Los videojuegos llegan al mundo real: la 'streamer' Cristinini reta a diez concursantes en 'Time Zone'

Los videojuegos ya forman parte del mundo real. Diez concursantes famosos, ocho niveles y una competición extrema llena de retos que van contra el tiempo con el objetivo de derrotar a la 'Master of Time' --la maestra del tiempo--, encarnada por la presentadora y 'streamer' Cristinini. Esta es la premisa de 'Time Zone', el nuevo 'reality' de HBO Max que recrea un videojuego en la vida real. Producido por Zeppelin (Banijay Iberia) el programa tiene lugar en la denominada 'TimeCity', unas inmensas instalaciones abandonadas en el desierto.

Los elementos centrales son los llamados 'time zones', unos círculos repartidos por el espacio. Cuando los jugadores se encuentren dentro de ellos, el tiempo se detendrá, y se reactivará en el momento en que salgan de los mismos. A través de juegos de habilidad mental y física, los concursantes tendrán que superar ocho niveles que los llevarán por tormentas de arena y cortinas de humo, entre otros. Algunos también podrán encontrar recompensas en forma de tiempo extra o robo de minutos a sus compañeros. En cada fase, el jugador al que le quede menos tiempo acumulado quedará eliminado y el que llegue a la final deberá enfrentarse con la 'Master of Time' en un duelo final.

Cristinini y Michelle Calvó presentarán el regreso del 'Grand Prix' junto a Ramón García

Una presentadora malvada

La protagonista del concurso, es la 'streamer' Cristinini. Desde la plataforma de contenidos buscaban un perfil con experiencia al frente de programas y que también formara parte del mundo de los videojuegos. De esta manera, la 'influencer' creó su propio personaje con un toque de picardía y maldad, una villana a la que ella misma define como la fusión perfecta entre Harley Quinn y Jinx de la serie 'Arcane' de 'League of Legends'. 

"Me apetecía ser una presentadora un poco antagonista, aunque al final no es tan mala", explica Cristina López, su nombre real. Para la conductora del programa, la protagonista del 'reality' tenía que tener el espíritu de una persona que "acaba de crear un videojuego en el que estas personas son sus juguetes". "Fue un reto de presentar, pero también interpretativo", asegura la catalana.

A su vez, la creadora de contenido en redes sociales narra lo que va ocurriendo en el juego. "Es un programa muy rápido y con muchas pruebas, por lo que consideramos necesario el apoyo narrativo para que el espectador no se pierda y constate lo que está viendo", detalla la joven.

Los concursantes

Los famosos que han querido apuntarse a esta aventura son Alberto Rodríguez, exdiputado de Podemos, la modelo Ángela Ponce, el rapero El Chojin, la influencer Alba Paul, el actor y guionista Antón Lofer, el tertuliano deportivo Cristóbal Soria, la empresaria Fiona Ferrer, la exboxeadora Joana Pastrana, la periodista Susana Yábar y el influencer y cantante Víctor Pérez.

Un casting con rostros de ámbitos muy diferentes que terminan encajando a la perfección durante el transcurso del programa. "Había gente que ya había participado en programas de supervivencia y pruebas duras, otros que venían del mundo del deporte y que están acostumbrados a ese nivel, pero me han sorprendido muchísimo todos, se lo han tomado súper en serio desde el primer momento y me quedé alucinada", asegura Cristinini.

Cristóbal Soria y Alberto Rodríguez, exdiputado de Podemos, entre los concursantes de 'Time Zone'

Prejuicios hacia los videojuegos

Un proyecto en el que Cristina desarrolla su gran pasión: "He crecido profesionalmente en el mundo digital de los videojuegos y de manera personal también siempre me ha gustado jugar". Asimismo, la 'streamer' ve detrás del programa una forma de acabar con los prejuicios de que "los videojuegos traen violencia y son malos". "Siempre he visto los videojuegos desde un prisma de aprender, hacer amigos y desarrollar muchas capacidades creativas de todo tipo", apunta la 'influencer'. 

También una gran oportunidad de negocio. El mundo del videojuego en España facturó en 2022 un total de 2.012 millones de euros, un 12,09% más que el año anterior. "Es un mundo que está moviendo muchísimo dinero, la gente lo consume, existe y no es malo como algunas personas lo pintan", señala. "Ojalá podamos ver muchos más formatos, si no parecidos, con tintes también de juegos. Con la evolución de las generaciones pueden casar muy bien, no deberían tener miedo", concluye Cristinini.