Tribunales

El alcalde de Caldes de Malavella, juzgado por amenazar a unos ocupas con un hacha

VÍDEO: El alcalde de Caldes de Malavella intenta echar a okupas de su propiedad con un hacha

El alcalde de Caldes de Malavella, tras la ocupación en masa: "Sólo sirve la mano dura"

El alcalde de Caldes de Malavella amenaza unos ocupas con un hacha

El alcalde de Caldes de Malavella amenaza unos ocupas con un hacha / DDG

Ariadna Sala/Diari de Girona

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El incidente entre el alcalde de Caldes de Malavella, Salvador Balliu, y unos ocupas en abril de 2022, que quedó inmortalizado en un vídeo donde se veía al alcalde amenazándoles con un hacha, ha llegado a juicio. Los ocupas de la vivienda, una madre con sus dos hijos de 23 y 25 años, denunciaron los hechos a los Mossos d'Esquadra considerando que habían sido víctimas de coacciones. El caso se ha juzgado este miércoles en el juzgado de Instrucción 4 de Santa Coloma de Farners.

La familia que ocupó la casa denunció los hechos y pide una indemnización de 4.500 euros, mientras que el alcalde asegura que sólo cogió la herramienta para defenderse

Balliu se enfrenta a una multa de entre uno y tres meses por un delito leve de coacciones, por los que la denunciante le pide 1.800 euros. También exige una indemnización de 4.500 euros por daños morales.

La vivienda ocupada era del alcalde

Según la versión de la denunciante, unas semanas antes de los hechos había sido desahuciada de una vivienda de Santa Coloma de Farners y el 7 de abril decidió ocupar la casa, propiedad de Balliu y situada en la urbanización Can Solà Gros, después de comprobar durante unos días que la puerta estaba abierta y que nadie vivía allí. Tres días después, la Policía Local fue a la vivienda y le informó de que debían irse porque la casa tenía propietario. Ella les dijo que se iría el día 15.

En ese momento no se dio cuenta de que era Semana Santa y no cumplió el pacto. El 18 de abril se encontraron al alcalde en el jardín con un hacha recriminándoles que no se habían ido el día 15 y que a él le habían "pagado para echarlos". Según la mujer, Balliu la hizo caer al suelo y blandió el arma a pocos centímetros de ella. Asustada, se marchó de la casa con sus hijos.

"Es una injusticia"

Balliu aseguró ante la juez que el día antes de los hechos acudió a la casa acompañado de la Policía Local y comprobaron que estaba vacía. Por eso, al día siguiente se personó en el lugar para realizar tareas de mantenimiento y arreglar las cerraduras, que habían sido forzadas. Según su versión, de repente se encontró a un perro y a dos jóvenes armados con palos que le amenazaron para que se marchara. El alcalde afirma que entonces cogió lo primero que encontró para defenderse, que resultó ser un hacha pequeña.

El alcalde niega las coacciones y también que agrediera a los ocupas y sostiene que su objetivo "ni siquiera era echarlos, sino defenderme". Además ha explicado ante la juez cómo fueron los hechos y cree que todo el mundo ha podido entender qué ocurrió: "Me encontré en una situación violenta. Es una injusticia que me hayan denunciado y que yo tenga que hacer frente a una indemnización cuando el afectado fui yo". "Podría haber perdido el trabajo para defender mi casa", ha añadido. El juicio ha quedado visto para sentencia.

Los hechos levantaron mucha polvareda gracias al vídeo grabado por uno de los hijos de la denunciante y que fue difundido a través de las redes sociales. La oposición de Caldes pidió la dimisión del alcalde, pero Balliu se defendió diciendo que había actuado a título individual. El año pasado revalidó la alcaldía en el municipio.