La rareza del brote de 'E. coli' desconcierta a los investigadores

El grave brote deE. Coli, que cada vez afecta a más ciudadanos alemanes y que ya se ha cobrado 17 vidas en Alemania y una en Suecia, desconcierta a los científicos por la agresividad, rareza y un patrón de comportamiento distinto al de otras bacterias de la misma familia. Según científicos alemanes y chinos, el microorganismo letal es fruto de un cruce entre dos cepas ya conocidas que ha dado como resultado una variante más agresiva y que produce más toxinas. El análisis no se pronuncia sobre cómo pudo producirse el cruce.

La OMS coincidió en que se trata de una bacteria nueva, fruto de dos conocidas, y apuntó que urge localizar el foco contaminador. Reinhard Burger, presidente del Instituto Robert Koch, calculó que la alarma puede durar meses, ya que tras descartar los pepinos hay que volver a empezar a rastrear. «No se sabe ni de dónde viene el brote ni cuánto durará», admitió Burger.

Investigadores de la clínica universitaria Eppendof de Hamburgo, donde se desató la alarma, aseguraron que han logrado descifrar el genoma de la cepa causante de la infección y que su ADN muestra que se trata de una nueva variante, fruto del cruce entre un «pariente muy lejano» de la modalidad más común de la bacteria con otras cepas también conocidas, más que de una mutación espontánea de la O 104: H4.

COMBINACIÓN DE ELEMENTO / Según el bacteriólogo Holger Rhode, la combinación de elementos ha dado como resultado una variante más dañina que permanece más tiempo de lo habitual en el intestino y que provoca daños mucho más persistentes. Es resistente a algunos antibióticos, su toxicidad es elevada y la infección evoluciona con rapidez hacia la insuficiencia renal.

Para Isabel Gil Muñoz, investigadora del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas), dependiente del CSIC, se trata de una variante de otras cepas que han sido identificadas. Una de ellas, muy poco conocida, la analizó el director del instituto de Hamburgo en el 2001, pero solo se registró un caso en el 2005. «Desde entonces -explica- puede haber permanecido allí acantonada, sin dar la cara. La mezcla con otra cepa podría obedecer a que se adapta a condiciones de estrés y se modifica de forma diferente a otras conocidas».

Lo que más desconcierta a los científicos es que se trata de un brote «atípico» por la edad y el sexo de las personas afectadas. «Mientras que las infecciones por otras cepas son más frecuentes en niños menores de 5 años, en esta ocasión dos tercios de los afectados son mujeres adultas», apunta un portavoz del Centro Nacional de Biotecnología.

ENSALADAS BAJO SOSPECHA / Gil, responsable de Ciencia y Tecnología de los Alimentos del Cebas, apunta que la edad mayoritaria de las afectadas, 35-45 años, coincide con el tramo en el que dominan más las dietas a base de ensaladas, y apuntó como vía de contaminación las hortalizas frescas y otros componentes derivados. «Descartados los pepinos, se está indagando con todo tipo de alimentos y bebidas. Y sobre todo el agua, aunque la de origen mineral es menos probable», opina Gil.

En la búsqueda del foco hay otro problema: los productos que se sospecha son fuente de contagio son perecederos y en poco días se han destruido. Y como no se sabe bien la fuente, sobre todo en caso de ser el agua, puede cambiar de alimento.

«En España nunca se ha producido un brote por la cepa O 104, aunque conocemos su virulencia», explica Concepción Gimeno, jefa del servicio de Microbiología del Hospital General de Valencia. Los investigadores recuerdan que llevó meses la identificación de la cepa O 157 durante la crisis de las espinacas en EEUU del 2006, que se saldó con tres muertos y más de 200 afectados. En España se detectó un brote en el 2000, con 187 afectados y ninguna muerte.

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