Cronología del caso Daniel Sancho: Claves del asesinato de Edwin Arrieta en Tailandia

Daniel Sancho y Edwin Arrieta llegan de forma separada a la isla de Koh Phangan, donde habían quedado para celebrar la fiesta de la luna llena. Se hospedan en sendos hoteles de lujo. El hijo de Rodolfo Sancho lo hace en el 'bungalow' número 6 del resort Haad Salad Villa.

Sancho compra una sierra, cuchillos, detergente y otros utensilios en una tienda. Las cámaras de seguridad del establecimiento graban el momento. Por otro lado, Arrieta contacta por última vez con su familia: mantiene una "llamada cariñosa" con su hermana Darlin, explica la mujer. Además, unas imágenes recogen a ambos circulando por la localidad en una motocicleta.

Sancho y Arrieta van juntos a la playa Haad Rin. Esa fue la última vez que el cirujano plástico es visto en público. Horas más tarde, el joven lo mata en su 'bungalow'. Luego lo descuartiza con los artilugios comprados el día anterior. "Tardé tres horas", confesó ante la policía.

También paga 1.000 dólares por un kayak a una mujer, a la que le dice que lo quiere para ir a fumar. Por último, pone las partes en bolsas y las arroja a un vertedero de la isla y en el mar (con la embarcación que adquirió).

La familia se da cuenta de que algo no va bien al no tener noticias del cirujano, que suele hablar con sus padres tres o cuatro veces al día. La hermana de la víctima, Darlin, intenta contactar con él a través de sus contactos en Instagram. Da con el perfil de Sancho, ve que ha publicado una 'storie' desde Koh Phangan y le pregunta por Arrieta.

Según la familiar, el autor confeso le dice que no sabe nada de él, que le perdió el rastro en la playa. Darlin le pide que denuncie su desaparición, a lo que el cocinero responde que irá a una comisaría cuando se duche.

Sancho denuncia la desaparición de su amigo. Sufre cortes y arañazos, un detalle que no pasa desapercibido por los agentes. En paralelo, un recolector de basura descubre una pelvis seccionada e intestinos humanos en un vertedero. Todo ello propicia que la policía comience a investigar el crimen.

Las pesquisas las lidera el 'superpolicía' y monje budista Surachate Hakparn, más conocido como 'Big Joke' o 'gran broma', poderoso y mediático a partes iguales. 

Durante una nueva búsqueda en el mismo vertedero, la policía encuentra más restos humanos: en una de las bolsas había dos partes de extremidades inferiores, junto a una camiseta y unos pantalones cortos.

Tras estos descubrimientos, las autoridades deciden interrogar como sospechoso al español. Sancho declara que recogió a su amigo y que pasaron un rato juntos, pero que no sabe nada de él desde la noche anterior.

El caso sale a la luz: el joven es detenido tras confesar que asesinó y desmembró al cirujano colombiano. El crimen adquiere notoriedad mediática por ser el hijo del actor Rodolfo Sancho. Según la policía, lo mató por "celos".

Con el homicida confeso bajo arresto y con el visado ya retirado, las autoridades encuentran el kayak con que Sancho tiró al mar restos de Arrieta.

Sancho reafirma su confesión, pero niega que tenga una relación sentimental con la víctima. Sin embargo, asegura que le había amenazado. "Era su rehén. Me obligó a hacer cosas que nunca hubiera hecho", explica el joven. "Estaba obsesionado conmigo. Me engañó, me hizo creer que quería era hacer negocios conmigo y meter dinero en la empresa de la que soy socio. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí es que fuera su novio", añade.

Ese mismo día se lleva a cabo la reconstrucción del crimen. Los agentes llevan a Sancho a diferentes puntos de la isla, incluida la playa Haad Rin, donde estuvo con Arrieta poco antes de su desaparición. Le acompañan abogados de oficio.

