Medio Ambiente

El lobo vuelve "tímidamente" a Catalunya: confirmado un ejemplar estable en el Moianès

Es el cuarto macho solitario que los agentes rurales identifican en territorio catalán

Un ejemplar de lobo avistado por los agentes rurales en el Moianès.

Un ejemplar de lobo avistado por los agentes rurales en el Moianès. / ACN

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El lobo está "volviendo tímidamente" a Catalunya de donde hace más de 150 años que se marchó. Los Agentes Rurales, que llevan siguiéndole la pista desde hace 20 años, constatan que el "goteo" de machos solitarios sigue, pero aún sin manadas. Actualmente ya se han detectado cuatro ejemplares solitarios establecidos en diferentes puntos y otro en proceso en la Albera.

El último en confirmarse es un macho en el Moianès que llevaría unos dos años en la zona. Su presencia ya se ha notado con algunos ataques mortales a rebaños. Precisamente se ha creado una mesa de trabajo para consensuar acciones y medidas de protección en el Moianès. Está formada por ganaderos, entidades ecologistas y administraciones. El sector primario reclama una mayor prevención y medidas de protección.

Desde el año 2000 en Catalunya se han detectado una veintena de ejemplares de lobo distintos. Sin embargo, la media anual se sitúa entre tres y cuatro. "Algunos los hemos detectado una sola vez y han seguido el viaje", explica Gabriel Lampreave, agente rural y coordinador de las tareas de seguimiento del lobo en Catalunya. Todos los ejemplares que se han detectado hasta ahora son de la línea genética alpina, es decir, descendientes de los lobos de Italia que, posteriormente, también llegaron a Francia y desde allí cruzaron los Pirineos.

Incógnitas por resolver

A pesar de su seguimiento, todavía quedan muchas incógnitas, como en qué momento concreto la especie decide colonizar un espacio. El experto pone el caso del Cadí, donde se creía que "iría muy rápido" pero no fue así. Sin embargo, los lobos se están recuperando en toda Europa de forma natural. "Han pasado 20 años pero sigue el goteo (de machos) en Catalunya, cada vez será más constante y abundante hasta que sucederá", añade. "El cuándo no lo sabemos", admite.

El conocimiento también ha tumbado falsas creencias como que los machos solitarios son jóvenes. Cuenta Lampreave que el lobo que encontraron muerto en el Cadí tenía 13 años y llevaban 4 detectándolo, de forma que se hizo adulto. Y con el ejemplar que hay en el Ripollès se cree que sucede algo similar. "Pueden ser jóvenes o adultos, no se sabe", precisa. Las investigaciones también han confirmado casos curiosos como el lobo que estaba en Francia y que, al cabo de un tiempo, detectaron en los Alpes. De hecho, se cree que este animal puede recorrer 70 km en un solo día.

En Catalunya no hay constancia de manadas ni de reproducciones. Los únicos que han llegado son ejemplares solitarios, como el del Moianès. Los agentes rurales confirman que ya lleva dos años y ya se considera establecido. Los controles de seguimiento le han captado en el trampeo fotográfico con cámaras que se activan con el movimiento. Los análisis de ADN han confirmado que es un macho alpino. Pero la edad se desconoce.

Bajas de ganado

La primera vez que se tuvo conocimiento fue con las bajas de ganado. En ese momento, el ganadero no sabía aún que era un lobo, pero ya se activó el seguimiento. Andreu Padrisa es el afectado y representante de la recién creada mesa de seguimiento del lobo en el Moianès. La mesa es una iniciativa pionera porque reúne a agentes del sector primario, entidades ecologistas y al Consejo Comarcal. "Los ataques seguían un patrón, siempre eran nocturnos", detalla. Y preferiblemente atacaba a los animales más jóvenes. Si no, lo hacía de forma indiscriminada, llegando a causar cuatro bajas por ataque.

En total, Padrisa calcula que ha perdido 18 cabras de su rebaño extensivo, de las que 15 fueron de forma directa. "Fueron cinco ataques, cuatro en el verano de 2021 y el quinto, en marzo de 2022, pero solo se certificó esta última con la autopsia", remarca. En cifras económicas, calcula que ahora factura un tercio menos que antes de los ataques pese a reforzar los cierres. El problema es que, a raíz de la presencia del lobo, ha tenido que cambiar la forma de trabajar: las cabras pastan menos en libertad y de noche las encierra en el corral para evitar ataques. Su alimentación ha cambiado y, en consecuencia, son menos productivas. "Es una adaptación difícil", admite.

Como afectado directo, cree que la Administración no puede limitarse a compensar las bajas con una ayuda y reclama más medidas de protección y prevención. Para Padrisa, "la entrada del lobo es inevitable", pero es necesario llegar a un consenso para "aliviar los problemas" y convertirlo en "oportunidad" en lugar de en un conflicto social. "Tenemos una oportunidad de aprovechar los recursos alimenticios del bosque: en el Moianès representa el 70% del espacio, al tiempo que reducir la biomasa y el riesgo de incendios", señala. Defiende que se necesitan más medios para repeler los ataques y mejorar las medidas de protección para mantener la viabilidad de las explotaciones mientras el lobo va ganando terreno.