Entrevista

Cristina Correro: "Los libros infantiles sobre emociones son recetas de autoayuda, no fomentan literatura"

Más del 40% de los colegios catalanes no tienen biblioteca escolar pese a estar obligados por ley

Bienvenidos a la Espronceda de Sabadell, una escuela 'biblioteca' para transmitir el amor por la lectura

Cristina Correro, esta semana en su casa en Francia.

Cristina Correro, esta semana en su casa en Francia.

Helena López

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Profesora de Literatura para las primeras edades en los Grados de Educación Infantil de la UAB y en la Université de Nantes, Francia, donde reside, la investigadora Cristina Correro es una de las personas que más sabe del universo de la literatura infantil (de 0 a 8 años), del que habla con la pasión y trascendencia que merece la cuestión.

-¿Existe correlación entre la inexistencia de bibliotecas escolares (un 40% de los centros no tiene pese a estar obligada por ley) y los pésimos resultados en comprensión lectora? Es multifactorial, pero evidentemente las escuelas que disponen de una biblioteca escolar, estadísticamente, no solo en Catalunya, sino en todos los países occidentales, tienen mejores resultados a la larga; porque el objetivo de la biblioteca escolar va mucho más allá de trabajar la comprensión lectora.

-¿Y cuál es? Si tienes una biblioteca escolar como puntal para el resto de áreas, no solo mejorarás la comprensión lectora, sino la comprensión del mundo. En Francia lo vieron claro ya en los 70 y crearon una figura que está en cada centro, especialmente en ESO y Bachillerato: el documentalista escolar. Está demostrado que cuando hay una biblioteca escolar las cosas funcionan mejor; los niños tienen acceso a libros de todo tipo, de ficción y de no ficción. Un buen bibliotecario escolar da servicio a todas las aulas y, evidentemente, no solo se mejora la comprensión.

"La literatura se ha de fomentar desde bebés, como lavar manos y cambiar los pañales"

-Si es tan evidente, ¿por qué las hemos dejado perder? Porque tener un bibliotecario escolar implica tener a una persona de más en nómina. Y eso empezó muy bien hace unos años en una época en la que había dinero, pero se paró a partir de las crisis económicas. Ahora parece que, con los malos resultados en PIRLS, tengan que venir organismos internacionales a decir que hay que reactivarlas. Me consta que se está haciendo, porque se están organizando cursos para profesorado que quiera dedicarse a la futura biblioteca escolar. Es una pieza más, es como tener un buen maestro. No tienes un libro, tienes 3.000. Es un cojín que tiene que estar. Hay mujeres en Catalunya que hace 120 años que están diciendo que debe haber bibliotecarios escolares, desde la Mancomunitat.

-Ahora que muchos centros tendrán que construirlas de cero, ¿cómo las imagina? En Francia ya no hablan de biblioteca escolar, sino de mediateca porque hay distintos lenguajes, no solo libros. Hay contenido audiovisual de todo tipo, hay pantallas…

-¿Qué opina sobre las pantallas en la escuela? He investigado durante 15 años sobre literatura infantil digital. Me emocioné, al principio, comprando 'tablets' en el 'boom' del uno por uno [un ordenador por niño]. Hace 15 años, y si te envío las mejores aplicaciones digitales de literatura infantil, no lleno una página. No hay. No se ha desarrollado aún.

Si tienes una biblioteca escolar como puntal para el resto de áreas, no solo mejorarás la comprensión lectora, sino la comprensión del mundo

-¿Quizá porque en edades tan tempranas no se recomienda la pantalla? Evidentemente, a un lactante no le dejarás una pantalla, pero a partir de segundo ciclo de infantil es un apoyo más. Tú le puedes dar un álbum, un 'pop up'… y la digital es otra tipología de lectura. Eso de prohibir no lo veo. Antes de prohibir, miremos qué contenido bueno, de calidad literaria y artística, hay en ese dispositivo. Y yo que me lo he mirado, veo que no hay prácticamente. 

-¿Por qué? Hacer una ficción digital vale 100.000 euros, y un libro en papel, 6.000. Nosotros tenemos un ecosistema editorial riquísimo. Nunca habíamos tenido tantas editoriales infantiles, tanta venta de libro infantil. Tenemos un ecosistema riquísimo, más de 100 editoriales, es el mercado que más crece. Las ventas más grandes de libros son infantiles, pero en las escuelas falta formación. 

"La universidad no imparte una buena formación en literatura a los docentes de Infantil y Primaria"

-¿Del profesorado? En la universidad yo solo tengo alumnado de Infantil y de Primaria en una asignatura obligatoria. Una en todo el grado. Ahí ya se ve la importancia que se da a la literatura infantil en el sistema educativo. Y después hay una optativa, si quieren. Y luego coges el nuevo currículum, con el que puedes hacer lo que te da la gana, y no hay nada marcado. Si sales bien preparada de una universidad, que has hecho la asignatura obligatoria y la optativa, sabrás qué leer, pero no todo el mundo hace la optativa, y esa gente llega a las escuelas como llega.

-¿Cómo encaja que la industria editorial pase por tan buen momento y la educación por uno tan malo? Las bibliotecas públicas compran; y las familias de clase media-alta. Pero a mí los que me preocupan son los niños de las clases sociales más desfavorecidas que solo pueden adquirir esa educación literaria a través de la escuela. 

