La gestión de los desechos nucleares

Los residuos de Vandellòs 1 podrán regresar de Francia en un solo tren

Almacén de La Hague, en Francia, donde se conservan, enclaustrados y apilados en bidones de base circular, los residuos de Vandellòs 1.

Almacén de La Hague, en Francia, donde se conservan, enclaustrados y apilados en bidones de base circular, los residuos de Vandellòs 1.

ANTONIO MADRIDEJOS
LA HAGUE

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Los residuos de la nuclear Vandellòs 1 que se conservan en la planta de procesamiento de La Hague, en Normandía (Francia), podrán regresar a España en un único tren y en una operación relativamente sencilla. Una vez tratadas, las miles de toneladas de materiales radiactivos llevadas a Francia durante los 20 años de actividad de la difunta central han quedado reducidas a unos 100 bidones que cabrían en cuatro vagones, explica Lionel Gaiffe, director industrial de la planta de La Hague, propiedad de la empresa pública Areva. Para llevar los residuos de Vandellòs 1 fueron necesarios 140 viajes entre los años 1974 y 1994.

Según un acuerdo suscrito en el 2005, prórroga de otro anterior de 1994, España deberá hacerse cargo de sus desechos a partir del 1 de enero del 2011 si no quiere sufrir una penalización diaria de 60.000 euros.

Sin embargo, los materiales no podrán regresar a España hasta que esté operativo el ATC (almacén temporal centralizado), un proceso que supondrá al menos cuatro años entre la elección del municipio ganador, la licitación y la construcción. No hay otra opción: los residuos no se pueden llevar a las ruinas de Vandellòs 1, en fase de desmantelamiento, ni a las instalaciones de ninguna otra central porque ni hay espacio ni voluntad de aceptarlos. Tampoco se pueden quedar en Francia, aunque sea pagando, puesto que la legislación europea obliga a que los países se encarguen de sus respectivos desechos. Está claro que España no imaginó en 1994 que la elección de ATC iba a ser tan laboriosa.

NO TIENEN BANDERITA / Los materiales de Vandellòs están en La Hague, pero es imposible determinar su lugar exacto porque los residuos de las diferentes centrales se mezclan en los procesos de reciclaje o inertización. De hecho, España no recibirá el mismo material que envió en décadas pasadas, sino unos desechos con una cantidad de radiactividad similar, explica Gaiffe. «Los bidones donde se conservan no tienen una banderita», resume. Los gobiernos español y francés negocian actualmente la fianza de 60.000 euros y el tipo de material exacto que debe volver.

Los residuos nucleares que se conservan en La Hague sin perspectivas de reaprovechamiento, entre ellos los de Vandellòs 1, están almacenados en dos instalaciones similares a lo que será el futuro ATC. Los desechos fueron despojados de su potencial energético, luego se vitrificaron (mezclaron con vidrio a altas temperturas) y finalmente fueron introducidos en unos bidones de acero de metro y medio de alto. Todos los pasos están robotizados. Según Areva, el traslado de los bidones no sería más complejo que los viajes que se realizan diariamente desde las centrales que llevan a La Hague su combustible gastado. De hecho, los silos con los bidones puede visitarse.

SIN PLUTONIO / Los desechos originales de Vandellòs 1 se han reducido a la mínima expresión porque se les han extraído los materiales con interés energético (uranio y plutonio). De acuerdo con el contrato original para el tratamiento de residuos, estos elementos pasaron a manos francesas y fueron utilizados para alimentar las llamadasplantas Mox.

Vandellòs 1 fue la única nuclear española que durante su periodo de actividad mandó sus residuos a Francia para ser procesados. En el resto se optó por conservarlos en unas piscinas acondicionadas en las propias centrales. La mayoría están al borde del colapso, una situación que solo se resolverá con el ATC.