En toda Catalunya
El Govern quiere que la T-Mobilitat cobre por kilómetros y no por zonas antes de 2027
El nuevo sistema, después de que la integración tarifaria sea un hecho en enero de 2025, eliminará las coronas y el viajero pagará en función de los kilómetros recorridos
La T-Mobilitat acumula ya casi 160 millones de euros invertidos en 40 contratos distintos
El tranvía de Barcelona, una historia de superación
Carlos Márquez Daniel
Periodista
Periodista especializado en Barcelona. En 'El Periódico' desde principios de siglo. Los últimos 15 años, dedicados a la información local: movilidad, urbanismo, infraestructuras, política municipal, barrios, área metropolitana y medio ambiente. Colaborador habitual en los programas de televisión 'Planta Baixa' (TV3) y 'Bàsics' (Betevé).
La T-Mobilitat no es solo un cambio de formato del magnético al 'contact less', una tecnología presente desde hace años en muchas otras ciudades del mundo. Tampoco es pasar del plástico a una aplicación móvil. O no solo. Lo que hace distinto al título integrado de transporte público de Catalunya, y en eso sí es pionero, es que el viajero pagará por la distancia recorrida, de manera que la tarifa no vaya atada a las coronas territoriales. El Govern ha asegurado este jueves que ese momento llegará antes de 2027, unos 13 años después de que, en octubre de 2014, se adjudicara el proyecto a la empresa Soc Mobilitat.
La fecha la ha aportado en Lloret de Mar Oriol Martori, director general de Transports i Mobilitat de la Generalitat, en el seno de la Jornada Catalana de la Mobilitat, organizada por la Associació de Municips per la Mobilitat i el Transport Urbà (AMTU). En la pausa para tomar un café, este alto cargo del Departament de Territori ha atendido a EL PERIÓDICO para ahondar un poco más en su previsión.
Con la plena integración tarifaria en Catalunya, el ahorro de la tarifa en algunos viajes puede llegar al 80%
La idea es que en enero de 2025 se termine con la integración tarifaria de todo el territorio, de manera que los viajeros de las comarcas incluidas en las cuatro ATM (Autoritat del Transport Metropolità) de Barcelona, Lleida, Girona y Camp de Tarragona puedan moverse con los abonos que necesiten incorporados dentro de la T-Mobilitat (en el caso de la capital de Catalunya) y la T-Mobcat (resto de zonas). El ahorro de la tarifa en algunos desplazamientos, según Martori, llegará al 80%.
Política de datos
A partir de entonces es cuando se entra en el hueso de la cuestión. Explica Martori que dentro de Territori hay un grupo de personas que durante un año se dedicarán exclusivamente (ya están en ello) a la planificación y gestión del pago por distancia. Pero antes es necesario que las máquinas estén instaladas. Están casi todas las de origen, pero falta colocar las de llegada, que se están licitando, necesarias para que el sistema sepa cuándo se entra, cuándo se sale o el tiempo empleado en los intercambios, una ingente cantidad de información que será vital para tomar decisiones futuras en base a la experiencia acumulada (hola, inteligencia artificial).
Un equipo de Territori ya trabaja en la planificación y gestión del pago por distancia
Se abrirá, seguro, un debate sobre el derecho a la privacidad, pues la Administración conocerá nuestros movimientos en todo momento, algo que infinitas 'apps' ya saben, muchas veces sin que el usuario sea consciente de ello.
La complicada logística fue uno de los aspectos que no se tuvo en cuenta a finales de 2014, cuando se pensaba que en un par de años ya estaría todo listo. Son más de 10.000 validadoras, 1.300 máquinas de autoventa, 160 puntos de atención al cliente y 108 operadores de bus y cuatro ferroviarios. Sumado a las dificultades tecnológicas, de intentar impulsar algo insólito en el transporte público, se llega al momento actual en el que el invento acumula una inversión que ronda los 160 millones de euros, muy lejos de los 96 de la adjudicación inicial a Soc Mobilitat.
De la pereza al coche
Una vez se produzca la eliminación de las coronas, en opinión de Martori, "se romperá la gran desigualdad del transporte público", que es probable que sea uno de los obstáculos para que más personas se apunten a la movilidad colectiva. Por un lado está el hecho de que dos municipios separados un par de kilómetros estén en dos zonas distintas, lo que encarece el precio de manera incomprensible.
Por el otro, y quizás sea más definitivo, lo difícil que resulta muy a menudo trazar rutas en las que hay distintos operadores con billetes propios e incompatibles. Resultado: de la pereza y la dificultad para entender se pasa al vehículo privado. Así que, en definitiva, el principal rival de la T-Mobilitat es tumbar los hábitos y la imagen alambicada que el ciudadano tiene de la red de transporte público. O lo que es lo mismo, simplificar las cosas, y si son más baratas, mejor.
Porque pueden ser dos municipios, pero tal y como ha señalado el director de Transports i Mobilitat, puede que se trate de un hospital o una universidad, o sea, educación y sanidad. En esos casos, ha señalado, tampoco tienen ningún sentido que aplique la política de las coronas. Lo más justo es pagar por distancia. Pero hay más: la T-Mobilitat permitirá aplicar las tarifas sociales en función del perfil del viajero, y también se podrán aplicar precios rebajados a los usuarios más recurrentes. Del mismo modo, la Administración podrá crear "ámbitos de tarifa plana con una sola validación".
A la espera de Apple
Manuel Valdés, director de la ATM de Barcelona, ha añadido durante su intervención en la jornada de la AMTU que otro de los retos importantes de este año es conseguir que una misma T-Mobilitat pueda cargar diferentes títulos de transporte, algo que por ahora no es posible, pues hay que esperar que venza uno para cargar otro distinto.
También está por llegar el pago del billete sencillo con la tarjeta de crédito, de manera que este soporte se convierta en el propio abono. Y, por supuesto, sigue pendiente que Apple, como ya pasa con los móviles que usan Android, permita usar el iPhone para pagar (sí se puede descargar la aplicación, comprar y recargar títulos de transporte) pero no usar el teléfono para acceder al bus o el metro.
Daniel Pi, portavoz de la asociación Promoción del Transporte Público (PTP), ha dado voz a los usuarios y ha cosechado el único aplauso espontáneo de la grada del estupendo Teatre de Lloret de Mar. Ha sido muy celebrada su explicación sobre cómo ha llegado a Lloret desde La Garriga, una historia que ha usado para exhibir buena parte de los males del sistema de transporte público vigente. Ha tardado dos horas y media, pero de eso no se queja en absoluto. El problema es que ha tenido que tomar dos buses y un tren y que le ha tocado usar cuatro títulos de transporte distintos.
Horarios e información
"Está muy bien que hablemos de integración tarifaria, pero también es importante que se coordinen los horarios de los distintos transportes, y también la información", ha resumido Pi, que ha suavizado la crítica admitiendo que el reto de la T-Mobilitat "es complicado y sabemos que se ha avanzado". Ha concluido con un recordatorio: "Nos hemos marcado unas expectativas tan grandes con la movilidad que, al no cumplirse los plazos prometidos, el usuario ya lo ve todo con cierta frialdad". Una apatía que genera desconfianza y pereza, cosas que aún no pasan con el coche.
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