El boom cannábico

Los Mossos avisan de que cada vez más ciudadanos y empresas sucumben al dinero de la marihuana

El Govern habla de "connivencia" entre algunas empresas legales y mafias y considera este mercado negro una "puerta de entrada" a la delincuencia

Marihuana

Marihuana / El Periódico

Guillem Sánchez

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Los Mossos d’Esquadra afirman que Catalunya se ha consolidado en los últimos años como el principal territorio europeo de producción y exportación de marihuana. Un escenario, avanzado por este diario en 2017, que ha atraído a mafias internacionales que se instalan aquí para cultivar industrialmente un cannabis que después venden al resto de Europa. El dinero fácil que proporciona una droga que en España está perseguida por leyes más tolerantes que las que rigen en otros países –importadores de las plantas– seduce a cada vez más ciudadanos y empresas. La "fatiga pandémica", y sus consecuencias económicas, se ha convertido para el 'conseller' de Interior, Joan Ignasi Elena, en otro empujón que ha acercado a los ciudadanos al boom cannábico.

El 53% de los 1.998 arrestados por los Mossos el pasado 2021 no tenía antecedentes policiales –es decir, según la portavoz Montserrat Escudé, la marihuana se ha convertido "en una puerta de entrada a la delincuencia de los ciudadanos"– y los investigadores detectan cada vez más empresas de sectores legales que se enriquecen de los beneficios de este narcotráfico. Los policías hablan, por primera vez, de "connivencia" entre estas estructuras legales y las redes. Un informe de los Mossos alertaba hace año y medio que la envergadura del mercado negro del cannabis era una amenaza para la paz social, capaz de corromper incluso a poderes públicos, también policías.

Este jueves, la policía catalana ha convocado a los medios de comunicación para una rueda de prensa en la que ha presentado un balance aciago de su combate durante 2021 que arroja datos preocupantes. Se han desmantelado una docena de plantaciones cada semana, se han desarticulado 35 redes criminales organizadas, se han detenido a 1.998 personas, constan 116 'narcoasaltos' –ataques de una banda a otra para robar marihuana–, ha habido 3 secuestros, 8 detenciones ilegales y 3 homicidios vinculados al enfrentamiento entre bandas. Datos que componen solo una porción del pastel real porque faltan los del resto de cuerpos estatales o locales y porque, al tratarse de una actividad ilegal, las operaciones policiales alumbran solo la parte que ya ha quedado al descubierto. La otra, por lógica más grande, sigue escondida. El intendente Joan Carles Granja, jefe de la DIC, ha pedido que se perciba la crisis de la marihuana como un problema de salud pero también "de seguridad". "Hay gente instalada en Catalunya que actúa como 'brokers', conectando a redes internacionales", ha asegurado.

Ciudadanos seducidos

La mitad de los arrestados en 2021 por los Mossos no tenían antecedentes policiales. Este factor se debe a dos causas. La primera es que las mafias traen de otros países a mano de obra barata que no han delinquido en su país de origen o bien no constan a las autoridades españolas. La segunda, muy preocupante, es que cada vez más ciudadanos catalanes sucumben al negocio negro de la marihuana para ganar dinero fácil. En ese sentido, los Mossos creen que entre los motivos que explican el auge descontrolado de la marihuana en Catalunya –además de un Código Penal más laxo, una percepción social favorable con la droga, un clima propicio o una ubicación geoestratégica idónea al hallarse junto a Francia– deben contarse elementos como la tasa de paro catalana o la despoblación del mundo rural y la crisis económica agravada por la pandemia. Este contexto ha entregado a las mafias mano de obra barata dispuesta a hacerse cargo de las plantaciones –trabajar de cuidadores o vigilantes– cuando se trata de personas sin formación o a desempeñar puestos más relevantes dentro de las estructuras: si tienen conocimientos de jardinería para cultivas las plantas, o de instaladores eléctricos para montar cultivos ‘indoor’, o mecánicos para hallar cavidades en los vehículos que permitan esconder la droga, o de contabilidad para blanquear el dinero obtenido. El mismo contexto ha dado también más facilidades para encontrar casas vacías en urbanizaciones o naves industriales en desuso que las organizaciones alquilan u ocupan para arrancar auténticas factorías de cannabis.

Connivencia de las empresas

Investigaciones de los Mossos han hallado evidencias de la "connivencia" de empresas legales con cultivadores de marihuana. Otro triunfo de la marihuana, que se ha infiltrado en la economía española gracias a sociedades que desarrollan tareas legales pero se enriquecen directa o indirectamente con el narcotráfico de cannabis. La policía catalana cita ejemplos como los llamados 'growshop', que proporcionan todo el material e información necesarios para montar plantaciones de cultivo intensivo. O las asociaciones cannábicas, que se abrieron a partir de un vacío legal que pretendió atacar el mercado negro regulando el autoconsumo pero que algunas mafias usan simplemente como puntos de venta, algo que va en contra del manual de buenas prácticas de los clubs. O las empresas que ofrecen a las organizaciones el material para montar los viveros industriales e incluso ceden mano de obra para construirlos. O las inmobiliarias, que directamente ofrecen a las redes casas o naves vacías conscientes de que van a servir para plantar cannabis. O las empresas de transporte o de paquetería, que ceden espacio en sus vehículos o aceptan envíos intuyendo que pueden estar mandando droga al resto de Europa.

Más interés policial en el blanqueo

Los Mossos han anunciado que dedicaran más agentes "especializados en materia económica" a perseguir un delito estrechamente vinculado a la tráfico de marihuana: el blanqueo de capitales. "Habrá 28 policías más dedicados a esta tarea, hay que dejar que la marihuana sea un negocio lucrativo", ha evidenciado la portavoz Escudé. La decisión de atacar sus finanzas, tal como explicó EL PERIÓDICO, se toma por varios motivos. El primero es patrimonial y persigue calcular cuánto se ha obtenido con el dinero de la droga. El segundo se centra en el blanqueo de capitales, que permite atribuir a los miembros del grupo un segundo delito más penado que el de narcotráfico. Son dos pesquisas que evolucionan en paralelo a la investigación que se centra en el entramado de producción y exportación de cannabis. El primero, aunque no cristalice en un aumento de la condena, resulta fundamental por varios motivos: impide que al delincuente le salga rentable delinquir porque se comisan los activos adquiridos con el dinero de la droga –efectivo, coches, propiedades inmobiliarias…–, a través de su subasta el Estado recupera parte de los ingresos que perdía a través de operaciones no tributadas y, en última instancia, debilita la capacidad de actuar de los traficantes.

El blanqueo de capitales, descrito en los artículos 301 y 298 del Código Penal y en la ley 10/2010 de Prevención del blanqueo de capitales y de financiación del terrorismo, no consiste únicamente en comprarse cosas con el dinero de la marihuana sino en 'lavar' este dinero negro. Perseguir este delito requiere contar con policías bregados en economía porque se investiga la fiscalidad de empresas y personas físicas hasta poder dibujar el recorrido que siguen los euros. Los traficantes de las redes más grandes en Catalunya acostumbran a blanquearlo creando entramados de distintas empresas con sedes en distintos países y en cada una de estas sitúan testaferros como administradores y dueños de las cuentas bancarias.