Políticas de sostenibilidad

La ley de residuos de Catalunya: una demanda de las entidades que llega con la legislatura sentenciada

El texto legal tiene el riesgo de quedar en nada si Parlament que surja de las elecciones del 12-M no le da luz verde

El Govern quiere obligar a las grandes tiendas de ropa a reservar espacio para la segunda mano

Recogida puerta a puerta.

Recogida puerta a puerta. / Agència de Residus de Catalunya

Guillem Costa

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Era un compromiso de legislatura y se cumplirá solo a medias y sobre la bocina. Este viernes, el Govern, con el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, a la cabeza, presentará en sociedad la esperada ley de residuos de Catalunya. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con el plan de calidad del aire aprobado recientemente y que es un decreto de aplicación inmediata, esta ley no tiene asegurada su entrada en vigor.

El texto legal apenas inicia su periplo lleno de trámites burocráticos. Primero, se presenta su contenido a las entidades con las que se ha trabajado codo con codo y a la prensa. Luego, tendrá que pasar por otros órganos que lo deben validar, antes de pasar por el Parlament.

¿Por qué ha tardado tantos años en redactarse este texto? Dirigentes de la Agència de Residus de Catalunya han destacado siempre que se estaba buscando el consenso para lograr una ley que pusiera de acuerdo tanto a las entidades centradas en lograr la reducción de los residuos como a los diferentes partidos políticos representados en el hemiciclo, con los que durante los últimos años se ha intentado encontrar complicidades para evitar que la ley vuele por los aires nada más conocerse.

Las asociaciones que han colaborado y han dado su opinión sobre distintos puntos incluidos en esta ley aseguran a EL PERIÓDICO que ya han recibido la invitación para asistir a la presentación de este viernes. Después de que se hayan votado mociones parlamentarias que exigían esta normativa con urgencia, la exposición del texto legal llegará finalmente con la legislatura sentenciada. No obstante, pese al importante retraso, la parte más ardua del trabajo está realizada.

Odisea burocrática

Una vez explicada, está previsto que la ley se publique y aparezca como información pública. Es en este punto cuando puede aparecer una lluvia de alegaciones, propuestas de modificación, observaciones o solicitudes de cambios, tal y como suele suceder cuando una nueva norma se hace pública.

Por lo tanto, el nuevo Govern y la futura composición parlamentaria que salga de las elecciones del próximo 12 de mayo podrían aprovechar el actual texto y sus alegaciones o posibles cambios para intentar que la nueva ley de residuos catalana progrese.

En España, a día de hoy existe la ley de residuos de las islas Baleares, otro texto pionero que el anterior gobierno insular aprobó durante su mandato.

Catalunya lleva años estancada en el reciclaje y en la gestión de sus residuos de todo tipo. Una de las principales carencias se evidencia en los datos de las grandes ciudades sobre la recogida selectiva: las urbes metropolitanas no alcanzan el 50% de reciclaje. Es decir, demasiada basura acaba en el contenedor del "resto". La ley, "bastante ambiciosa" según afirman las entidades que han intervenido en ella, pretende acabar con esta situación y mejorar la gestión de todo lo que se desecha con exigencias a las empresas y a las administraciones para dar respuesta a todas estas necesidades pendientes.