Investigación en marcha

Los Mossos vuelven a Campdevànol a buscar el cuchillo del crimen machista

La comitiva judicial efectúa una segunda reconstrucción de un asesinato que ha conmocionado a la población

Amigos de la víctima se han desahogado gritando contra el furgón que se llevaba al sospechoso cuando la pesquisa ha terminado

Los Mossos vuelven a Campdevànol a buscar el cuchillo del crimen machista

Los Mossos vuelven a Campdevànol a buscar el cuchillo del crimen machista. En la foto, el sospechoso del crimen sale de su domicilio tras la reconstrucción. /

Guillem Sánchez

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Los Mossos d’Esquadra han desplegado este miércoles un dispositivo policial para blindar una segunda reconstrucción del asesinato de Campdevànol (Ripollès), que se ha efectuado en presencia del sospechoso, Alberto P. La comitiva judicial ha regresado al domicilio para buscar nuevos indicios que demuestren que el hombre de 37 años mató y torturó a su novia, Anna G., 16 años más joven que él. Según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, uno de los objetos que han tratado de hallar los investigadores es un cuchillo con el que provocó las heridas compatibles con arma blanca que el examen forense detectó en los genitales de la víctima.

La reconstrucción ha durado poco más de dos horas. Antes de finalizar, el dispositivo ha llamado la atención en la población y ha corrido la voz de que Alberto había vuelto y una decena de amigos de Anna han acudido para poder desahogarse gritando contra el furgón policial que se ha llevado al presunto asesino de nuevo a la prisión de Figueres, en la que permanece encerrado en prisión preventiva.

El dispositivo de seguridad ha sido ordenado por el juzgado de instrucción de Figueres después de que unas 200 personas, entre los que se contaban personas cercanas a Anna, se presentaran este sábado en el juzgado para increpar a Alberto durante su pase a disposición judicial, tras la que el fiscal Enrique Barata solicitó que se le privara de libertad. Dos días después de entrar en la cárcel de Figueres, Alberto recibió un puñetazo que le propinó un interno.

Dos horas de dispositivo

Desde las 10.00 horas de este miércoles, agentes antidisturbios han cortado todos los accesos que rodean el domicilio en el que Alberto P. torturó hasta matar a su novia Anna G. el pasado miércoles.

En la reconstrucción del crimen han participado agentes de la policía científica, investigadores de Girona, el juez que instruye la causa y el fiscal. También ha contado con agentes del grupo de montaña que, provistos de cordajes, han podido revisar las partes de más difícil acceso a la vivienda.

Torturada

En el examen forense que se practicó durante dos días al cadáver de Anna pudieron contabilizarse más de sesenta heridas abiertas, hematomas y cortes por todo el cuerpo y fracturas en lugares como el tabique nasal o la dentadura. El cuerpo de la mujer también presentaba heridas de arma blanca en los genitales. Los investigadores creen que el ensañamiento del sospechoso, pareja sentimental de Anna, debe considerarse una tortura, que duró horas, o días. Alberto, además, llamó al teléfono de emergencias después de asegurarse de que Anna ya había muerto.

Un grupo de jóvenes increpan al acusado del crimen de Campdevànol, en el interior de un furgón de los Mossos

Un grupo de jóvenes increpan al acusado del crimen de Campdevànol, en el interior de un furgón de los Mossos. /

Antes de pedir la ayuda de los equipos de emergencia, limpió el escenario del crimen y también la duchó y secó. El uso del secador sembró la duda de si algunas heridas, que estaban secas, podían haber sido ocasionadas días antes. El propio autor, 16 años mayor que ella, declaró que Anna se había caído yendo en bicicleta en una escapada que hicieron juntos el fin de semana anterior.

Según fuentes consultadas por este diario, el detenido ha tratado de manipular a los investigadores de forma constante. Ha declarado que, después de aquel supuesto accidente en bicicleta, la mujer se había encontrado mal y que la noche anterior había empeorado y que él la había cuidado. Pero todos los indicios apuntan a que la golpeó, presumiblemente porque tuvo un ataque de celos, y se ensañó durante un periodo de tiempo desconocido. Y cuando ya no respiraba, avisó a la ambulancia, para que Anna no pudiera revelar el infierno al que la había sometido.

Antecedentes por malos tratos

Alberto P. tenía antecedentes por maltrato machista a parejas anteriores. Llevaba poco más de un año saliendo con Anna, a la que controlaba constantemente. La familia de la mujer ha declarado que Alberto le cogía el teléfono y, a veces, también se quedaba con las llaves del domicilio de sus padres. La fue aislando poco a poco. En varias ocasiones, tras discusiones muy duras, había regresado a casa, pero Alberto la iba a buscar y la convencía de que volviera a vivir con él.

Según el relato de sus exparejas, Alberto era un hombre muy celoso y atormentado ante la idea de que le fueran infiel, una obsesión que aumentaba la toxicidad de las relaciones sentimentales, basadas en el control, las amenazas, y también los insultos. Arrastra por lo menos dos condenas por quebrantar órdenes de alejamiento que habían impuestos jueces después de que maltratara a alguna de las novias con las que había salido antes de hacerlo con Anna.

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