, que cuenta con cuatro capítulos, muestra la naturaleza y consecuencias de ese acercamiento a un mundo que por su edad no les corresponde a través de los testimonios de cuatro familias (producto de un acertado ‘casting), de Girona, Lleida, Santurtzi (Biscaia) y Villalba (Madrid); de expertos (psicólogos, educadores sociales, policía…), además de, entre otros, adictos al sexo y actores de cine para adultos que les enseñan el truco de esas  imágenes que les sirven como referente.

El 'profesor' internet

Y esa es precisamente la temática del primer episodio (26 septiembre): el peso que tienen esas películas e imágenes como referente en su educación sexual, ya que crecen normalizando la violencia, la vejación hacia la mujer y la ausencia de sentimientos.  Uno de los adolescentes, de 17 años, confiesa que le sorprendió que en su primera relación sexual no surgiera la felación, como siempre ocurre en el porno. Y eso que ahora tiene la categoría de un beso. Los chicos explican lo habitual que es usar esos visionados para masturbarse y las chicas, las consecuencias que eso trae, ya que les envían 'fotopollas' (fotos del pene) o utilizan las fotos de ellas para lograr placer.

Ese es el grado de honestidad, sinceridad y espontaneidad que destilan los adolescentes que aparecen en la docuserie, con testimonios preocupantes, la mayoría de las veces, pero que arrancan una sonrisa, en otras, por su ingenuidad. Y que, sobre todo, abren un mundo totalmente desconocido para los adultos que pensaban que ya lo sabían todo: ese que viven los adolescentes en la soledad de su habitación con la ayuda de un dispositivo móvil. Y es que uno de cada cuatro jóvenes menores de 20 años ha consumido entre 1.000 y 5.000 horas de porno por ese medio. El vídeo más visto es la violación grupal. El año pasado tuvo 220.000 millones de visitas.

Generació porno

Los hermanos Gerard (17) y Max (13), de Girona, hablan de sexo en la docuserie. / TVC

El segundo de los episodios (3 de octubre), analiza la hipersexualización de las letras de las canciones, videoclips y de los videojuegos, en los que hay una evidente cosificación de la mujer; habla de la presión social que obliga a estrenarse en el sexo a edades cada vez más tempranas para no ser excluido del grupo, y alcanza niveles más preocupantes con las advertencias de un mosso d’esquadra sobre los depredadores sexuales que conectan por redes con sus víctimas y el delito que supone distribuir vídeos de índole sexual. De hecho, algunos contenidos, que se mencionan en la docuserie, son aberrantes.

Buscando soluciones

La educación sexual siempre ha sido una asignatura pendiente, pero todo lo expuesto evidencia que se hace más necesaria que nunca. Por eso en el tercer capítulo (10 de octubre) se habla de la importancia de ir más allá del tema meramente biológico. Porque, si no, esa función la está cumpliendo el porno, y así niños y adolescentes ven normal que actos y comportamientos violentos formen parte de la sexualidad. No obstante, pese a que se presenta como un problema de difícil solución, expertos y educadores exponen las posibles maneras de frenarlo.

Con las conclusiones que se puede sacar de todo esto, tras ese tercer capítulo, TV3 emite el cuarto en forma de noche temática. La presenta Laura Rosel y en ella participan jóvenes venidos de diferentes partes del país para contar cómo han integrado el porno a su vida, además de padres y expertos. Todos ellos flexionan sobre cómo debería ser esa educación sexual, cómo se debería abordar la imprescindible regulación digital y el papel de las mujeres en todo esto.

Y es que, como se apunta en el documental, el porno crea una adicción mayor que la cocaína. Como esta provoca un gran impacto en su cerebro y comportamiento. Y está al alcance de sus manos. “El  acceso al porno es como si pones en un instituto una máquina de 'vendig' con alcohol y cocaína”, advertía Macarena Rey, CEO DE Shine Iberia ('Masterchef', 'Bosé renacido'), en la presentación de 'Generació porno' este martes, en TV3, a la vez que celebraba que la docuserie llegue a las teles de otras comunidades autónomas y a una plataforma. Asimismo, la directiva, anunciaba que lo llevarán a los colegios, porque esa es su intención: hacer un servicio a la sociedad. Y hacía una reclamación: “Que el Gobierno implante clases de de educación sexual y que haya un control de acceso a internet. Es fácil, porque ya lo hay en otros países”.

Adicción a las tecnologías

Por su parte, Marc Masip, experto en adicciones a nuevas tecnologías, remarcaba cómo afectaba el hecho de que los niños tengan el móvil cada vez a más temprana edad, lo que provoca que las adicciones a las que se llegaba con 12 años se adqueiran ahora a los 10. “Además, entrar a una página de porno es cada vez más fácil. No les podemos prohibir que tengan móvil, pero sí que vean sexo”, insitía. Y apuntaba: “Debería haber una asignatura para el uso de las tecnologías”.

Verònica, de Lleida, madre de tres de los chicos que aparecen en la docuserie, y dos de ellos, Martina y Pol, también aportaban sus conclusiones: “Antes ya habíamos hablado del tema, pero no con tanto detalle”, asegura ella. Los chicos, para los que este era su primer visionado, confiesan que no han aprendido nada nuevo. “Pero sí la problemática que supone”, dice la chica “A mí lo que se cuenta en una charla en un instituto me ha dejado mal cuerpo”, apunta su hermano. Lógico, porque es uno de los puntos fuertes de un documental que, pese a impactar mucho (quizá en este caso más a los adultos) tendría que ver toda la familia junta. A ver si así se puede frenar esa "pandemia terrorífica que se nos viene encima", como vaticina uno de los expertos.