Consecuencias de la sequía

Las escasas reservas y el calor dificultarán potabilizar el agua de los embalses de Catalunya

La ACA y ATL han intensificado los controles por si deben activar nuevos procedimientos para agua 'no tratable'

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El pantano de Sau a vista de dron, con un 4,74% de agua y todas las edificaciones a la vista

El pantano de Sau a vista de dron, con un 4,74% de agua y todas las edificaciones a la vista / Jordi Borràs / ACN

Guillem Costa

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¿Si persiste la sequía, dejará de ser tratable el agua de los embalses en los próximos meses? Es una pregunta a la que no se puede responder con toda seguridad. Sin embargo, sí se puede afirmar que la preocupación es creciente entre las administraciones competentes en esta materia, ya que es probable que, si sigue sin llover y el calor llega pronto, la calidad del agua empeore de forma notable, como ya ocurrió, en cierta medida, durante el verano de 2023. Entonces, las operadoras y suministradoras se vieron obligadas a reaccionar de forma rápida y activaron nuevos tratamientos para asegurar el buen estado de este recurso.

Ahora, en pleno invierno, la situación no es como la de entonces. Pero estamos en la más que probable antesala de un escenario aún más endeble que el del año pasado. ¿Por qué? Hoy las reservas son menores que un año atrás. Y cada vez que un embalse ve reducido su volumen, el número de contaminantes que se encuentran en el agua están más concentrados. La materia orgánica aumenta y el agua se mezcla con la capa inferior del embalse, que sufre la falta de oxígeno. Además, si en las próximas semanas suben las temperaturas, aparecerán todavía más algas y microorganismos en el agua.

En estos momentos, el ejemplo más evidente de este proceso está en el pantano de Sau, al 4,44% de su capacidad, un porcentaje que disminuye a diario, estableciendo así un nuevo récord histórico cada día. La Agència Catalana de l'Aigua (ACA) está gestionando de forma casi quirúrgica el agua del embalse. El agua se desembalsa constantemente Ter abajo, donde se mezcla con la almacenada en el embalse de Susqueda. La ACA está acelerando esta transferencia de agua para salvar tanta agua de Sau como sea posible antes de que el estado cualitativo se deteriore.

Ósmosis inversa

Fuentes de la empresa pública ATL (Ens d'Abastament d'Aigua Ter Llobregat) detallan que se hace un seguimiento al minuto de este 'engranaje Sau-Susqueda'. Junto con la ACA y el Departament de Salut, se evalúa constantemente la calidad del agua. ATL tiene instaladas una sondas para medir el agua en continuo. Como estas pruebas se realizan en la presa de Susqueda y la del Pasteral (donde empieza el trasvase hacia Barcelona), la compañía ya sabe cómo es el agua que llegará a la potabilizadora.

"Casi toda el agua se puede tratar, pero con procedimientos más intensos y contundentes"

— Xavier Sánchez Vila, catedrático de hidrología de la UPC

Así, se pueden ir adaptando los tratamientos y se determina cuánto es necesario diluir el agua para que sea apta para el proceso de potabilización. ¿Siempre se podrá tratar este agua? Xavier Sánchez Vila, catedrático de Hidrogeología de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y profesor de la Escola de Camins de este centro, considera que sí: "Casi toda el agua se puede tratar. Pero debes preparar unos procedimientos más intensos y contundentes".

El pantano de Sau a vista de dron, con un 4,74% de agua y todas las edificaciones a la vista

El pantano de Sau a vista de dron, con un 4,74% de agua y todas las edificaciones a la vista / Emilio Morenatti / AP

Sánchez Vila afirma que las empresas suministradoras de agua se deben preparar para moldear los tratamientos. "La ósmosis inversa es la forma más contundente de potabilizar el agua, pero no siempre hace falta recurrir a ella. Hay otras opciones, como cambiar la microfiltración por la nanofiltración, por ejemplo, o añadir filtros de carbón activo", señala. La ósmosis inversa es la más cara de las posibilidades, y también la que consume más energía. Se usa por ejemplo en la potabilizadora del Besòs. Todo esto, si se pone en práctica, implicará gastar más dinero, detalla el experto.

En el Llobregat, puntualmente, cuando el agua baja con mala calidad, se suele parar la producción de la potabilizadora y se trata agua subterránea de los pozos de la Vall Baixa. Es algo que coincide con los grandes episodios de lluvia. Sin embargo, la situación en el Ter es preocupante: "El agua de este río suele tener mejor calidad que la del Llobregat. Pero en los últimos años ha empeorado de forma considerable y la sequía lo agrava aún más".

Temor veraniego

En julio, la concentración de trihalometanos (THM) ya aumentó, sin llegar a rebasar los umbrales máximos permitidos. En aquel momento, la preocupación llegó al Govern, porque existía el riesgo de que el agua fuese difícil de tratar. ATL y las operadoras de Girona tomaron medidas. En la potabilizadora de Cardedeu, se instalaron unos nuevos filtros de carbón activo (25, en concreto), para incrementar el rendimiento a la hora de eliminar contaminantes.

Durante las reuniones del Comité Interdepartamental de la Sequía, se planteó la posibilidad de solicitar una excepción durante un pequeño periodo de tiempo por si se superaban los valores máximos de amonio o THM, algo que finalmente no pasó. Los THM, que a largo plazo pueden tener efectos en la reproducción humana, se forman también después de que el agua salga de la potabilizadora, por lo que era necesario seguir controlando su calidad en todo momento. En las redes de ATL, en los respectivos municipios, se decide cuánta agua del embalse se mezcla con la de los pozos propios de cada localidad.

Rehabilitar la potabilizadora de Cardedeu

A medio plazo, la Generalitat asume que la solución definitiva a la "vulnerabilidad de la potabilizadora de Cardedeu" es el proyecto de rehabilitación de esta planta, que ya se ha licitado por 123 millones de euros. Estas obras modernizarán y actualizarán las instalaciones, para facilitar el tratamiento del agua cuando la presencia de ciertos contaminantes sea elevada. En los próximos meses, si los embalses siguen perdiendo fuelle, la ACA y ATL deberán intensificar de nuevo los controles para asegurar la calidad del agua. "Estos procesos son caros, pero más baratos que desalinizar agua o traerla en barcos", zanja Sánchez Vila.

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