Rescate a contra reloj

El creador del 'tour' del Titanic: "La seguridad es puro desperdicio"

Salen a la luz declaraciones del CEO de OceanGate, Stockton Rush, criticado por expertos y exempleados por pasar por alto los riesgos de esta expedición

La Guardia Costera de EEUU detecta "sonidos" donde se perdió el sumergible turístico

Los expertos avisaron en 2018 de los riesgos del sumergible desaparecido rumbo al 'Titanic'

TOPSHOT-COMBO-US-ACCIDENT-TOURISM-TITANIC-CANADA-SUBMERSIBLE-MIS

TOPSHOT-COMBO-US-ACCIDENT-TOURISM-TITANIC-CANADA-SUBMERSIBLE-MIS / Joel Saget / Handout

Bloomberg

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Stockton Rush, el fundador de OceanGate, la empresa propietaria de la embarcación sumergible desaparecida que se dirigía a ver los restos del Titanic (llamada Titán), dijo que la seguridad es "puro desperdicio". Rush es uno de los cinco desaparecidos dentro del submarino. Los otros son el multimillonario Hamish Harding, el explorador francés Paul-Henry Nargeolet y el multimillonario empresario pakistaní Shahzada Dawood y su hijo de 19 años Sulaiman, ambos con pasaporte británico.

"Si lo que quieres estar seguro, no te levantes de la cama, no te subas a tu coche, no hagas nada", dijo Rush en un pódcast de 2022 con el reportero de CBS David Pogue. "En algún momento, vas a correr algún riesgo, y realmente es una cuestión de riesgo y recompensa".

Esta mentalidad está convirtiéndose en foco mediático a medida que los rescatistas se apresuran a encontrar el Titán perdido, que tiene a Rush y otros cuatro pasajeros a bordo y que es probable que se esté quedando sin oxígeno. Se estima que le quedan unas 16 horas de oxígeno. Los científicos oceánicos y al menos un exempleado de la empresa OceanGate, han hecho sonar las alarmas sobre sus procedimientos de seguridad durante al menos cinco años.

250.000 dólares por persona

Fundada en 2009, OceanGate, con sede en Everett, Washington, ha liderado expediciones fletadas en el Titán hasta los restos del Titanic, a 4.000 metros (13.000 pies) bajo el nivel del mar, desde el verano de 2021 a un coste de 250.000 dólares por persona.

Pero la nave experimental Titán, diseñada para explorar una parte de la Tierra que pocas personas han visitado, está sujeta a poca supervisión regulatoria. Aun así, los pasajeros eran conscientes de los riesgos mortales que enfrentarían a bordo.

Los pasajeros del Titán firmaron renuncias de seguridad que mencionaban repetidamente la posibilidad de muerte. La nave, un tubo cilíndrico de fibra de carbono y titanio que funciona con un controlador de videojuegos rudimentario y carece incluso de un sistema de GPS, está desaparecida desde el domingo.

Sospechas

El aventurero marine de origen británico Rob McCallum, que ya había visitado en otras ocasiones los restos del Titanic, fue consultor de OceanGate en sus primeros años, pero abandonó la compañía por varias razones, incluida la preocupación por que el fundador y director ejecutivo, Stockton Rush, estuviera haciendo las cosas demasiado rápido.

"Conozco bien a Stockton y creo que el mundo necesita más Stockton preparados para arriesgarse", dijo McCallum en alguna ocasión. "Pero él es un tipo que avanza a toda velocidad, al diablo con los torpedos, y en la industria sumergible, la profundidad extrema tiene que ver con la precisión y el control. Nada puede dejarse al azar". McCallum se negó a comentar sobre la misión Titán el martes.

Carta de la industria

En marzo de 2018, la Sociedad Marina Tecnológica, formada por un grupo de tecnólogos e ingenieros oceánicos, envió una carta a OceanGate pidiéndole a la compañía que adoptsea estándares de seguridad reconocidos para el Titán, advirtiendo de que el "enfoque 'experimental' de la compañía" podría tener "resultados negativos desde menores hasta catastróficos".

Los sumergibles, a diferencia de los barcos y otras embarcaciones, en gran medida no están regulados, particularmente cuando operan en aguas internacionales, según 'The New York Times'.

Un exempleado de OceanGate, David Lochridge, expresó su preocupación por las prácticas de seguridad de la empresa, según documentos presentados en un caso federal de 2018. OceanGate demandó a Lochridge por divulgar información comercial confidencial sobre su tecnología, y los documentos judiciales muestran que Lochridge argumentó en una contrademanda que había sido despedido injustamente de su puesto en OceanGate "porque planteó preocupaciones críticas de seguridad con respecto al diseño experimental y no probado del Titán de OceanGate".

En 2019, en una publicación sin firmar en su sitio web que explica por qué el Titán no estaba regulado, OceanGate dijo que tales aprobaciones podrían ser largas y no abordarían los riesgos operativos.

"Poner a una entidad externa al día en cada innovación antes de que se pruebe en el mundo real es un anatema para la innovación rápida", decía la publicación.

Firma de renuncias

Desde la desaparición del Titán, varios expasajeros que abordaron el sumergible dijeron que habían firmado una renuncia antes de embarcar que precisaba claramente los riesgos extremos.

"Antes incluso de subir al barco, hay una larga, larga renuncia que menciona la muerte tres veces en la primera página", dijo Mike Reiss, productor del programa de televisión Los Simpson que viajó en el Titán el verano pasado para visitar los restos del Titanic.

Y en una transmisión de CBS que se transmitió el verano pasado sobre los viajes del Titán, el reportero David Pogue leyó en voz alta una renuncia de un pasajero que firmó antes de viajar en la nave, donde se describía al Titán como una "embarcación sumergible experimental que no ha sido aprobada ni certificada por ningún organismo regulador y podría causar lesiones físicas, discapacidad, trauma emocional o muerte".

Tardanza en avisar

Algunos han cuestionado por qué los representantes de OceanGate esperaron tanto tras perder el contacto con el Titán para alertar a la Guardia Costera de EEUU de que el barco había desaparecido. El barco de superficie perdió el contacto con el Titán una hora y 45 minutos después de la inmersión, a las 9.45 horas en Nueva York del domingo, pero la compañía esperó hasta las 17.40 horas para alertar a la Guardia Costera.

¿Una posible explicación? No era la primera vez que el titán perdía el contacto con la superficie en una larga inmersión en el fondo del mar.

Pogue dijo en un tuit esta semana que durante su viaje el sumergible perdió el contacto con la superficie durante cinco horas. Pogue estaba en la sala de control del buque de investigación supervisando el viaje en ese momento.

La nave de la superficie todavía podía enviar mensajes de texto cortos al Titán durante el viaje, pero la tripulación no estaba segura de dónde estaba el sumergible, dijo Pogue. OceanGate incluso apagó la conexión a Internet del barco. OceanGate le dijo que eso se hizo para mantener abiertos todos los canales de comunicación en caso de una emergencia. No había forma de confirmar si este era el caso, dijo el reportero.