LA EDUCACIÓN EN TECNOLOGÍAS

Manual para padres de adolescentes en redes sociales

Los expertos recomiendan que los progenitores fijen unas reglas claras sobre el uso de dispositivos digitales

CARMEN JANÉ / MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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"A ver, las niñas del instituto que se dedican a colgar vídeos bailando 'twerking' o poniendo verdes a otras son las mismas que salen de fiesta por la noche hasta las tantas o que se saltan clases para fumar porros. Lo que hacen en internet no es tan distinto de lo que hacen en la vida real... y si sus padres no se enteran es porque quizás nunca se han preocupado demasiado”. La reflexión, formulada por una estudiante de 15 años, viene como anillo al dedo para ilustrar la primera de las conclusiones que extraen los especialistas que investigan sobre la relación que mantienen los jóvenes con las redes sociales. Ellas, las adolescentes rebeldes, saben lo que están haciendo: saltarse los límites. A sus padres no les vale la excusa de que no dominan la tecnología y el mundo digital.

“Es normal que los jóvenes sientan curiosidad por experimentar cómo es la vida adulta, que lleven algunas situaciones al límite, en la vida real y en la vida virtual”, observa Juan Carlos Pascual, psiquiatra en la Unidad de Adicciones Comportamentales del Hospital de Sant Pau de Barcelona.

¿Hasta dónde llega la responsabilidad de los padres? ¿Cuál es su margen de maniobra para impedir que los hijos caigan en las redes del 'ciberbullying' o de retos como la cruel Ballena Azul, que lleva a los participantes a autolesionarse? “Los padres son padres y han de ejercer como tales. Nadie dijo que fuera a ser fácil y es a ellos a quienes corresponde fijar las reglas sobre el uso de los móviles y las tabletas, como fijan otras tantas en casa”, prosigue el doctor Pascual.

“Esas normas han de estar claras para los niños, pero eso no exime a los adultos de estar siempre atentos, controlándolos”, agrega. Uno de los peligros, advierte el psiquiatra, son las adicciones. Sabe de lo que habla.

Y aunque las jóvenes generaciones conocen bien los peligros de la red (llevan años recibiendo charlas en la escuela), a los padres no les resulta fácil hacer esa supervisión. Aquí van algunos consejos para tratar, al menos, de no equivocarse demasiado.

1. Hablar con los hijos, interesarse por lo que hacen en internet y en las redes sociales.

2. Familiarizarse con los conceptos más habituales y aprovechar la ocasión para promover debates en familia.

3. Concienciar sobre la importancia de la privacidad, enseñar que no todo vale y que no hay que facilitar datos innecesariamente.

4. Inculcar valores, enseñar la diferencia entre un amigo real y un ‘amigo’ virtual, un me gustas y un ‘like’.

5. Hacerles pensar en el futuro, en si se sentirán orgullosos de las fotos que cuelgan ahora.

6. Reflexionar sobre por qué una red social no admite usuarios por debajo de una cierta edad.

7. Limitar horarios de uso de móviles y tabletas para que no interfieran con la vida familiar.

8. Crear espacios comunes de uso de las tecnologías, sobre todo si hay niños pequeños y se quiere controlar qué hacen.

9. Utilizar sistemas de control parental si se quiere rastrear la actividad en internet o limitar el tiempo.

10. Ayudarles a que se responsabilicen de sus actos y busquen soluciones.