Conflicto entre vecinos y empresas de renovables: un grupo de mediadores abre la puerta a acuerdos sociales

Muchos de los parques eólicos y fotovoltaicos proyectados por empresas en Catalunya siguen topando con el rechazo de los vecinos. A menudo, la superficie afectada se encuentra en pequeños municipios rurales de pocos habitantes, que temen por sus pastos y sus cultivos, además de estar en contra de que el paisaje cambie. "¿Qué ganamos nosotros, con el ruido y la molestia de una decena de aerogeneradores?", se preguntan algunos de ellos.

Para evitar que la instalación de centrales renovables se entendiera como una imposición, el decreto ley de 2021 incluyó dos nuevas condiciones. La primera: se debía conseguir el acuerdo con más del 50% de los propietarios del terreno. La segunda: era obligatorio abrir el capital de la empresa energética para que los ciudadanos de la zona pudieran participar económicamente y sacar beneficios a medio plazo.

"Además de los permisos urbanísticos y ambientales, se debería requerir un acuerdo social para aprobar los proyectos"

Jaume Moya, Eudemon

Sin embargo, la realidad es que en muchos lugares, los movimientos vecinales en contra de las renovables previstas por grandes empresas están creciendo. Hace apenas unos días, sin ir más lejos, ha surgido una nueva plataforma en el Moianès, comarca donde se han proyectado algunos parques fotovoltaicos.

Para remediar la situación y buscar puntos de encuentro entre las compañías y la gente de las zonas afectadas, se creó el proyecto Eudemon. Se trata de una iniciativa que surgió para resolver conflictos socioecológicos y que ha utilizado el Alt Penedès como banco de pruebas. "Con el decreto de 2019, aparecieron muchos proyectos que, en algunos casos, no tenían en cuenta los habitantes de los municipios implicados", recuerda Jaume Moya, codirector de Eudemon.

Licencia social

Para que las empresas puedan sacar adelante sus propuestas, deben recibir el visto bueno urbanístico administrativo, informe de biodiversidad favorable incluido. Moya da un paso más y plantea el concepto de 'licencia social': "Se debería incluir en los decretos de renovables la importancia de contar con el aval de la gente. Si no se escucha a los pueblos, no se pueden construir ciertas infraestructuras".

"Al principio, todas las partes afectadas llegan a los encuentros de mediación con muchas ideas preconcebidas"

— Jaume Moya, Eudemon

¿Y qué propone Eudemon para conseguir el acuerdo? Lo primero, se ofrece para asesorar a los vecinos y a las empresas para asegurar que el proceso sea transparente. "Es clave que la gente acceda a toda la información. Nosotros abordamos y reivindicamos una tercera pata social, en paralelo a las normativas urbanísticas y administrativas", afirma Moya. El siguiente paso es sentar en una misma mesa a todos los agentes implicados.

"En un primer momento, existen ciertas reticencias e ideas preconcebidas, pero una vez se escuchan, se pueden acercas posiciones", detalla. ¿A qué tipo de pactos se puede llegar? Hay varios ejemplos. "No pongas el aerogenerador aquí, porque hay una ermita y cada primavera se hace una romería que pasa por ahí", les puede reclamar una agrupación vecinal, especifica Moya.

"Los implicados tienen derecho a acceder a toda la información de forma transparente"

— Jaume Moya, Eudemon

Otro caso: "Se podría llegar a encontrar una simbiosis entre agricultores y placas fotovoltaicas si los paneles pueden ser móviles y proteger del exceso de calor los cultivos de forma rotatoria, o mantener pastos en una central de energía solar". Esto se ha aplicado ya en Francia. Y un último ejemplo en Menorca, donde se ha logrado "conservar los muros de piedra seca y compatibilizarlos con un parque renovable".

Renovar las renovables

"Hay que encontrar soluciones 'win-win'. Lo que no puede ser es que se impongan los proyectos. En parte es por esto, por desconocimiento, que muy poca gente está participando económicamente en las centrales renovables que se proyectan", añade este mediador.

Eudemon quiere expandirse por toda España, aplicando este "protocolo Eudemon" con un único objetivo: alcanzar puntos de acuerdo sociales y transparentes en cada conflicto que nace por las propuestas de parques eólicos o fotovoltaicos.

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"El plan piloto fue un éxito", asegura Moya. Aunque siga habiendo algunos escépticos, también lo ve así Ramon Arnabat, portavoz del Institut d'Estudis Penedesencs, una de las entidades que participó en las conversaciones: "Se dibujaron dos parques eólicos y siete solares. Nos generaban dudas pero pensamos que no podíamos decir que no de forma automática. Debíamos implicarnos en el proceso para que el rechazo inicial de algunos, como mínimo, estuviera fundamentado".

"A medida que se dialoga, las posiciones se pueden acercar. Se debería aplicar este método en todas partes"

— Ramon Arnabat, vecino

Para él, lo más beneficioso de la mediación promovida por Eudemon fue el contacto: "Empresarios, vecinos, políticos, plataformas... Todos nos sentamos y nos escuchamos. Algunos continuaron sin verlo viable. Otros cambiaron su opinión. A medida que se dialoga, las posiciones se pueden acercar. Ha sido muy reconfortante y se debería aplicar este método en todas partes".

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En el caso del Penedès, la oposición ha ido de la mano del 'no' a la MAT (la línea de Muy Alta Tensión). "Casi todo el mundo está en contra de esta vía de transporte de energía, pero si no producimos nosotros la energía, la tendremos que trasladar desde otra zona, ¿no?", reflexiona.

Las compañías, en estos momentos, son conscientes del rechazo generado por muchos proyectos renovables. Mediación como la que propone Eudemon u otras plataformas incluidas en el grupo 'Renovemos las renovables' son una puerta abierta para que la transición energética avance con más consenso.

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