Ayuso denuncia falta de inversión en Cercanías pero Madrid ha recibido la mitad del dinero estatal de los últimos 30 años

El mensaje de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, no puede ser más claro: "Madrid, otra vez sumido en el caos por culpa de Sánchez, que castiga a nuestra región sin inversiones esenciales. Los madrileños, rehenes de las averías y retrasos de Renfe". Esto es lo que ha compartido este martes por la mañana tras un fallo en la estación de Atocha que ha generado problemas tanto en Cercanías como en los trenes de larga distancia. No se trata aquí de confrontar realidades, la de Madrid y la de Catalunya, comunidad esta donde en el mismo momento había dos líneas con hercúleos retrasos y una tercera cortada por una caída del tendido eléctrico, para más inri, en un trazado de vía única. Pero sí están los datos históricos para comprobar si la comunidad capitalina ha sido o es maltratada en materia de inversión ferroviaria. Spoiler: no.

Entre 1990 y 2018, la Comunidad lideró el ránking de inversiones con 1.760.005.517 millones de euros, seguida de Barcelona con 619.563.290 millones

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, un ente público cuya presidencia se propone desde el Consejo de Ministros, presentó un sesudo estudio en 2019 que versaba sobre las "Infraestructuras del transporte". Con gran detalle, hablaba de gobernanza y del marco normativo e institucional, tanto de carreteras y autopistas como del sistema ferroviario. En el apartado de Cercanías, detalla que entre 1990 y 2018, la inversión en toda España fue de 3.680 millones de euros, muy concentrados, sobre todo, entre 2003 y 2011, años en los que se construyó el nuevo túnel entre Atocha y Chamartín y la nueva estación de Sol, así como la línea que comunica el aeropuerto de Barajas. Todo en Madrid.

El punto sobre la red convencional se acompaña de un gráfico (sobre estas líneas) en el que, precisamente, se detalla la inversión realizada en cada punto. En ese periodo de 29 años, Madrid recibió 1.760.005.517 millones de euros, el 47,8% del total invertido en todo el Estado. Le sigue Barcelona, con 619.563.290 millones (16,8%) y en tercera posición, Cádiz, con 607.665.661 millones de euros (16,5%). Es decir, que en casi 30 años, Madrid se llevó prácticamente la mitad del dinero público destinado al servicio ferroviario más usado por los españoles.

El sueño de Aznar

El mensaje de la presidenta Ayuso también hacía referencia a la afectación en los trenes de alta velocidad. Esto nos lleva irremediablemente a recordar el discurso de investidura que José María Aznar brindó el 25 de abril del 2000, en el que, con Francisco Álvarez-Cascos como ministro de Fomento, compartía el sueño de que Madrid fuera un dispensador nacional de trenes bala. Sin darse cuenta, estaba alentando la España vaciada, pero ese es otro tema que no abordaremos aquí.

El discurso puede consultarse íntegro en la página web de la Moncloa. Y decía así: "Este programa [de inversiones] acercará todos los territorios de España mediante el mallado completo de la red de carreteras de gran capacidad; una red ferroviaria de alta velocidad que, en 10 años, situará a todas las capitales de provincias a menos de cuatro horas del centro de la península". Es decir, a cuatro horas de Madrid, que no es precisamente una capital que queda al ladito del resto de Europa.

El plan actual de mejora de Cercanías de la Comunidad contempla una inversión de 6.500 millones de euros, 1.500 millones más que lo que prometió el Gobierno Rajoy

Aquella investidura, por cierto, tenía como paisaje una amplia mayoría absoluta del PP, lo que no supuso ningún problema para que los 15 diputados de CiU (y los cuatro de Coalición Canaria) votaran también a favor de Aznar. Sucedía cuatro años después del pacto del Majestic, con un PP sin los sufragios suficientes y con los convergentes ejerciendo de palanca de cambio para poner fin a 14 años de gobiernos del PSOE, con Felipe González al frente.

En tiempos contemporáneos, con una nueva investidura a la vista, va bien recordar algunas de las contrapartidas de 1996: adiós al servicio militar, supresión de los gobernadores civiles y despliegue de los Mossos en Catalunya, incluido el control de tráfico que estaba en manos de la Guardia Civil. El primer traspaso de Rodalies, sin embargo, no llegaría hasta 2010.

Cuestión de prioridades

Pero volvamos a los trenes. Como decíamos, Ayuso también se queja de averías que han afectado a la alta velocidad. El estudio de la Airef hace referencia a este sector ferroviario, que durante muchos años ha bebido del sueño radial del presidente Aznar. Dice así: "Es interesante en este punto incorporar una breve comparación entre los datos de inversión en la red de Cercanías y la realizada en alta velocidad, ya que reflejan con claridad la prioridad otorgada en las últimas décadas al despliegue de esta última. Frente a los 3.600 millones desembolsados en Cercanías entre 1990 y 2018, en alta velocidad se invirtieron en el mismo periodo 55.888 millones". Añade, en la siguiente frase, que solo en un año, 2012, hubo más inversión en alta velocidad (5.226 millones) que lo destinado en los últimos 28 años en Cercanías.

Pero tendrá una lógica respecto a la demanda, ¿no? Sigamos con el informe: "No hay que olvidar que estas enormes diferencias en inversión, y por tanto en prioridad de las políticas públicas, se producen en un contexto en el que el número de pasajeros de Cercanías fue de 562,2 millones de viajeros frente a los apenas 29,8 de la alta velocidad (datos 2018), lo que trasladado a porcentajes implica que los pasajeros de alta velocidad apenas suponen el 5,3% de los que viajan en el ferrocarril metropolitano". 

Pedro no estaba

Alguien podría decir, y con razón, que el informe hace referencia a un periodo de la historia en el que Pedro Sánchez, blanco de las críticas de Ayuso, no era presidente del Gobierno. Asumió el cargo en junio de 2018. El PP, a principios de 2023, repartió unos folletos en el servicio de Cercanías en el que insistía en la falta de inversión en la comunidad. Adjuntaba cifras terroríficas, como que el gasto diario por usuario en Catalunya es de 1.748 euros, mientras que en Madrid es de 81 euros. La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, tuvo que salir al paso de la campaña. Aportó sus propios datos.

Detalló el plan de mejora de Cercanías de la Comunidad de Madrid, que contempla una inversión de 6.500 millones de euros, 1.500 millones más que lo que prometió el Gobierno de Mariano Rajoy. Pero eso no basta, porque a lluvia de millones todos saben jugar. ¿Proyectos ejecutados? ¿Licitados? ¿En concurso? Según la ministra, ya se han finalizado inversiones por valor de mil millones de euros, y un total de 4.000 millones (el 60% de lo previsto) ya están movilizados, lo que significa que están en el proceso de cristalizar en una obra concreta. "Es un plan real, no el 'power point' que nos encontramos en 2018", resumió Sánchez.

Por si les interesa la comparación real con Catalunya, el plan de Rodalies presentado en diciembre de 2020 prevé una inversión hasta 2030 de 6.346 millones de euros, de los que ya se han terminado trabajos por valor de mil millones y otros 2.000 están en la fase de concurso y adjudicación. Queda mucho, es cierto. Tanto aquí como allí.

El tuit de Ayuso acariciaba este martes a las 18.00 horas las 390.000 visualizaciones y amasaba 5.000 'likes', 2.000 'retuits' y 1.500 comentarios. Con Feijóo apeado del cetro presidencial y en plena negociación de la investidura de Sánchez con los independentistas, con el traspaso total de Rodalies sobre la mesa.

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