CRISIS SANITARIA INTERNACIONAL

Los geriátricos restringen las visitas de familiares para blindarse contra el coronavirus

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Elisenda Colell

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Las residencias se blindan, de forma preventiva, para evitar la entrada del coronavirus en sus centros. En algunos casos se han prohibido las visitas de familiares "hasta nuevo aviso". En otros, se toma la temperatura y se permite la entrada de solo un familiar directo por residente al día. La Generalitat entiende que "cada centro aplica las recomendaciones como considera", y el jueves prevé publicar el protocolo para los profesionales del Servicio de Atención Domiciliaria.

El temor ante la entrada del coronavirus en las residencias de Catalunya es real por dos motivos. Las personas mayores con patologías previas son las más vulnerables frente a este virus sin vacuna descubierta. Y porque si hay positivos, y toca aislar a profesionales, se avecina el "caos", en palabras del propio sector. Hace años que es una auténtica epopeya encontrar personal que quiera trabajar en los centros debido a los bajos salarios de los profesionales. "Y más lo será de forma inmediata tras una emergencia epidemiológica como es el coronavirus", advierten.

"Lo siento, no puede venir a visitar a su familiar hasta nuevo aviso", avisan los trabajadores de las residencias Sanitas en Catalunya desde ayer. "Hemos tomado esta medida de forma preventiva, aunque si hay una visita urgente y muy necesaria la vamos a permitir", añaden fuentes de la empresa a este diario. En otros casos, las residencias toman la temperatura y analizan los síntomas de los visitantes. Unas normas que no constan en las recomendaciones hechas por el Govern, ya que solo establecen que se permita la entrada de una persona al día por residente y que se mantengan a un metro de distancia de ellos. "Estamos hablando de recomendaciones, cada centro las aplica como considera", responden fuentes del Govern ante la diferencia de criterio de cada centro. 

La visita de los familiares es el único contacto con el exterior que tienen ahora los abuelos en las residencias: se han pospuesto las excursiones, las visitas de escolares, incluso también las visitas médicas programadas en centros hospitalarios y sanitarios. Dentro de los centros, las actividades grupales también se han ido reduciendo, y en algunos casos se ha optado por resguardar a los ancianos en sus plantas evitando al máximo los contactos con terceros. 

Los protocolos, redactados el viernes por las autoridades sanitarias catalanas y la conselleria d'Afers Socials y distribuidos a lo largo del fin de semana, también indican que en caso de sospecha de que algún interno haya contraído la enfermedad, los trabajadores deben usar mascarillas, guantes, batas resistentes a líquidos y protecciones oculares. "Nos lo tenemos que pagar nosotros, yo esperaba que el departament nos diera el material", se queja Andrés Rueda, director de la Asociación Professional Catalana de Directores de Centros de Atención a la Dependencia. Y si el sospechoso está en una habitación compartida, es muy probable que se le derive al hospital. Eso, o "tocará reestructurar las camas de la planta" para poderle aislar, apunta Rueda.

Pero el temor está en los trabajadores. "Si tenemos que aislar profesionales sería un caos", insiste Rueda. La presidenta de l'Associació Catalana de Recursos Assistencials (ACRA) confirma que su "enorme pesadilla" será el aislamiento de trabajadores. "Tendremos un grave problema porque hay muchas dificultades para encontrar trabajadores; con los sueldos que podemos pagar, nadie quiere trabajar aquí". Una situación crítica que las nuevas cuentas del Govern siguen sin resolver. 

Pese a la prevención que han tomado los directores y las empresas de residencias, algunas entidades se han mostrado contrarias que se cierren los centros. "No podemos aislar a estas personas, lo que más quieren en el mundo es ver a sus familiares", dice Pascual. Un derecho, el de las visitas y la comunicación con los familiares, por el que también abogaba la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales en un comunicado que emitían la semana pasada. 

Sin protocolo en la atención domiciliaria

Mientras que las residencias ya se atañan a recomendaciones sanitarias de como actuar, las trabajadoras que visitan a las personas dependientes en su casa, el Servei d'Atenció a Domicili (SAD), siguen sin tener un protocolo oficial. Ante el nerviosismo de las empleadas, algunas de las empresas que tienen subcontratados estos servicios han redactado preceptos que han corrido por grupos de whatsap. "Recógete el cabello", "no uséis mascarillas", "cortaros las uñas", "evitad anillos y pulseras", "mejorad la ventilación" y "prestad mucha atención a la limpieza del baño", son algunas de las recomendaciones que han circulado. De momento, la Generalitat está elaborando un protocolo para estas trabajadoras, que según fuentes de Afers Socials verá la luz el próximo jueves.