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Los expertos llaman a tratar a los pedófilos antes de que se conviertan en pederastas

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Guillem Sànchez

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"El problema es que al hablar de abuso sexual infantil no distinguimos entre pederastia y pedofilia y sin esa diferencia resulta muy difícil comprender el problema y buscar soluciones", diagnostica Núria Iturbe, del Institut de Treball Social i Serveis Socials (Intress). "Solo un 40% de los pederastas –procesados por delitos sexuales– han sido diagnosticados como pedófilos", matiza Thuy Nguyen, del Institut de Psicologia Forense (IPF). Para proteger a las víctimas es necesario poner el foco "sobre los agresores" y "tratarlos" porque posiblemente de esa manera "se logre" reducir la cifra de menores abusados, concluye Antonio Andrés Pueyo, catedrático de Psicología de la Universitat de Barcelona (UB).

Los tres expertos han presentado este viernes la plataforma PrevenSI que a través del correo info@prevensi.es y la web prevensi.es pretende convertirse en un recurso al que puedan recurrir de forma anónima hombres que hayan tomado consciencia de que sienten deseo sexual hacia los menores y quieran evitar acabar cometiendo abusos o consumiendo pornografía infantil. Esa es la diferencia sustancial que distingue a pedófilos de pederastas. Los primeros sienten la atracción hacia niños o niñas –acostumbran a ser niñas– menores de 13 años pero solo pasan a ser también pederastas si acaban llevando a la práctica ese impulso y delinquiendo. Por eso resulta tan importante actuar antes, porque el tratamiento en muchos casos puede lograr que el impulso se controle y aparezca lo que en inglés se conoce como “pedófilo virtuoso”, pacientes que a pesar de ser diagnosticados no caen en una conducta criminal.

En sentido inverso, subrayan Pueyo, Iturbe y Nguyen, tan solo la mitad de los pederastas que se encuentran en centros penitenciarios son diagnosticados de pedofilia. “En muchos casos el abuso que han cometido los procesados se ha debido a la oportunidad”, subrayan, o porque han abusado de menores –en España el consentimiento sexual no puede entregarse hasta los 16 años– cuyo aspecto o conducta no encaja en lo que la literatura científica considera que son niños, o niñas. En cualquier caso, zanjan, el impulso pedófilo no extingue la responsabilidad de los abusadores. Porque “tratarlos de enfermos sería decir que no son culpables de lo que hacen”, insiste Iturbe. “El Abuso Sexual Infantil es siempre un abuso de poder” y así debe ser abordado, remarcan.

Las cifras actuales del problema “no son precisas” explica Pueyo. “Sabemos que un 5% de los hombres presentan pensamientos o fantasías pedófilas pero esa es solo una conclusión obtenida en encuestas. Pero la realidad del fenómeno todavía se desconoce”.

El objetivo de la plataforma no es otro que tratar de contener una epidemia que destroza vidas a edades tempranas. Entre un 10% y un 25% de la población sufrió abusos en la infancia. Además, la mitad de los que los han sufrido lo han hecho de forma reiterada. “La sociedad debe entender que invertir en prevención es necesario pero también rentable. El dinero que se invierte en tratar a víctimas o en mantener interno en una cárcel a agresores es incalculable”, razona Pueyo. Evitar que los pedófilos acaben convirtiéndose en pederastas evita ambas cosas: que sufran las víctimas y un ahorro económico a las arcas públicas. Otro dato reafirma esta tesis: cada pederasta, de media, ha abusado de entre 4 y 5 víctimas.

La nueva herramienta también está para asesorar a profesionales que tratan a pacientes con esta desviación, o para orientar a empresas que quieran hacer procesos de selección estableciendo filtros para evitar pederastas, o para ciudadanos que quieran consultar sospechas que tienen sobre casos que han detectado en su entorno. En la web hay materiales de autoayuda y las personas que pidan ayuda serán derivadas a los centros que podrán ayudarlos, sean víctimas o agresores potenciales. “Nosotros atendemos de forma confidencial a cualquier persona que se ponga en contacto con nosotros, pero si nos notifican una situación en la que corre peligro un menor lo denunciaremos”, avisa Nguyen.

PrevenSI es una iniciativa de Intress, IPF y Fundació IRES que ahora persigue financiación, tanto pública como privada para consolidarse como un instrumento útil para la lucha de la pederastia se convierta “una responsabilidad colectiva”. Está basado en proyectos arraigados en países como Alemania, Suecia o Francia. El germano Dunkelfeld, que funciona desde el 2005, ofrece tratamiento gratuito y confidencial a personas que buscan ayuda terapéutica para controlar su deseo sexual hacia niños. Hasta el momento, más de 9.500 personas de ese país han contactado con ese recurso. O como el inglés Stop it Now, en activo desde el 2002, que a través de una plataforma web ha recibido 30.000 llamadas de 14.500 personas, de las cuales, un 38% mostraban preocupación por una conducta sexual.

Solo en el 2017, 400 personas fueran arrestadas en España por consumo de pornografía infantil. Durante el 2018, se detectaron más de 100.000 páginas con contenido de este tipo.