Premios de turismo

El castillo ampurdanés que triunfa como atracción turística en Australia

El visionario Josep Paronella, del la Vall de la Santa Creu, inició en 1913 una aventura arquitectónica que atrae a visitantes de todo el mundo

El Paronella Park forma parte, actualmente, de la lista del Patrimonio Nacional Australiano

El Peronella Park es un atractivo turístico que atrae a bastantes visitantes.

El Peronella Park es un atractivo turístico que atrae a bastantes visitantes. / PARONELLA PARK

Sònia Fuentes

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El 26 de febrero de 1887 nacía, en la Vall de la Santa Creu (El Port de la Selva), Josep Paronella, un visionario altempordanés que hizo realidad el sueño de construir su propio castillo en la selva australiana, en los años 1930. Casi un siglo después, sigue siendo una atracción turística de éxito en Mena Creek, Queensland.

Paronella llegó a Australia en 1913, con 26 años, después de haber navegado desde su tierra natal. Un año después de llegar a este país, conoció un lugar de bosque virgen con una preciosa cascada en Mena Creek, en Queensland, donde años después empezaría su sueño de construir un castillo en medio de exuberantes jardines tropicales.

Durante once años trabajó duramente, primero cortando caña de azúcar y después comprando y revendiendo fincas de caña. En 1929 compró 13 acres de tierra en aquel paradisíaco lugar. Trabajó con una determinación inquebrantable hasta que, en 1935, el Parque abrió oficialmente al público.

El Paronella Park es el que queda actualmente de lo que fue ese complejo lúdico, donde primero construyó su vivienda. Paronella tenía el sueño de crear una atracción única que combinara elementos de su tierra natal con la belleza natural del paisaje australiano. El castillo fue construido a mano por él y sus trabajadores, una joya arquitectónica que actualmente atrae a visitantes de todo el mundo. Algunos han encontrado similitudes con el bosque de bambú Arashiyama, en Japón, y la mayoría destacan "la fascinante historia de su creación".

Una imagen de cuando Josep Paronella construyó su complejo en 1935.

Una imagen de cuando Josep Paronella construyó su complejo en 1935. / PARONELLA PARK COLLECTION

Dentro del complejo, había un teatro en el que proyectaban películas cada sábado por la noche. Además, con las sillas plegables retiradas, el Salón era un sitio preferido para bailes y fiestas. Se volvió muy popular entre la gente local que acudía a comer, bailar, bañarse y celebrar banquetes. La edificación principal era el castillo que contaba con un teatro y una gran sala destinada a bailes y fiestas, destacando una gran esfera cubierta por 1.270 espejos.

Formaban parte del complejo lúdico los jardines en los que se podía comer o practicar tenis y natación. El ampurdanés plantó más de 7.000 árboles de diversas especies y diseñó espacios como avenidas y paseos, balcones de piedra para observar la naturaleza, un túnel que conectaba el palmeral con un invernadero de helechos y pequeños puentes que cruzaban el arroyo. También construyó la primera planta generadora hidroeléctrica que entró en funcionamiento en 1933, siendo la más antigua del norte de Queensland y suministraba energía a todo el parque.

El Paronella Park, el sueño de un ampurdanés en Australia, en la actualidad.

El Paronella Park, el sueño de un ampurdanés en Australia, en la actualidad. / PARONELLA PARK

En 1946 sucedió uno de los primeros desastres que afrontaría el Parque a lo largo de su historia. Río arriba del parque se había limpiado un trozo de matorral y los troncos y ramas habían obstruido el arroyo. Dos años después, en 1948, Josep murió a causa del cáncer, dejando a su esposa Margarita, la hija Teresa y el hijo Joe para continuar. La familia se desvinculó del Parque en 1977 y lamentablemente en 1979 un incendio arrasó el Castillo. Durante un tiempo, el Parque estuvo cerrado al público. El ciclón Winifred en 1986, una inundación en enero de 1994, el ciclón Larry en marzo de 2006 y el ciclón Yasi en enero de 2011 fueron más contratiempos y desafíos para Paronella Park.

Mark y Judy Evans, los actuales propietarios, adquirieron el parque en 1993 y han formulado un plan para devolverlo al mapa. Consideran el Parque "como una obra de arte y trabajan para mantenerla y preservarla en lugar de reconstruirla". Se han llevado a cabo pequeños proyectos de restauración, se han descubierto y mejorado caminos, y el Museu, un proyecto continuo, se está mejorando constantemente. En noviembre de 2009 se completó el ambicioso proyecto de restauración del sistema hidroeléctrico original del Paronella Park (de los años treinta). Con un coste de 450.000 dólares, el sistema vuelve a proporcionarle todos los requisitos eléctricos del parque.

El Parque ha sido reconocido con varios premios turísticos regionales y estatales desde 1998.

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