Efectos de la avería en Gavà

"No puedo prometer ser puntual ni en el trabajo": el lamento de los usuarios de la R2 Sur de Rodalies

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Nueve días después de la avería en la estación de Gavà, los viajeros sufren con resignación la alteración de horarios y frecuencias

Pasajeros esperando en la estación de Castelldefels de la R2 de Rodalies este 2 de mayo.

Pasajeros esperando en la estación de Castelldefels de la R2 de Rodalies este 2 de mayo. / ACN / Àlex Recolons

Sergi Corberó

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"Es un desastre". "No sabemos cuándo llegaremos". "Toda la línea va mal". Estos son algunos de los comentarios que este miércoles, nueve días después de la avería en la R2 Sur de Rodalies en la estación de Gavà, se escuchaban a primera hora en la estación de Castelldefels entre los usuarios de esta línea. La incidencia ha obligado a modificar horarios y frecuencias: solo pasan tres trenes cada hora y Renfe ha reforzado el servicio con autobuses en horas punta. Insuficiente a juicio de los sufridos viajeros que deberán esperar hasta cuatro meses a que la línea funcione al 100%.

El tema es motivo recurrente de conversación en los vagones. "La línea entera va mal porque no se hace nada con ordenador, es todo visual", decía un usuario que iba a trabajar, resumiendo a su manera cómo opera la línea estos días: una vuelta al pasado. Los jefes de estación están en constante comunicación para informar de la salida de los trenes. Es decir, desde Castelldefels se reporta una salida y desde Gavà se recepciona una vez el convoy haya llegado al andén. Todo se registra manualmente, y no viene otro tren hasta que no ha salido el anterior, pues no hay manera de advertirle con las señales en la infraestructura en caso de incidencia y es necesario que el trazado entre estación y estación esté completamente libre. De ahí que haya sido necesario reducir a la mitad el servicio.

No están siendo días fáciles para los pasajeros de Rodalies. En la parada de Castelldefels, por ejemplo, este miércoles varios trenes tanto de la R2 Sur como de media han estado parados durante unos 15 minutos, entre los resoplidos y las quejas de sus pasajeros, que llegaban tarde a sus destinos otra vez. "A saber cuanto tiempo está parado el tren", decían dos viajeros que iban hacia Barcelona.

Entre los viajeros, también hay usuarios esporádicos. Todos comparten lamentos. Como el caso de Anna Lo, una joven que solo coge el tren cuando libra para desplazarse a Sitges. "Hace poco fui a Sitges y al volver a Barcelona, el tren se paró 45 minutos. No sólo no nos devolvieron el dinero, sino que tuvimos que comprar billete de bus para volver, y como todos queríamos ir a Barcelona, nos apelotonamos y fue muy desagradable", recuerda.

La reducida frecuencia de trenes ha llevado a usuarios como Marc Hernández y Albert Cervera a empezar a coger el autobús. En el caso de Albert, que vive en Vilanova i la Geltrú y trabaja en la Filmoteca de Catalunya, en el Raval barcelonés, dejó de usarlo un poco antes de la avería, harto de los constantes retrasos de los trenes. "Con Rodalies, me daba la sensación de que nunca podía prometer ser puntual en el trabajo. Siempre podía llegar tarde y eso me desgastaba mucho", afirma. Con la incidencia de la R2 Sur, ve que tomó la decisión acertada. "Ahora voy en autobús y me va mejor, pues es un transporte más fiable. Seguirá siendo mi opción principal" concluye Albert.

Marc hace el recorrido en el otro sentido, pues es de Barcelona y necesita desplazarse a Castelldefels cada día porque estudia en en la Escuela de Ingeniería y Telecomunicaciones de la UPC. Su caso es más complejo porque, al tratarse de un viaje con origen en Barcelona, la destinación a la que se dirige no está tan bien comunicada, por lo que las alternativas no son tan variadas como para los que tienen que ir a la capital. "Con la incidencia de la R2 Sur me he visto obligado a coger el bus" ha dicho, lamentando varias malas experiencias que ha tenido con el servicio de trenes. "No se puede confiar en Rodalies". Ahora se sube a los autobuses E95 o L95 para llegar a tiempo a clases y evitar problemas de puntualidad. "Tengo dos opciones al menos".

Marta González, estudiante también de la UPC, admite que hace tiempo que no usa Rodalies. "Era un desastre, los trenes iban siempre muy llenos, con retrasos continuos y lento", señala tajante. Ahora que tiene carnet de coche, se libera de esa carga. "Aunque no tuviera carnet, no iría en tren" afirma.