Causa reabierta

Un testigo desmonta la coartada de Xavi Jiménez, investigado por matar a Helena Jubany

Según el testimonio, el acusado mintió al afirmar dónde se encontraba la tarde en la que desapareció la bibliotecaria de 27 años

El Instituto de Toxicología analiza una nueva muestra biológica en busca de ADN de terceras personas

Un testigo desmonta la coartada de Xavi Jiménez, investigado por matar a Helena Jubany

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El cerco judicial sigue estrechándose alrededor de Xavi Jiménez, el único imputado por el asesinato de Helena Jubany, un crimen que la familia de la víctima lleva más de 20 años tratando de resolver. Este viernes en el juzgado de Sabadell, donde el togado Juan Díaz Villar instruye la causa reabierta a finales de 2021, ha prestado declaración un testigo que ha desmontado una parte fundamental de la coartada de Jiménez: dónde estaba la tarde del viernes 30 de noviembre de 2001, cuando se pierde el rastro de la víctima y se sospecha que fue secuestrada por los individuos que acabaron lanzándola al vacío desde un terrado, semidesnuda y drogada, la madrugada del domingo 2 de diciembre de 2001. 

El acusado y Jaume Sanllehí, ambos amigos y miembros de la sección de naturaleza de la Unió Esportiva de Sabadell (UES), se contradijeron frente a la policía, pocos días después de la muerte de Jubany, cuando acababan de comenzar unas pesquisas que todavía no han terminado. Interrogado por los investigadores acerca de dónde se encontraba cuando Jubany desapareció, Sanllehí explicó que aquel viernes había estado en Barcelona tomando unas cervezas con unos amigos. A continuación, y en sentido contrario, Jiménez dijo a los agentes de la Policía Nacional que él había pasado aquella tarde en compañía de Sanllehí, preparando una excursión de la UES que se llevó a cabo al día siguiente, sábado 1 de diciembre de 2001. 

Al salir de aquella declaración, ambos amigos se percataron de la contradicción, y Sanllehí acudió voluntariamente al día siguiente a la comisaría para retirar su primera declaración y hacerla coincidir con la coartada de Jiménez: se excusó y mantuvo que la tarde del 30 de noviembre no había estado en Barcelona sino, tal como había dicho Jiménez, en las instalaciones de la UES, preparando junto a este la excursión a Artés.

Sanllehí estuvo en Barcelona

Este viernes, más de 20 años después, ha declarado en el juzgado un amigo de Sanllehí que ha afirmado que aquel viernes 30 de noviembre Sanllehí no estaba en Sabadell, sino junto a él en Barcelona. Es decir, que la primera versión que dio en su día Sanllehí era la correcta.

El amigo de Sanllehí ha detallado que tenían la costumbre de reunirse cada viernes en la cafetería Zurich de Barcelona y tomar cervezas por dos o tres bares de la zona. Según Benet Salellas, el abogado que defiende los intereses de la familia Jubany, este amigo de Sanllehí, que se puso en contacto con ellos tras ver los capítulos que 'Crims' dedicó al asesinato de Jubany, ha declarado ahora que recuerda que estuvieron juntos porque ese viernes en concreto estaban celebrando su cumpleaños.

Con esta declaración, la investigación ha conseguido arrojar un nuevo indicio sobre Jiménez, que se encuentra imputado y con medidas cautelares por esta causa: no tiene pasaporte y debe acudir mensualmente al juzgado para firmar. "Existen indicios suficientes que permiten afirmar que Xavi Jiménez participó de forma activa en la comisión del delito de asesinato de Helena Jubany". Con esta contundencia se expresaba el pasado mes de abril el juez Díaz Villar en un auto redactado tras escuchar a Jiménez e imputarlo formalmente por el asesinato de la bibliotecaria de 27 años.

Helena Jubany.

