Reaparece el oso "problemático" y los rurales vuelven a disparar balas de goma para alejarlo

Hace ya 10 días que se activó el protocolo por "osos problemáticos" en el Pallars Sobirà. Hasta el momento, solo había ocurrido con Goiat y Cachou. Sin embargo, en estos casos, el protocolo se puso en marcha por ataques a rebaños. Ahora el caso es inédito. Se avistó a un oso deambulando tranquilamente por los alrededores de la carretera del Port de la Bonaigua. El mamífero casi ni se inmutaba ante la presencia de los humanos, más bien se mostraba curioso.

Para proteger la seguridad del animal y los conductores, los agentes rurales se vieron obligados a actuar según lo que indica el protocolo. Se realizó la llamada "disuasión acústica", mediante gritos y voces fuertes pero también con petardos y cartuchos de doble detonación, que estallan cerca del animal. Además, se dispararon balas de goma en la parte trasera del animal, para reforzar el carácter aversivo de la operación.

Se intenta que el oso tenga miedo para que se dé cuenta de que los humanos y la carretera no son una buena compañía. Así aprende que debe vivir tan alejado de ellos como pueda. Parecía que el dispositivo había sido exitoso, porque durante los días siguientes no se observó al plantígrado.

Sin embargo, las cosas cambiaron la semana pasada. Se volvió a avistar al oso mientras, muy cerca de la carretera, devoraba un ejemplar de gamo, posiblemente atropellado. Marc Alonso, miembro de DEPANA que lleva décadas estudiando a estos animales, sospecha de que alguien colocara el animal ahí: "El oso no había vuelto, pero claro, si alguien mueve el cadáver y lo sitúa a pocos metros de la carretera, lo puede oler a muchos metros de distancia. Y se entiende que haya reaparecido."

Ante esta situación, el operativo se reactivó. Esta tarde los rurales han localizado el oso, han cerrado la carretera y han vuelto a disparar balas de goma para intentar ahuyentarlo. El objetivo es el mismo: que se asuste y deje de pasear por zonas cercanas a la carretera como si nada, algo que es peligroso para su seguridad y para la de los conductores.

"El objetivo del protocolo es que este oso se dé cuenta de que los humanos no son buena compañía"

No solo suponía un problema para la seguridad vial y del animal: "Que un oso pierda el miedo a los humanos puede causar que más adelante se acerque a las casas para buscar comida en la basura o en los árboles frutales de los jardines para alimentarse". Y esto hay que evitarlo.

Si estas acciones no tienen exito y el oso sigue cerca de la carretera, se repetirán las acciones una segunda y una tercera vez. Si aun así el mamífero continuase sin asustarse lo suficiente y permaneciese cerca de la carretera, se procedería a capturarlo para marcarlo con un collar GPS. Es un escenario que no se descarta, pero que ahora mismo no está sobre la mesa. Tanto los rurales como los técnicos de la Generalitat confían en que este oso díscolo se quede en las montañas y no merodee de nuevo por la carretera.

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