Mario Picazo insiste con el temido fenómeno que "va tomando forma"

El meteorólogo Mario Picazo lleva semanas advirtiendo de lo que él ha calificado de "temido fenómeno". Se trata de El Niño, cuyas anomalías pueden afectar este año a numerosas partes del planeta.

Picazo ha lanzado una advertencia sobre El Niño a través de su cuenta en Twitter mostrando un mapa de la estadounidense NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) con un mapa de las anomalías térmicas en los océanos. "El Niño va cogiendo forma poco a poco", concluye.

"A nivel global predominan las anomalías positivas de temperatura del agua en nuestros océanos", describe Picazo en su tuit. Y señala la zona donde se están dando los registros más inquietantes. "Llama la atención -prosigue- el contraste entre el Pacífico norte más cálido de lo normal y un Pacífico junto a la coste de Norteamérica mucho más frío".

Gana sí peso la hipóteses de que 2023 será año de El Niño, como ya auguró hace unas semanas el mismo Picazo con los datos de la NOAA.

Mario Picazo alerta de la llegada de un “temido fenómeno”

Esa misma predicción apunta a que se desarrollen condiciones de El Niño en la segunda mitad del año.

El Pacífico ecuatorial se calienta hasta 3 grados centrígrados por encima de la media cíclicamente en períodos comprendidos entre 2 y 7 años, lo cual da pie a El Niño, mientras que el enfriamiento de las aguas provoca La Niña.

Picazo explicó que "se aproxima un cambio de ciclo que va a impactar severamente en el comportamiento del clima." 'El Niño' se va a instalar en diferentes zonas del planeta, "incluida Europa" y lo tacha de un "temido fenómeno". Todo esto ocurrirá en un año donde es posible que el planeta supere 1,5 grados a consecuencia del cambio climático.

Los previsibles efectos que cause en 2023 El Niño: un calentamiento global del planeta de 0,2 grados centígrados de media; más frío en Europa durante el invierno, especialmente en los países del norte del continente; en Australia, sequía y una ola de calor intensa que favorecería los incendios forestales; inundaciones en zonas costeras de Perú y Ecuador, mientras que en el Amazonas y el noreste de Brasil habrá sequías; cosechas menos productivas en América del Sur; menor absorción de dióxido de carbono por parte de las zonas selváticas del planeta y más brotes de enfermedades transmitidas por insectos, entre otros males.