Las ciudades aguardan los refugiados con frustración e indignación

Antigua residencia para viudas y huérfanos del Ejército, en la Casa Bloc.

Antigua residencia para viudas y huérfanos del Ejército, en la Casa Bloc. / FERRAN NADEU

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / MANUEL VILASERÓ - BARCELONA / MADRID

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La crisis de los refugiados se sigue con frustración e indignación desde las ciudades. Son el destino final de todas esas familias que atraviesan media Europa huyendo de un conflicto armado, pero tienen las manos atadas porque la competencia es del Estado. Esta es la principal queja que expone Ignasi Calbó, coordinador del plan de ciudades refugio, impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona. "No tenemos ninguna información y tampoco nos han facilitado medio alguno".

El consistorio de la capital catalana lideró el empuje local en materia de acogida de refugiados. Fueron centenares los ciudadanos que ofrecieron su casa, lo que obligó a la alcaldesa Ada Colau, tras crear un registro de familias de acogida, a rebajar la euforia y recordar que son las entidades las que deben encargarse de esta tarea, y que, en todo caso, los habitantes pueden prestarse como voluntarios. En septiembre se creó un comité operativo en el que Govern, consistorio y entidades se comprometían a trabajar juntos para coordinar la llegada, que se preveía masiva. Ha habido reuniones a pequeña escala, pero todo sigue atascado.

MIRAR HACIA EUROPA

España ha recibido menos de 20 refugiados, lo que ha enfriado los ánimos de la ciudadanía y ha encendido los de las administraciones locales que abrazaron la idea de las ciudades refugio. Explica Calbó que lo que están haciendo ahora es "obviar al Estado e ir tirando hacia Europa". Barcelona, a través de la organización Euro Cities, trabaja conjuntamente con urbes como Atenas, Amsterdam o Liepzig para compartir experiencias. Pero sin competencias, hay poco margen. 

El hecho de que Schengen se tambalee trae a la memoria los años 90, cuando Catalunya llevó autocares a Bosnia y los trajo repletos de exyugoslavos víctimas de la represión serbia. "La legislación no lo permite, pero es verdad que los países pasan por encima de las leyes comunitarias cuando les va bien", señala este técnico municipal, al que se le intuye una clara voluntad de que los municipios puedan saltarse el peaje estatal.

LOS OTROS ASILADOS

Calbó recuerda que hay muchos refugiados al margen de los que salen de Siria. Explica que Barcelona trabaja a diario en la acogida de refugiados a través del Servicio de Atención a Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados (SAIER), que el año pasado atendió la solicitud de asilo de 1.374 personas, un 69% más que en el año anterior y cuatro veces más que en el 2012. Este crecimiento de peticiones ha requerido dotar a la oficina de más recursos. Un dinero que ha salido del consistorio, sin un solo euro de la Generalitat ni del Gobierno. 

Por parte del Govern, donde se está pendiente del nombramiento de un nuevo secretario de Ciudadanía e Inmigración, se limitan a recordar que hay unas 500 camas ya listas para acoger a los refugiados: en la Casa Bloc de Sant Andreu, el albergue de la Conreria en Tiana y en un edificio de la obra social de Sant Joan de Déu en Manresa.

MILES DE ENSERES DONADOS EN MADRID

A primeros de septiembre del 2015, tras anunciar su deseo de sumarse a la red de ciudades refugio, el Ayuntamiento de Madrid puso a punto un dispositivo que le permitiría acoger unas 250 familias y habilitó al efecto un presupuesto de 10 millones de euros. Casi cinco meses después, el dispositivo sigue a punto pero no ha llegado ni un solo refugiado. De los 20 que el Gobierno ha traído a España, solo tres los ha derivado a la Comunidad de Madrid y la oficina regional encargada de buscarles destino los ha llevado a otros municipios.

En plena ola de solidaridad ciudadana, el ayuntamiento encabezado por Manuel Carmena recibió miles de enseres que ahora llenan el Almacén de la Villa. Los alimentos con fechas de caducidad más cortas, como la leche o los zumos, ya están siendo redistruidos a bancos de alimentos para evitar que se pierda. "Ha sido una gran decepción que el Gobierno no haya cumplido su compromiso de traer, como mínimo, el cupo que le correspondía", señala Marta Higueras, la primera teniente de alcalde y delegada de Equidad. "Madrid seguirá a la espera de España cumpla con su compromiso para acabar con la tragedia de gente que aquí podrían estar labrándose un futuro pero se ven condenados a seguir en campos de refugiados", añade.