cambio climático

Los bosques mediterráneos, los que más riesgo tienen de morir por sequía en el mundo

Las reservas de los embalses bajan hasta el 22%, el peor dato de la actual sequía

Un joven ganadero: "Si la sequía sigue y no nos ayudan, esto no tiene futuro"

Bosque en Rumanía.

Bosque en Rumanía. / Unsplash

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un estudio liderado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) determina que los bosques con mayor riesgo de morir por sequía se encuentran en la cuenca mediterránea, el sur de Australia, y el noroeste de la Amazonia y de Estados Unidos. Un equipo internacional con participación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha publicado en la revista 'Nature Ecology and Evolution' un nuevo método para caracterizar qué bosques del mundo son más vulnerables a la carencia de agua. El sistema incluye datos fisiológicos sobre las estrategias de miles de especies para superar la carencia de agua, datos evolutivos y filogenéticos sobre cómo ha evolucionado la adaptación a la sequía, y datos del suelo y del clima de cada bioma del mundo.

La innovación más importante de este nuevo método radica en que evalúa el bosque como un ecosistema entero, un conjunto de organismos que responden de forma diferente a las condiciones externas, lo que permite predecir a una escala mucho mayor los impactos del cambio climático en los bosques de todo el mundo. Así, los datos fisiológicos por especie determinan que muchos árboles mediterráneos están muy bien adaptados a la sequía, pero el modelo apunta a que estos bosques tienen un riesgo muy alto de sufrir muerte por sequía.

Predicción del cambio climático

Esto se debe a que el método permite ampliar el campo de visión para determinar que la zona contiene también especies muy sensibles a la sequía, episodios que últimamente son más recurrentes y largos. Ciertos árboles tienen mecanismos para soportar la falta de agua porque la almacenan y necesitan poca para vivir, pero algunos no están adaptados a las condiciones de sequía, lo que los hace muy vulnerables.

Datos fisiológicos como éste son clave para comprender qué bosques tienen más riesgo de sufrir fallos hídricos y morir por sequía, pero tienen limitaciones que ahora incluidas dentro del nuevo modelo dan información muy útil a nivel más general. Así, el estudio presenta por primera vez una caracterización global del riesgo de mortalidad de los bosques, aunque todavía es necesario avanzar más en el sistema para garantizar unas buenas predicciones, según los investigadores.