Helena Jubany. / Archivo

La UES guarda silencio

Este viernes estaba también citado a declarar Francesc Macià, actual presidente de la sección de naturaleza de la UES y que ocupaba el mismo cargo en 2001. Macià, según los registros telefónicos de teléfonos fijos –no de los móviles que no ha sido posible consultar–, habló con todos las personas investigadas en esta muerte en los días posteriores a los hechos. Según el abogado Salellas, Macià, que ha esquivado a la prensa gráfica que ha hecho guardia frente al juzgado, se ha escudado en la falta de memoria para detallar frente al juez por qué se produjeron aquellas llamadas entre los miembros de un grupo. A juicio de la familia, ese grupo, en el mejor de los casos, sabe mucho más de lo que cuenta y, en el peor, está directamente implicado en el asesinato de la Jubany.

Nueva muestra genética

El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses avisó a la Policía Nacional recientemente de que se ha hallado un hisopo bien conservado con muestras biológicas obtenidas de los genitales de Jubany durante el examen forense que se le practicó en 2001. El juez ha dado orden de que se analice esta nueva muestra por si aparece material genético de terceras personas.

El hallazgo se ha producido mientras se trataba de analizar de nuevo una sustancia que se extrajo de los genitales de la víctima y que en su día simplemente pudo concluirse que no se trataba ni de semen ni de fluido vaginal. Sin embargo, 20 años después, esta sustancia no ha podido ser analizada porque estaba demasiado deteriorada. Sí ha permitido, inesperadamente, dar con un hisopo que tal vez aporte nueva información gracias a los avances científicos.

La investigación sigue también pendiente de que concluya el análisis de las muestras de material genético que se obtuvieron hace pocos meses de la ropa que vestía Jubany el día de su muerte. En su jersey pareció ADN de dos personas. Presumiblemente una de ellas sería la propia Jubany. Para comprobar quién podría ser la segunda, el juez ordenó que se contrastara con el material de Jiménez. Todavía no hay resultados.

Si coincidiera con el ADN de Jiménez, se habría obtenido la prueba más determinante hasta la fecha. En caso de que no coincidiera, Salellas ha avanzado que prevén solicitar al juez que la contraste con el ADN de Santi Laiglesia, amigo de Jiménez y que, según los investigadores de la Policía Nacional, era el principal sospechoso del caso en 2001.

Los anónimos

Helena Jubany recibió dos anónimos poco antes de ser asesinada (el 17 de septiembre de 2001 y el 9 de octubre de 2001). La Policía Nacional considera que el autor de estos anónimos es Jiménez. Ambos anónimos iban acompañados de refrescos: una horchata y un zumo de naranja. El juez señala en su auto que Jiménez sabía que Jubany adoraba la horchata porque había tomado ese refresco con ella en ocasiones anteriores.

El segundo anónimo fue entregado en casa de Helena un día en el que no consta que Jiménez, entonces empleado en la Diputació de Barcelona, acudiera a su lugar de trabajo.

El contenido de los anónimos detallaba pistas, como que su autor quería estudiar inglés o que deseaba coincidir con Jubany en otra excursión con ella de la Unió Excursionista de Sabadell (UES), hizo sospechar a Helena que Jiménez podría estar detrás de los mismos y así se lo contó a una amiga. Tanto Jubany como Jiménez eran miembros de la UES y el segundo se enamoró de ella y trató de seducirla sin éxito, un intento que generó el distanciamiento entre ambos, tal y como el imputado ha reconocido este viernes y el juez destaca en el auto.

Existe un vínculo claro entre los anónimos y el asesinato de Helena dado que en los refrescos que incluían se hallaron restos de benzodiazepina, el mismo somnífero que se encontró en en cadáver de la víctima y que se usó para sedarla y arrojarla inconsciente desde la azotea del edificio de la calle de Calvet d'Estrella de Sabadell.

Jiménez, además, conocía el lugar en el que residía Jubany, quien, natural de Mataró, se había instalado desde hacía poco en Sabadell. Asimismo, el contenido de los anónimos coincide con el de correos electrónicos que Jiménez envió a Jubany y en los que también se refería a las excursiones de la UES y a su intención de estudiar inglés.