Entre el 2000 y 2001

Cuatro exalumnas denuncian a un enfermero del colegio Jesuïtes de Casp por abusos sexuales

La caída de los jesuitas Roma y Peris: de "guías espirituales" a pederastas desenmascarados

Los jesuitas catalanes piden perdón por los abusos pero mantienen el hermetismo sobre los curas denunciados

El colegio Jesuitas de Casp en Barcelona.

El colegio Jesuitas de Casp en Barcelona. / JORDI OTIX

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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El Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona está tramitando una investigación para esclarecer los abusos sexuales a cuatro niñas cometidos presuntamente por un religioso enfermero, Amado A., de 78 años , en el centro escolar Jesuïtes de Casp de Barcelona, durante los años 2000 y 2001.

Dos exalumnas denunciaron en julio y septiembre pasado ante la Policía Nacional los tocamientos sufridos a manos del imputado, por lo que se abrió la causa penal, mientras las otras dos víctimas se presentaron este pasado octubre en la Fiscalía Provincial de Barcelona para explicar esa misma acción. Al estar abierto ya un proceso judicial, el ministerio público trasladó esta nuevas denuncias al juzgado de instrucción, a la vez que ha solicitado diversas diligencias de investigación.

El colegio de los Jesuïtes de Casp en Barcelona.

El colegio Jesuitas de Casp en Barcelona. / JORDI OTIX

De entrada, las dos primeras exestudiantes ratificaron en el juzgado su versión (faltarán las dos nuevas). Tras ello, el juez citó a Amado A., que negó las acusaciones y dijo desconocer por qué las exestudiantes de la escuela habían presentado la denuncia. En un futuro próximo el magistrado deberá volver a interrogar a Amado A. Una de las mujeres se ha personado en la causa para ejercer la acusación particular. Por ahora, ha declarado como testigo una exprofesora.

El enfermero habría presuntamente cometido los abusos sexuales cuando las víctimas tenían entre seis y ocho años y aprovechando que las niñas, entonces alumnas del colegio, habían acudido a la enfermería de la escuela para la revisión médica anual, según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO. Las cuatro mujeres afectadas, ya mayores de edad, han decidido denunciar. Una de ellas, no solo detalló los supuestos tocamientos, sino la introducción de un dedo. La forma de actuar del enfermero que describen las afectadas, inciden las fuentes consultadas, es similar en todos los casos. Los presuntos abusos se cometían en la enfermería del centro educativo, donde trabajaba el investigado.

Tras conocerse el caso del enfermero, la Compañía de Jesús ha hecho público un comunicado en el que se pone a disposición de la justicia para esta nueva investigación. Los jesuitas explican que ha facilitado toda la información que se les ha pedido y que seguirán colaborando en todo lo necesario. Reiteran la condena de cualquier abuso que se haya podido producir en sus centros y vuelven a pedir perdón a las víctimas.

No es la primera vez que los Jesuïtes de Casp se ven envueltos en casos de abusos sexuales. El pasado mes de mayo, exalumnos presentaron denuncias contra los religiosos Francesc Peris y Francesc Roma, aunque los procedimientos no prosperaron por la prescripción de los delitos que supuestamente cometieron. Tras estas informaciones, los jesuitas condenaron los hechos y pidieron perdón, aunque mantuvieron el hermetismo sobre Peris y Roma.

Con el caso del enfermero, son ya ocho las denuncias formalizadas por abusos perpetrados supuestamente por personal de este centro: tres contra Francesc Peris, dos contra Francesc Roma y otras dos contra sendos profesores laicos que ejercían en el Kostka, una escuela que fue adjunta a la de Casp para familias sin recursos, además de la del enfermero.

Francesc Roma Padrosa, es jesuita desde 1952 y cura desde 1966. Tiene más de 80 años. Contra Roma se presentó una denuncia por abusos en 2016 y después fueron presentadas más. Es hermano de Lluís Roma, más conocido como Lucho Roma. Este, también cura y ya fallecido, fue enviado por los jesuitas a Bolivia, donde según publicó la agencia EFE en 2019, abusó de una cifra desconocida de menores bolivianos y, además, fotografió algunos de esos delitos y los guardó en un CD.

El otro sacerdote sobre el que están recayendo el grueso de las denuncias es Francesc Peris. Sobre este religioso los alumnos dicen lo contrario que de Roma: era alguien más bien turbio. Aunque la gravedad de los delitos que se denunciaron contra él sí ha sorprendido. Como lo ha hecho también una cifra de afectados que no para de crecer y que obliga a admitir que este otro referente jesuita, quizá no tan inmaculado como Roma, era en realidad un depredador de menores.

Algunos exalumnos aseguran haber sufrido abusos durante las tutorías que Peris llevaba a cabo en el colegio, mientras que otros afirman haber sido agredidos sexualmente por él en la casa de colonias de Viladrau (Osona). Emergen delitos perpetrados impunemente en los años 70, 80, 90 y 2000. Tanto en España como en Bolivia, a donde fue enviado en 1983 por la organización jesuita.

Un total de 234 exalumnos del colegio Jesuïtes de Casp de Barcelona firmaron una carta dirigida al centro en la que piden a sus responsables "más transparencia" sobre la información que tenían acerca de los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Francesc Peris –que estuvo en el colegio jesuita entre la década de los 70 y el año 2005– y también acerca de cómo gestionaron cada una de las acusaciones que recibieron sobre su conducta.