Iglesia católica

El Papa, cansado y con fiebre, suspende su agenda

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"Debido a un estado febril, no ha tenido audiencias este viernes", ha explicado el portavoz vaticano, Matteo Bruni

Irene Savio

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El papa Francisco ha suspendido nuevamente este viernes sus actividades por un problema de salud. En este caso, la causa ha sido "una fiebre”, de acuerdo con la escueta información inicialmente suministrada por la oficina de prensa del Vaticano. Sin embargo, posteriormente el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, también ha puntualizado que Francisco estaría "cansado".  

"Ayer (por el jueves) tuvo una jornada muy ajetreada. Por la tarde me dijeron que estuvo con mucha gente en el marco del encuentro con (la fundación católica) Scholas Occurrentes y quiso saludarlos a todos", ha subrayado Parolin. "Probablemente en un cierto momento la resistencia se acaba", ha añadido la mano derecha del Papa.

Parolin se ha expresado de esta manera durante un acto en la capital italiana, después de que a primera hora de la tarde el portavoz vaticano, Matteo Bruni, confirmara a los medios acreditados ante el Vaticano que Francisco había anulado todas sus audiencias previstas para este viernes. "Debido a un estado febril, no ha tenido audiencias esta mañana", señalaba Bruni.

La salud papal, en el foco

La salud de Francisco se encuentra en el foco desde que a finales de marzo fue ingresado de urgencia por una bronquitis infecciosa, lo que lo llevó a pasar tres días en el hospital Gemelli de Roma. "Me sentí mal después de la audiencia, no quise comer y me fui a dormir, pero no perdí el sentido, sólo tenía fiebre alta", explicó él mismo, posteriormente, durante un vuelo de regreso en avión de un viaje a Hungría. Pero "el organismo ha reaccionado bien al tratamiento" en el centro sanitario romano, precisó.

Estos problemas de salud, de hecho, se añaden a sus recurrentes dolores en la rodilla que desde tiempo lo obligan a caminar en silla de ruedas o con bastón. Aún así, en varias ocasiones, Francisco ha dicho que estas dolencias no afectan sus actividades intelectuales, por lo que no son motivo para pensar que se prestaría a renunciar al papado en tiempos cortos, como han especulado sus detractores. 

Más aún, en los últimos días, el propio Francisco ha minimizado sus limitaciones. "(Ahora) Estoy mucho mejor. Ya puedo caminar. La rodilla se fue arreglando y antes no podía caminar. Ahora he vuelto a caminar. Hay días que son más dolorosos, como hoy. Hay días que no, pero es parte del desarrollo", explicaba esta semana en una entrevista con el canal Telemundo.