Daniel Sancho accede a la tienda donde compró el material para cometer el crimen.

Daniel Sancho accede a la tienda donde compró el material para cometer el crimen. / EL PERIÓDICO / ADRIÁN FONCILLAS

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Alexandra Costa

Las pruebas incriminatorias se amontonan contra Daniel Sancho, autor declarado del asesinato y descuartizamiento del cirujano Edwin Arrieta en Tailandia. Sin embargo, hay una evidencia determinante. De hecho, fue clave para atribuirle el crimen, más allá de que el joven de 29 años acabase confesando. Se trata del ticket de compra de un supermercado de la isla de Koh Phangan que la policía encontró dentro de una de las bolsas en las que arrojó los trozos desmembrados de la víctima en un vertedero. EL PERIÓDICO ha tenido acceso en exclusiva a ese recibo, que asciende a un total de 38,50 euros (1.486 bahts tailandeses).

En el tique, con fecha 1 de agosto, consta la compra de un cuchillo de carnicero con una hoja de 34 centímetros de largo y nueve de ancho. Pagó por él siete euros (275 bahts). También figuran otros utensilios con los que se deshizo del cadáver. Las autoridades se personaron en el establecimiento, que tiene cámaras de videovigilancia, e identificaron al hijo de Rodolfo Sancho.

El modelo de cuchillo que se usó para cometer el crimen.

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Entre los productos que el joven obtuvo hay tres rollos de cinta adhesiva transparente por 1,10 euros cada uno, varios paquetes de bolsas de basura y de asas, dos estropajos y gomas para atar, entre otros utensilios. En cambio, en el tique no aparecen detergentes ni otros productos corrosivos, tal y como se informó al principio del caso.

Más dinero en fruta que en el cuchillo

Sancho aprovechó su visita al hipermercado para comprar otra cosa que nada guarda relación con el truculento crimen: comida. En concreto, cogió melón y sandía, ya troceados, y uvas frescas, según consta en el recibo. De hecho, se gastó más dinero en la fruta que en el cuchillo.