Por otro lado, el actor Rodolfo Sancho rompe su silencio y en un comunicado pide "máximo respeto" para toda su familia.

Sancho declara ante el juez, quien decreta prisión preventiva en un centro penitenciario de la isla vecina de Koh Samui. Las prisiones de Tailandia no son como las europeas: los reos 'viven' con grilletes, duermen sentados y trabajan sin cobrar.

La familia del joven, que manifiesta querer "colaborar en todo lo que pueda", contrata a un nuevo letrado, Khun Anan.

Anan se reúne con Sancho durante una hora. A su salida de la cárcel declara que el detenido "está relajado" y "sabe lo que hizo". Es más, añade que "ya planea cómo vivir entre rejas". Paralelamente, la defensa trabaja para eludir la cárcel de los horrores de Bangkok.

La policía considera que tiene pruebas suficientes para acusar a Sancho de asesinato premeditado, un delito castigado en Tailandia con la pena de muerte. Aunque los agentes tienen 84 días para presentar la investigación al juez, creen que la pueden tener lista en apenas tres semanas por la doble confesión y el alud de pruebas incriminatorias.

La policía tailandesa encuentra en el móvil de Daniel Sancho amenazas de muerte de su víctima. Las conversaciones privadas revelan que Arrieta advirtió a Sancho de que haría públicas fotos comprometedoras si cortaba la relación que habían empezado tras conocerse un año atrás en la red social Instagram. La insistencia en mantener sexo del cirujano, según la declaración de Sancho, le hizo perder a este la cabeza y golpearle.

Los pormenores rocambolescos que siguen brotando del crimen no amagan que la investigación encara la fase final y, en consecuencia, el juicio puede comenzar este mismo otoño. Por lo poco convencional del caso y ante una de las legislaciones más duras del mundo, expertos penalistas concretan en qué tesitura se encuentra realmente Sancho.

Con los hechos más que explicados y con Sancho en prisión preventiva, la pelota está en el tejado de la justicia. Sus abogados no solo trabajan para evitar que sea trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Bangkok, sino que pretenden que siga aislado del resto de reos en el centro penitenciario de la isla de Koh Samui para proteger su integridad física. Así lo revela el letrado Ramón Chippirrás a EL PERIÓDICO.

Hay una evidencia determinante para atribuir el crimen a Sancho, más allá de que confesara. Se trata del ticket de compra de un supermercado de la isla de Koh Phangan que la policía encontró dentro de una de las bolsas en las que arrojó los trozos desmembrados de la víctima en un vertedero. Los agentes se personaron en el establecimiento, que tiene cámaras de videovigilancia, e identificaron al hijo de Rodolfo Sancho.

EL PERIÓDICO tiene acceso en exclusiva a ese recibo, que asciende a un total de 38,50 euros (1.486 bahts tailandeses) y demuestra los utensilios que compró para deshacerse del cadáver. Entre los productos destaca el cuchillo que compró para desmembrar al cirujano en 15 trozos: era de carnicero, tenía una hoja de 34 centímetros de largo y nueve de ancho, y su precio era de 7 euros.

La policía cierra la investigación y da una mediática rueda de prensa, en la que oficializan que la muerte de Arrieta no fue accidental, sino un asesinato con premeditación. Los agentes confirman algunas de las cuestiones conocidas del caso, dejan alguna duda persistente y ofrecen nuevos datos, como que la víctima fue acuchillada. Con todo, reiteran que el delito se castiga con la pena capital.

Sale una nueva información del caso: el capitán de la policía de Kho Phangan, Sucheep Chadakarn, explica Sancho iba a casarse con otra persona y, además, que lo haría en Indonesia. Por eso, rompió la relación con Arrieta. Sin embargo, la conversación derivó en una discusión y terminó en asesinato. "Dijo a los investigadores que, si la ruptura no salía bien, pensó que iba a tener que matarle porque tenía una pareja que le esperaba para contraer matrimonio", relata.