-¿Algo que ahora no está sucediendo? Se está haciendo en islitas. Hau alumnos que tienen la suerte de tener a un buen maestro y de ir a una escuela con un proyecto educativo potente y un plan de lectura de centro. Pero no todas lo tienen, ni tampoco cuentan con una biblioteca escolar, ni una persona preparada para seleccionar las lecturas; porque aparecen 10.000 libros cada año. Además del déficit presupuestario, hay un déficit de formación de los profesionales que viene de la poca importancia que se da a la literatura ya en la universidad.

-Una de las medidas anunciadas tras los malos resultados de PISA fue la reforma del plan de estudios. ¿Habrá cambios en ese sentido? El año pasado varios departamentos de didáctica impulsamos un manifiesto porque querían reducir aún más las horas de literatura.

-¿Solo nos preocupa mejorar la comprensión lectora y nos estamos olvidando del placer de la lectura? Una cosa es la descodificación, pero es que la educación literaria empieza mucho antes, con las nanas, con los juegos de falda, con los primeros cuentos, los primeros libros de tela... Todo eso es una sensibilización literaria, de aproximar un niño a una cultura. Después vienen los primeros libros de la vida cotidiana, los álbumes, los 'pop ups'; todo lo que pasa entre los 0 y los 4 años. Los niños que han sido expuestos a esto adquieren mucho más léxico. Y si un niño que no ha tenido acceso a nada de esto en casa encima aterriza en una escuela sin biblioteca escolar, estamos creando una brecha desde el minuto cero. Las bibliotecas escolares son una emergencia social en un contexto en el que cada vez hay más pobreza infantil. A esas familias las tenemos que estimular. A mí me da igual la comprensión lectora, lo que quiero es que creen un hábito, abrirles la puerta a una cultura para que no se les deniegue su lugar en la sociedad. Si no lo hacemos, los estamos condenando a ser los trabajadores precarios del futuro ya en I-3; y me niego. 

Las bibliotecas escolares son una emergencia social en un contexto en el que cada vez hay más pobreza infantil

-Hablaba de la importancia de la elección de las lecturas. ¿El exceso de libros sobre emociones ha pervertido la literatura infantil? La literatura nace de una vocación artística. De lo que tú me hablas es de recetas. Son libros de autoayuda, 'paulocoelhos' en miniatura. Son libros que pueden estar muy bien en la consulta de un psicólogo, pero la literatura va más allá de eso; la literatura no se propone cuidar a Manelet porque se le ha muerto la abuela. La literatura ya incluye todos los temas sin buscarlos. Esos otros libros son encargos que pueden servir como manuales de psicología, pero nada tienen que ver con la literatura.

-¿Abusar de ese tipo de libros puede generar rechazo? Los niños no son tontos. Un niño a la que ve que un libro es demasiado explícito, que le quiere enseñar algo, te lo rechaza. A los niños les interesan los planteamientos inteligentes porque son inteligentes. Lo tenemos comprobado; cuando vas con un mal libro, lo identifican. 

Un niño a la que ve que un libro es demasiado explícito, que le quiere enseñar algo, lo rechaza

-¿Está a favor o en contra de las lecturas obligatorias? Viendo como me llegan las alumnas al úlitmo año del grado, pienso qué lástima que no tengamos un currículum como el de Francia, en el que en cada etapa te dicen qué tipo de libro tienes que leer y cuándo. Si no hay una biblioteca escolar ni preparación suficiente de los docentes, como mínimo que nos pudiéramos coger a un currículum. En Francia no están mejor que nosotros; pero su currículum dice a los docentes que los niños tienen que leer a Ungerer o a Sendak, y, aunque no los conozcan, los leen. Pero aquí puedes hacer lo que te da la gana. Puedes coger esos 'paoloscoelhos' en miniatura y nadie te dirá nada. Y luego nos lamentamos por las pruebas PISA. Con una buena educación literaria desde I-0 otro gallo cantaría. No puede ser que el currículum diga ‘sensibilizar con canciones’. ¿Cuáles? Sensibilizar con cuentos. ¿Cuáles?

-Me está hablando del currículum de Infantil, ¿verdad? Sí; es el que conozco a la perfección. Y lo encuentro totalmente deficiente, pese a que Infantil es la base de todo. Cuando yo entré en la universidad me decían que la literatura infantil no era ni literatura, que era 'preliteratura'. Es la etapa más importante y la que tienen más abandonada. Hay mujeres que llevan un siglo diciéndolo: Rosa Sensat, Angeleta Ferrer, Marta Mata.

-El de primaria introduce los 30 minutos de lectura diaria obligatoria en clase. ¿Le parece una medida adecuada? Sí. Leer es como ir al lavabo, tiene que hacerse cada día. Y tiene que hacerse en casa y en la escuela. En casa, ¿qué pasa? Hay muchas familias que no pueden, por eso en la escuela tiene que estar. Y eso hay que empezarlo en la guardería, la literatura como una rutina en la vida de los niños, como lavar manos y cambiar los pañales. El problema es que en la guardería se lee mucho, pero llegan a primaria y poco a poco se va perdiendo ese hábito y la literatura se convierte en un objeto a diseccionar. Ahora miremos el vocabulario, ahora las oraciones sintácticas... Hombre, primero pregúntale, ¿te ha gustado? En primaria esa sistematización quita un poco ese placer por la lectura… porque si tuviéramos placer no lo dejaríamos nunca.

-Hablemos de placer. Si tu hija disfruta leyendo libros que no te gustan, ¿qué haces? Ya está bien que los jóvenes lean cosas que a los padres no les gustan; siempre ha sido así.

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